“Liderar es tomar decisiones y asumir las consecuencias, marcar un rumbo, tener la capacidad de escuchar, tener la humildad de saber que hacemos cosas bien y mal. Liderar no es creernos que somos el mejor equipo de los últimos 50 años y después fracasar”, dijo de manera tajante el dirigente del radicalismo, en su discurso de cierre para conmemorar los 39 años del triunfo de Raúl Alfonsín.
En su intervención, Morales reivindicó la unidad de la alianza opositora de Juntos por el Cambio para disputar la Presidencia en 2023, pero claramente intentó diferenciarse del macrismo, en el marco de la disputa al interior de la coalición por las candidaturas del próximo año.
“Tenemos gestión. No nos van a correr, no nos van a enseñar. Uno siempre tiene que aprender, pero que no nos corran con situaciones que podemos controlar y que realmente podemos hacer. Podemos gobernar el país”, dijo el dirigente de la UCR. En ese contexto, y sin mencionarlo directamente, retomó su reproche por una serie de declaraciones que brindó Mauricio Macri hace meses, en las que calificó a Hipólito Yrigoyen, el primer presidente de la UCR, como un “populista”.
“No acepto la descalificación de quienes nos dicen populistas y creen que somos atrasados porque nos abrazamos a ideales de nuestro partido que nos devolvió a la democracia en 1983″, expresó Morales en un claro mensaje a sus socios del PRO.
El radicalismo convocó hoy a un acto en Costa Salguero con un mensaje a sus socios del PRO dentro de la coalición Juntos por el Cambio (JxC), de cara a la conformación de listas para las elecciones presidenciales de 2023 y un llamado a armar “fórmulas cruzadas” entre ambos partidos.
Con la consigna “Unidos ganamos” y “Democracia para siempre”, la UCR organizó el acto con toda la liturgia radical, donde no faltaron los bombos, platillos, banderas con los colores rojo y blanco, la marcha radical y la presencia de toda la dirigencia del país, con excepción de Facundo Manes, también anotado para la carrera presidencial, quien se encuentra de viaje por España.
De parte de sus socios de la coalición, estuvieron presentes en el encuentro el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta; el diputado por la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli y dirigentes como Felipe Miguel, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio por parte del ala más dialoguista del PRO; el presidente de la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro, y la diputada del Bloque Encuentro Federal, Margarita Stolbizer, entre otros, mientras que la presidenta del PRO, Patricia Bullrich -enrolada en el sector más duro- envió un mensaje grabado.
Las dos figuras políticas más relevantes del evento fueron el titular del partido y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, precandidato presidencial por la UCR, como el senador Martín Lousteau, anotado en la carrera por la sucesión de Rodríguez Larreta al frente del Gobierno porteño, quienes brindaron los dos últimos discursos del acto después de que se emitieran fragmentos del emblemático discurso de Alfonsín en la avenida 9 de Julio.
“El error que cometimos entre 2015 y 2019 es no haber podido lograr un gobierno de coalición. El desafío es que realimente concretemos un Gobierno de coalición. Necesitamos demostrarle al pueblo y a nosotros mismos que podemos gobernar en el marco de las diferencias, ese seria el logro”, expresó Gerardo Morales, en el discurso de cierre del acto.
La disputa por las candidaturas
La actividad comenzó con un video que reseñó el poder que ostenta la UCR en el país: “Tres gobernadores, 45 diputados nacionales, 18 senadores nacionales, 400 intendentes. Hay ideas, hay líderes hay gestión”, señaló el mensaje, en el que apunta a la conformación de listas para el 2023.
Tras destacar la “musculatura y territorialidad” del radicalismo en todo el país, Morales anunció la convocatoria a un congreso doctrinario del partido que se realizara en en marzo del año que viene en la provincia de Córdoba para “para dar el debate interno para conformar un plan de gobierno para consolidar Juntos por el Cambio”.
La cita coincide con el aniversario del 30 de octubre de 1983, cuando Raúl Ricardo Alfonsín se impuso en los comicios presidenciales celebrados para el retorno de la democracia, tras la sangrienta última dictadura, con un amplio margen sobre la fórmula con la que compitió el peronismo, encabezada por Ítalo Argentino Lúder.
Alfonsín obtuvo el 51,75% de los votos contra el 40,16 del postulante justicialista, y asumió su cargo el 10 de diciembre del mismo año.
Fuente: Infobae