Fue este miércoles de verano en pleno invierno un día largo y movido en el PRO. El ex presidente Mauricio Macri criticó la decisión de María Eugenia Vidal de apoyar públicamente la precandidatura de Horacio Rodríguez Larreta, sacudió la interna de Juntos por el Cambio, y dejó con sus declaraciones un lugar vacante que puede ser decisivo para el día después de las PASO: el rol de garante de la unidad opositora, reconocido por los sectores en pugna.
A menos dos semanas de las primarias, en las que se enfrentarán Larreta y Patricia Bullrich, el anuncio de Vidal que hizo a la mañana impactó con fuerza en las distintas filas opositoras y reavivó las diferencias y los enconos que habían quedado aletargados después de la victoria frente al peronismo en Chubut y las negociaciones sigilosas para que la noche del 13 de agosto todos confluyan en un búnker común.
“Faltando pocos días para las PASO y con la convicción de que el 14 de agosto vamos a estar todos juntos, unidos, quiero contarles que en las próximas elecciones, voy a votar por Horacio”, fue el párrafo central del mensaje que publicó Vidal, y que generó elogios del larretismo y una ácida andanada de críticas, incluso del propio jefe de campaña de Bullrich, el legislador Juan Pablo Arenaza. Trascartón, aparecieron las declaraciones inusualmente duras del propio Macri.
El ex presidente habló en medio de una recorrida de campaña en el partido bonaerense de San Nicolás, junto al intendente Manuel Passaglia, y su hermano Santiago, que competirá por la sucesión. En una improvisada conferencia de prensa en un bar nicoleño fue consultado por el posteo de Vidal y su reacción descolocó a muchos en Juntos por el Cambio, tanto en las filas de Bullrich como de Larreta.
“Creo en la competencia. No lo veo como una sorpresa, dada la relación de tanto tiempo que tienen Larreta y Vidal, que se apoyen recíprocamente. Pero también lo escuché a Ritondo. Tiene razón en estar desilusionado porque lo mejor en la vida es hacer lo que uno dice. Y no hacer una cosa distinta de lo que uno dice. Lamentablemente, siento que María Eugenia ha tomado varias decisiones sucesivas en las cuales ha desdibujado su perfil”, fue la frase incisiva del ex mandatario.
“María Eugenia ha tomado varias decisiones sucesivas que desdibujaron su perfil y eso es lo que le duele a la gente que está con ella, que se habían comprometido con Patricia (Bullrich) y con RItondo a la cabeza, como uno de los líderes más importantes que ella tenía dentro de su grupo”, agregó Macri, quien hasta este miércoles mantenía una aparente prescindencia y cumplía con su palabra de no inclinar la balanza en la interna opositora.
Pero las palabras de ayer por la tarde mostraron un cambio de sintonía que remite a un anuncio que había hecho en privado y en algunas de las escasas entrevistas que concedió de que no sería neutral y que se iba expresar si veía que algunos de los contendientes se alejaban de lo que él considera que debía hacer el futuro gobierno.
La crítica contra Vidal -que morigeró en un posteo que, igual, reiteró lo principal de la entrevista- fue el primer movimiento de un posible giro más activo en favor de la precandidatura de Patricia Bullrich, a quien Macri viene apoyando de manera discreta, con recursos, contactos políticos, equipos de campaña y dirigentes y cuadros técnicos que nutren su campaña electoral. Por fuentes cercanas al ex presidente trascendió incluso que podría confirmar el apoyo a quien fuera su ministra de Seguridad en entrevistas periodísticas.
Sobre esta versión hubo una declaración más en San Nicolás que va en esa sintonía y que la brindó Macri cuando le preguntaron a quién apoyaba él de los dos: “Lo importante es que entendamos que la Argentina necesita un cambio profundo. Si seguimos como ahora lo único que vamos a tener es más pobreza y exclusión. Argentina necesita un cambio profundo, rápido, claro y firme, porque necesitamos sacar a la gente de la desesperanza en la que ha caído. Este es el camino y, como lo dije hace mucho tiempo cuando presenté “Primer Tiempo”, somos el cambio o no somos nada. La gente tiene que elegir a quien representa eso”. Uno de los lemas con los que arenga Bullrich recoge lo central de esa idea: “Si no es todo, es nada”.
Desmentida a medias
Las duras declaraciones que trascendieron a primera hora de la tarde del miércoles generaron un fuerte impacto político en Juntos por el Cambio y en las redes sociales se multiplicaban las reacciones en contra de Vidal. Por la andanada de cuestionamientos que inició el bullrichismo, en las redes sociales se impusieron como tendencia descalificaciones contra la ex gobernadora.
En medio de todo ese ruido, Macri usó sus redes sociales para relativizar -a medias- sus palabras. “Quiero dejar en claro que en ningún momento cuestioné a María Eugenia por su decisión de apoyar públicamente a Horacio. Mi posición históricamente siempre fue la misma, cada uno es dueño de sus decisiones y estas no deben ser cuestionadas. De esa libertad surge también la responsabilidad individual”, afirmó.
Y agregó Macri: “¿Qué mérito o culpa tendría alguien si no puede hacer lo que quiere o decir lo que piensa? Yo creo en eso, para bien o para mal todos debemos ser autores de nuestro destino”. Pero sin embargo, reiteró la crítica que había pronunciado en la improvisada conferencia con los medios de San Nicolás: “Por otro lado, también entiendo el desencanto de Cristian Ritondo, que sintió que no se había cumplido con la palabra empeñada porque también, como dije otras veces, creo que hay que cuidar la palabra”.
¿Por qué la mención permanente a Ritondo? Es que el diputado nacional, que intentó competir por la precandidatura a gobernador bonaerense, que finalmente Bullrich le dio a Néstor Grindetti, expresó en sus redes sociales y en entrevistas periodísticas su desacuerdo con la decisión.
“Me decepciona la decisión de María Eugenia y se lo dije personalmente. Me dijo que iba a mantenerse neutral. Yo trabajé con ella durante años y dimos batallas importantes en la provincia de Buenos Aires que nunca se habían dado. La persona con carácter para seguir ese cambio es Patricia Bullrich”, aseguró el legislador en comunicación con CNN Radio. “No vale todo por un voto y no me gusta cuando se critica la propuesta de Patricia”, amplió.
Hoy Ritondo es cabeza de lista de Bullrich para diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires y tiene la promesa de que será -si ganan la interna y luego Juntos por el Cambio se impone en las presidenciales- el futuro presidente de la Cámara baja. Pero así como él está con Bullrich, otras dos “espadas” del vidalismo militan y trabajan junto a Larreta: Federico Salvai y Federico Suárez, que la acompañaron durante la gobernación bonaerense, están en el larretismo. “Fui clara con mi equipo. No soy dueña de las decisiones de nadie. A todos les respeté su decisión de elegir y yo elegí en libertad. Cumplí con la palabra, dije en entrevistas que iba a anunciar días antes a quién iba a
apoyar”, recordó Vidal anoche.
En medio de esas idas y vueltas, y después de conocerse la publicación de Macri que moderó las primeras críticas, trascendió que había existido una comunicación entre ambos. “No hubo nada”, le dijeron a Infobae fuentes inobjetables. Esa aclaración expone el nivel de deterioro que hay en ese vínculo.
Causas y síntomas
Fuentes del bullrichismo y del larretismo tenían, claro, miradas divergentes sobre lo que ocurrió este miércoles. Los primeros bramaban que Vidal les había dado la palabra de que se mantendría neutral y no diría su preferencia. Mientras que los segundos entendían que todo se originó en un error no forzado frente a cierta inquietud por una recuperación en las encuestas de Larreta.
Cerca de Bullrich había posiciones ambiguas sobre Macri. Si bien reconocen el peso específico que tiene en la militancia y el electorado de Juntos por el Cambio, reconocían incomodidad porque una excesiva cercanía podría instalar el temor a que se repita el “doble comando” que con Cristina Kirchner y Alberto Fernández llegó al paroxismo.
“La voz de Mauricio en los votantes duros del PRO es clave. En las PASO hay que ganar el núcleo duro del voto macrista. Después es otra campaña y otra elección. Ahora, habrá que medir bien lo que va a decir, porque ninguno quiere que se piense que se va a repetir la dupla Alberto-Cristina, aunque nadie puede imaginar siquiera que Patricia sea igual que Alberto”, dijeron en el entorno del bullrichismo.
Otra perspectiva había entre los estrategas electorales del larretismo. Allí había algarabía contenida. Se interpretó las declaraciones de Macri como una mera boutade, alentada por un incipiente nerviosismo debido a dos tendencias contrapuestas: una recuperación de Larreta y un estancamiento de Bullrich.
“Lo que hubo de parte de Macri con esas declaraciones tan agresivas fue un error grave, estratégico. Se corrió del lugar de gran elector, de árbitro o garante de la unidad. Él sabe que ya no es candidato y que su lugar será cada vez más declinante, por eso debía ser reconocido por todas las partes como equidistante para cumplir una función que puede ser muy importante a partir del 13 de agosto. Se alejó de ese rol y se embanderó contra Horacio y a favor de Patricia”, reconocía un analista político que asesora a Juntos por el Cambio.
Fuente: Infobae