Los delfines encierran y conducen hacia la superficie al cardumen de anchoítas, nadando alrededor y por debajo, y ahí se produce “el show” de delfines divisados en grupos que van de ocho a quince ejemplares, aunque a veces suman cientos saltando en cercanía de las embarcaciones.
El avistaje de delfines que se realiza en el Golfo Nuevo, frente a las costas de Puerto Madryn, se consolida como servicio turístico junto con otros atractivos propios de la comarca Península Valdés, sobre el extremo noreste del Chubut.
Se trata de excursiones náuticas que duran entre 2 y 3 horas “enfocadas en la búsqueda y observación del delfín oscuro o de Fitzroy”, explicó a Télam Marcos Roureaux, propietario de una de las compañías que realiza el servicio.
La especie está presente durante todo el año, pero “es más fácil de ubicar entre septiembre y fines de febrero cuando hay mayor concentración de su alimento base, que es la anchoíta” explicó el prestador.
Los delfines encierran y conducen hacia la superficie al cardumen de anchoítas, nadando alrededor y por debajo, y ahí se produce “el show” de delfines divisados en grupos que van de ocho a quince ejemplares, aunque a veces suman cientos saltando en cercanía de las embarcaciones.
“Es muy gratificante para nosotros ver la expresión de asombro de los pasajeros, porque ven a ejemplares con una vitalidad contagiosa, que hacen piruetas sobre el agua y en plena naturaleza, lo que contrasta con la imagen de los mamíferos en cautiverio tipo flipper” describió Roureaux.
A este espectáculo natural se suman las aves marinas que suelen aprovechar esa concentración de peces para alimentarse, provocando un alboroto entre esas especies y los delfines que se ve desde considerable distancia.
La excursión se completa con un paseo costero frente a Puerto Madryn, que navega desde la lobería de Punta Lomas, pasando por el barco hundido ‘Folias’, hasta detenerse en el lugar donde desembarcaron los primeros galeses en 1865, dando comienzo a uno de los procesos más destacados de colonización pacífica e interacción con los pueblos originarios.
En el periplo se suelen ver ejemplares de ballenas, pingüinos de Magallanes, pardelas, albatros, cormoranes, petreles y cada tanto asoman su cabeza los lobos marinos, empujados por su curiosidad.
Las excursiones se realizan generalmente durante la mañana, cuando las condiciones meteorológicas son más amigables y la ausencia del viento -propio de la región- mantiene a las olas en calma.
“Nosotros valoramos mucho al programa PreViaje, gracias al cual hemos tenido una gran presencia de turistas en la región” explicó el empresario.
La estrella turística de la comarca es el avistaje de ballena franca austral, que no se encuentra por estos meses porque ya emigró a mar abierto para cumplir con su ciclo biológico, lo que hace que la excursión para observar delfines sea el complemento ideal.