I – El pasado domingo 13 de abril el pueblo santafesino fue convocado a las urnas para una nueva compulsa de acuerdo a las pautas elementales de todo sistema democrático.
Cuando todavía se contaban votos, surgieron comentarios y análisis desde distintas vertientes; unos laudatorios y otros con sentido crítico y hasta ácido, casi ninguno en forma de crónica, es decir, describiendo lo que ocurría.
Creemos que en estos casos es bueno dejar que baje un poco la espuma, para así, un tanto más tranquilos, poder analizar. Un profesor de la facultad, recuerdo, nos decía; “déjalo macerar”.
II – No tiene mayor sentido caer en los números, pero la lista que encabezó el gobernador Pullaro triunfó con amplitud llegando a 34,64 % del total. Segundo fue una de las listas de hombres y mujeres que levantan las banderas del “gran movimiento nacional y popular”, como gustábale llamarlo a su creador, que tenía por cabeza de lista al rosarino Juan Monteverde que alcanzó el 15,15%, es decir 19,46% menos, digamos, 20 puntos menos. Tercero fue el libertario Mayoraz que reunión el 14,11% de la voluntad del electorado. Luego quedó el segmento de “pro vida” con Granata con que agavilló el 12,3%; un poco más atrás otra versión del peronismo, el actual senador Lewandowsky, con 8.44%. Cierra la tabla de los “que entraron” una offsider, la santafesina por adopción “Locomotora Olivera” con 5,6 puntos. Quedaron los que no alcanzaron 5% que requiere el sistema de repartos de “D´Hont”.
La pura frialdad de los guarismos indica que triunfó con un amplio margen “Unidos”, casi un acrónimo de “Unidos para cambiar Santa Fe”
III – Pero la felicidad fue compartida y tal vez sea lo mejor del domingo en unos comicios un tanto enrevesados.
Oportunamente lo dijimos; en un mismo acto elegir a hombres y mujeres que deban reformar la Carga magna -constituyentes- con otros y otras que deban atender problemas citadinos y de momento -concejales-, no es lo más aconsejable. Hay una situación que hace cambiar lo ideal por lo posible: el costo de unos comicios.
Superada esta cuestión, rostros felices se vieron en el sur provincial que extendió sus efectos al resto del territorio por la muy buena elección del hombre de “Mas para Santa Fe”, un no peronista, en una de las listas del peronismo provincial. En su favor hay que anotar que no cayeron en la tentación primaria de echar mano a un personaje de los medios. Definitivamente lo sube a la pedana de los que disputarán la intendencia de Rosario o un escaño nacional.
No menos felices eran los rostros de los libertarios. Sin estructura partidaria, sin esquemas provinciales de poder, con un “viernes negro” y con un rosario de desaciertos de su leaders -paaa usar un término generoso- triunfaron el Rosario y en Belgrano sentando sus candidatos en la próxima convención constituyente. Se dirá que son alianzas (arreglos) de momento, que son personajes de fuera de la política y sin sustento más que una administración dura, en el caso de Meyer, o que es una imagen pasajera, en el caso de Aleart, pero lo cierto es que “la gente” los votó.
IV – Luego se hicieron y se hacen otros análisis, todos con su lógica y apoyados en datos duros.
Uno dice que el oficialismo perdió mucho caudal electoral y estuvo lejos de aquel “millón”. Otros apuntan a que había cierta confusión en la gente que no sabía muy bien que se votaba.
Ambas cosas son muy ciertas.
Respecto al caudal de votos perdido, por lo menos apuntamos dos causas, una objetiva y otra subjetiva. La primera es que las elecciones de medio término -como parcialmente fue esta y, más aún, PASO de medio tiempo- siempre convoca menos votantes, las propuestas se diluyen, aparecen muchísimos candidatos que hacen perder la atención y algunas otras causas, pero lo cierto que hay menor concurrencia. En el 2021 concurrió el 69.67%. La otra causa, la subjetiva, es que el ejercicio del poder orada, sin dudas y a veces hay que tomar medidas de fondo que disgustan, generan rechazo. Concretamente, las modificaciones en el sistema previsional para generar cierta equidad y salvar la caja -que no se le lleve en Ansses- provocaron cierta repulsión, más que nada en docentes y policías, que no dudaron el plasmarlo, sea quedándose en su casa o eligiendo por otra propuesta.
Tampoco podemos dejar de lado el clima de apatía y el clima de recesión democrática mundial.
Una más, las administraciones de las dos ciudades mas caudalosas no ayudaron a Maxi. En ambas “Unidos” perdió y, parangonando una frase histórica, negro nubarrones se ciernen sobre un futuro.
En cuanto a la confusión, fue nuestra temprana preocupación y lo dijimos hace bastante tiempo en varios artículos referidos a lo que es la Constitución en la vida cotidiana y lo importante que es comprometerse, así sea forma muy elemental como averiguar las propuestas o las opciones. Si bien hubo alguna divulgación, eran apenas slogan y sin dudas el tema no estaba en la “agenda de la gente”. Claro que ello no es responsabilidad (solo) del gobierno ya que muchas expresiones políticas saltaron al ruedo con sus propuestas, en verdad con sus candidatos, y son ellos los que debían concitar, también, la atención.
V – Como dijimos, la compulsa pasó, quedaron los guarismos glosados y los distintos semblantes.
El resultado del oficialismo se debe a varias causas en donde destacamos la construcción de varios años de trabajo ordenado por un objetivo y sostenido en el tiempo. Cuestión bastante poco común en nuestra política donde todo es efímero, volátil y día a día, con alianzas muy precarias que a poco zozobran.
Muestra de ello, puede ser, la reunión que logró armar Omar Perotti en 2019, tal vez sabedor que era su última oportunidad. Lió en una lista “a todos y todas”, saliendo que sin ellos no llegaba y que con ellos era imposible gobernar; cosa que efectivamente ocurrió.
Luego de aquella derrota en las PASO del 12 de septiembre de 2021 para las tres bancas en el Senado de la Nación frente a una mediática Carlina Lozada, lejos de acusar el golpe -no era para menos ya que había reunido una buena cantidad de sectores internos- el mismo lunes, en persona, Pullaro estaba recorriendo lugares y visitando correligionarios o posibles aliados.
Conoce la vida interna del centenario partido al que abrazó desde su primera juventud y que nunca abandono. Esa militancia fue la sabia que permanentemente se renueva con las distintas realidades políticas y, junto a la doctrina, mantuvo una conducta, llevando a la realidad esa máxima de Lebensohn.
Fue tejiendo un sector interno junto a distintos grupos o referentes, pero principalmente con aquellos de representación territorial, sin descuidar la relación con otra fuerza política importante como el socialismo que conoce por la vida legislativa, pero más que nada por su participación en el gabinete de Lifschistz de cuatro años al frente de la cartera más caliente. No agotó las relaciones son ellos, sino que escucho y propuso a otros espacios minoritarios.
Pero su formación, le dice que hay que estar con los ojos y los oídos bien abiertos y sabe que a la política hay que insuflarle gestión, por ello se formó en los nuevos y en el manejo de datos y procedimientos. En especial en el procesamiento de los mensajes de la opinión pública.
Así fue tejiendo un frente con una decena de partidos, donde predomina la UCR -sin desatender a sectores internos, tarea no menor-, el PRO -con su pujas-, el Socialismo y sus sectores. También concluyó el centenario partido fundado por Lisandro de la Torre. Por distintas formas, -debates o elecciones- logró que las diferencias fueran saldadas.
Todas estas acciones en general discurren con cierta docilidad hasta que llega el momento -si ello ocurre- de tener que gobernar. Esa perspectiva amplia no le hizo perder la idea de la enorme tarea por delante, de esta forma logró articular un gabinete en el que están representadas todas las fuerzas políticas y hasta sus grupos internos, enlazados en una idea de provincia, con tonalidades, pero unidad de objetivos.
Se observa la fortaleza en esa coherencia y en una total contracción al trabajo con jornadas que no tiene límite cuyo primer ejemplo es el que conduce; un día está en una localidad del norte profundo, la siguiente en el oeste chacarero, algún día de la semana en la siempre convulsionada Rosario, pasa por la casa Gris para la firma del despacho y reuniones, para salir hacia la punta de la bota. Sábados y domingos no reconocen otra cosa más que actividad; una fiesta regional, un seminario de un sector partidario, una reunión con un colaborador para programar acciones o una cita para dialogar con opositores que advierten sobre falta de presencia del Estado en un paraje o sobre acuerdos en ciertas políticas o ausencia en la agenda oficial de un reclamo. Así, nunca se lo ve agotado, siempre extiende la mano o posa para una foto.
Algunos colaboradores, segunda línea, nos dicen que “te llama a cualquier hora y cualquier día”.
VI – En un tiempo donde la constante es “no hay plata”, con relaciones siempre calientes con la Nación, casi como provocando ese discurso de tono irrespetuoso, responde con obras públicas. Luego de décadas de desidia, reclamos y teniendo fresco ese anuncio de; “’Vamos a construir el puente Santa Fe-Santo Tomé en compensación por la inversión que la provincia hará en la ruta 19 nacional”, que el 29 de agosto de 2007 espetó el presidente Néstor Kirchner desde el Parque Industrial de Sauce Viejo, en forma express se proyectó y licitó el viaducto tan anhelado. El actual se habilitó el 14 de julio de 1939, primera década infame de nuestra historia.
Con no poca razón cualquiera puede decir: “se concluirá….?”. Solo el tiempo dará la razón, lo cierto es que desde aquel lejano día del anuncio y posterior firma de un acuerdo entre Obeid y de Vido, en donde no se clavó una sola pala en la tierra de cualquiera de las márgenes del Salado, hoy se observa el comienzo de la obra.
Si en algo todos estaban de acuerdo era en la reforma de la Constitución que reconoce antecedentes en aquellas gestiones justicialistas -luego del retorno de la democracia- pero que nunca se pudieron llevar adelante: hoy estamos por iniciar los debates, observando con rigidez los procedimientos republicanos. Las mismas coincidencias, o más todavía, existía respecto a las reformas en el sistema de justicia, comenzado por la cabeza; se renovó la mitad del cuerpo. Falta seguir, es cierto, pero es un inicio auspicioso.
De todos, el tema que más atención concitaba de los santafesinos y santafesinas, era la seguridad en versión de violencia irrefrenable en Rosario. Parece que ello es un recuerdo y desde el gobierno se aduce firmeza de políticas públicas. Puede haber dudas, pueden darse otros análisis, entre ellos cómo no aplicó esa firmeza en los cuatro años consecutivos al frente de Seguridad; lo cierto es que esa sangría se ha detenido. Recordemos que no eran conflictos interpersonales, ni disputas barriales y menos violencia doméstica; era guerra narco cuya característica fundamental por sobe otras causas, es que sobran recursos para sostenerla.
VII – Corresponde a politicólogos analizar con mayor profundidad las causas de esta realidad, Es apenas, la nuestra, una mirada para tratar de explicar las causas de un triunfo electoral que no es más que una coyuntura. En la noche del domingo, en caliente, Pullaro dijo que “tener la mayoría no nos da la razón”; puede ser una frase meditada, puede ser un gesto, puede ser una locución impostada, solo el tiempo lo podrá decir.
Tendrá razón si la provincia crece, si las obras anunciadas se concretan, sin los actores sociales son escuchados y si se pueden articular políticas para responder a los reclamos, si se puede sostener la política de seguridad y educación.
Durante la semana se conocieron encuestas que lo encaraman como el gobernador con mejor imagen. Bueno, le sugeriría que tome esto con calma: los colegas con los que se compara dejan mucho que desear. También es un dato de la realidad que se buscan líderes, hombres o mujeres que puedan construir una idea de país y sumar la mayor cantidad de voluntades. Pullaro esboza, por antecedentes y por lo hasta ahora realizado, que marcha en esa dirección.
Los santafesinos, tan sufridos por pasados desencuentros, en medio de una política nacional que no conoce de razones, al menos nos merecemos un tiempo de sosiego.
Por Ricardo Miguel Fessia
Fuente: CFIN