La ex senadora criticó el exceso de planes y aseguró que el dinero destinado a la asistencia muchas veces no llega a la gente
Hilda Beatriz González de Duhalde, más conocida como “Chiche”, fue Primera Dama del ex presidente Eduardo Duhalde y también ocupó una banca en el Senado. Hace días acaban de cumplir 50 años de casados y aún siguen viviendo en la misma casa de Lomas de Zamora en donde fueron protagonistas y testigos de nuestra propia historia. Hoy su mejor legado son los cinco hijos que tienen y sus nueve nietos.
El matrimonio fue noticia durante el último tiempo por la polémica vacunación que recibieron en su casa y porque sus declaraciones sobre la actualidad siempre causan impacto. En esta ocasión, y bajo un clima de total tranquilidad, la ex senadora recibió, en la intimidad de su hogar, a Infobae para hablar de todo. La entrevista duró más de una hora y estuvo bajo la exclusiva custodia de su señor esposo, Eduardo Duhalde, quien muy atentamente la escuchaba y esperó a que finalizara para almorzar juntos.
Distendida y sin eufemismo, Chiche habló de todo. Entre otras cosas, del reciente escándalo en Olivos, que -cree- dejó muy dañada la imagen presidencial. “Es casi imposible de recuperar”, opinó.
—¿En qué momento de su vida se encuentra?
—En un momento muy lindo, de mucha tranquilidad y de mucha unión familiar. Han ido pasando cosas familiares que la verdad me llenan de alegría, porque me han mostrado que lo bueno que sucede en la familia es que estemos todos tan unidos. Tanto mis hijos como mis nietos. Esta semana mi hija cumplió 40 años, una de mis hijas, y verlos, nada más observar lo bien que se llevan tanto mis hijos como mis nietos, los de 23 años como los más chicos, los de 7, y cómo pueden compartir en armonía y con alegría…, digo: “¡Qué lindo lo que construimos.!” Entonces, en este tiempo, que nos obliga más a estar mirándonos hacia adentro, me di cuenta de que tan mal no hicimos las cosas en el orden familiar.
—¿En lo personal cómo la afectó la pandemia?.
—La pandemia creo que nos afectó como a todo el mundo. A mí por lo menos me obligó a posponer proyectos que tenía iniciados. Proyectos que tenía con la posibilidad de seguir capacitando, sobre todo, en el tema mujeres. Yo creo mucho en el rol de la mujer en todos los órdenes, pero mi experiencia fundamentalmente radica en eso. En la capacitación y en la preparación de mujeres como el eje central de la familia como para que puedan abordar un montón de problemáticas nuevas que van surgiendo casi permanentemente, y la mujer tiene que estar preparada justamente para eso, para abordarlas con determinado éxito.
—¿Cuál es el principal problema de la mujer hoy?
—No es un sólo problema. Las mujeres, si hablamos de la mujer de los sectores más humildes, tienen determinadas problemáticas. Una es justamente la pobreza. Y la pobreza le imposibilita el acceso a la educación, que es un elemento esencial para su propio crecimiento. La imposibilidad de acceder a un trabajo bien remunerado. La imposibilidad de poder acompañar a sus hijos muchas veces en un sistema educativo que hoy tiene muchas carencias, porque siempre se sabe que una mamá educada puede ayudar a sus hijos a que tengan mejor calidad en cuanto a la salud, a la educación. Mejora todo lo que tiene que ver con la situación familiar. A mejor educación materna, mejor calidad del entorno familiar.
— ¿Va a retomar ese trabajo pendiente?
—En cuanto la sociedad argentina esté mayoritariamente vacunada con dos dosis vamos a retomar la actividad.
—Mencionaba a las mujeres, ¿qué opina del feminismo?
—Yo creo que todos los procesos revolucionarios, como puede ser este proceso, el proceso del feminismo, se dan así, se dan, compulsivamente, de una forma muy notoria. Y es natural que así sea. Y llegará un momento en el que volverá a su cauce. Creo que era absolutamente necesario que la mujer se pusiera de pie. Y es un proceso, no se logra a los empujones. Pero de alguna manera tenía que hacerse visible.
—¿Alguna observación para destacar durante este proceso?
—Sí. No tienen que olvidarse de lo que las motivó. Por ejemplo, con el tema del aborto. Tanto las que defendieron el aborto como las que estuvieron en contra del aborto, me da la sensación de que una vez votada la ley abandonaron esa lucha. No las veo siguiendo esa lucha. Y la lucha no terminó. Porque verdaderamente la ley no cambia la historia. Y entonces me parece que unas y otras tienen que ponerse de acuerdo en algunas cosas.
—Una vez aprobada la ley, dice que el tema quedó ahí…
—Parece que hubiera quedado ahí. Entonces, unas habrán llorado y otras habrán festejado. Pero ahora hay que hacer un seguimiento. ¿Verdaderamente se está cumpliendo la ley? ¿Verdaderamente se está haciendo todo lo que el Estado tiene que hacer para prevenir?
—¿Qué percibe?
— Percibo que han bajado los brazos.
—En estos días Florencia Peña se vio afectada por la visita a la quinta de Olivos con un montón de calificativos enmarcados en violencia de género. ¿Qué opina al respecto?
—Me parece muy bizarro todo. Me parece muy bizarro y que no merece opinión. No me gusta que pongan a las mujeres en ese lugar, porque no sé, realmente no tengo elementos probatorios de nada de eso, me parece bizarro. A mí me tocó estar un año y medio en la residencia de Olivos y la verdad que no teníamos tiempo más que para trabajar. Porque verdaderamente el país se incendiaba. En tiempos de campaña se dice cualquier cosa, y no me gusta la verdad la actitud de Fernando Iglesias. No me gustó nunca la actitud de Fernando Iglesias en cualquiera de sus declaraciones. Por la forma. Y verdaderamente las cosas hay que comprobarlas, de un lado y del otro.