El ex presidente Mauricio Macri celebró este lunes por la noche la decisión del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, de no venir a la Argentina para participar de la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se realizará en Buenos Aires. “Maduro tuvo miedo. Se dio cuenta de que algo está cambiando en la Argentina”, consideró el ex mandatario nacional en un breve mensaje que publicó en su cuenta oficial de Twitter.
La decisión del líder del régimen chavista, que había sido invitado a la reunión por el presidente Alberto Fernández, se dio a conocer más temprano a través de un comunicado oficial de ese país, que detalló que en su lugar estará su canciller, Yván Gil.
Si bien en un momento se especuló con la posibilidad de que Maduro participara de manera presencial de la cumbre, que comenzará este martes, su posible arribo había generado polémica y la crítica por parte de la oposición, principalmente de Juntos por el Cambio, y de los venezolanos residentes en la Argentina.
De hecho, el propio Macri había publicado una carta titulada “Vergüenza y Esperanza”, en la que repudió la eventual llegada del dictador y de su par de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien sí asistirá al evento y ya se encuentra en Buenos Aires.
“La inmensa mayoría de los argentinos sentimos vergüenza de que nuestro país se asocie con otros donde hay persecución, tortura, narcoterrorismo, presos políticos y elecciones fraudulentas que se burlan de la democracia”, comenzó el comunicado del líder del PRO, que compartió en sus redes personales.
Sobre esto, y enviando un mensaje directo a los argentinos, el ex jefe de Estado había expresado: “La bienvenida a estos dictadores no la organizamos nosotros los argentinos, sino un gobierno que languidece en su mediocridad, uno que pronto se llevará el desgraciado honor de haber sido el peor gobierno de la historia de la democracia de nuestro país”.
En sintonía, la titular del PRO, Patricia Bullrich, realizó una presentación ante la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para solicitar la captura de Madura en caso de que aterrizara en Buenos Aires.
La dirigente opositora sostuvo que para la Argentina “es muy importante luchar contra los políticos involucrados en organizaciones criminales”, por lo que la colaboración con el organismo norteamericano era “por el bien de nuestras democracias”.
En este contexto, Alberto Fernández había defendido la invitación que le hizo a Maduro, al señalar, durante una entrevista con un medio brasileño, que “Venezuela es parte de la CELAC”, por lo que el dictador estaba “más que invitado”.
Finalmente, el régimen chavista emitió este lunes un comunicado en el que confirmó que su líder no iba a viajar a la Argentina, argumentando que fueron “informados de manera irrebatible de un plan elaborado en el seno de la derecha neofascista”, cuyo objetivo era, supuestamente, “llevar a cabo una serie de agresiones” en contra de su delegación.
En vista de ello, prosigue el escrito, el dictador tomó “la decisión responsable” de enviar al canciller, Yván Gil, “como jefe de delegación con las instrucciones de llevar la voz del pueblo de Venezuela”.
En esta línea, consideraron que sectores de la derecha pretendían “montar un show deplorable a fin de perturbar los efectos positivos” de la cumbre, “y así contribuir a la campaña de descrédito” contra Venezuela, un plan, aseguraron, “emprendido” desde Estados Unidos.
Por su parte, el canciller Gil llegó este mismo lunes al mediodía a Buenos Aires en un vuelo privado, pudo saber Infobae de fuentes aeronáuticas. La aeronave, un Lear Jet 60, matrícula LV CCO, partió desde Caracas e hizo escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).