El informe anual de la Cepal indica que la región volvió a tener más de 200 millones de pobres, pese a las medidas de protección social de emergencia adoptadas por los gobiernos
La pobreza en América Latina aumentó en 2020 a los niveles más altos en los últimos 12 años, alcanzando a un 33,7% de la población total de la región, debido a la crisis económica provocada por el covid-19, informó este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Pese a las medidas de protección social de emergencia adoptadas por los gobiernos de la región para frenar el covid-19 “la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se han observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente”, indicó un informe sobre el impacto social de la pandemia.
Según la Cepal, como consecuencia de la aguda crisis económica derivada del coronavirus, que provocó una caída de un 7,7% del PIB en todo 2020 en América Latina, la pobreza alcanzó a 209 millones de personas, un 33,7% de la población total de la región de 654 millones de habitantes.
En tanto, la pobreza extrema afectó a 78 millones de personas.
La CEPAL, dependiente de Naciones Unidas, destacó en su estudio el aumento en el malestar social en la región, lo que debería ser aprovechado para establecer nuevos modelos de desarrollo y bienestar.
“Los efectos de la pandemia de enfermedad por coronavirus se han extendido a todos los ámbitos de la vida humana, alterando la manera en que nos relacionamos, paralizando las economías y generando cambios profundos en las sociedades”, señaló el informe.
Los impactos de la pandemia “se ven agravados por los problemas estructurales de la región: principalmente, los elevados niveles de desigualdad, informalidad laboral, desprotección social, pobreza y vulnerabilidad”.
Además, la región posee sistemas de salud y protección social débiles y fragmentados, junto a asentamientos urbanos marginados en expansión carentes de acceso a servicios básicos.
Los efectos de la pandemia sobre las condiciones de vida de la población se potencian con el paulatino aumento de la pobreza y la pobreza extrema y la ralentización en la disminución de la desigualdad observados en el quinquenio previo a la crisis del coronavirus.
En ese período, el PIB de América Latina y el Caribe había crecido en promedio solo un 0,3% por año, la pobreza extrema había aumentado del 7,8% al 11,3% de la población y la pobreza trepó hasta el 33,7%.
La pandemia aumentó al mortalidad en la región y podría afectar el índice de esperanza de vida de acuerdo a cómo sea su evolución.
“Si bien la mortalidad es el resultado más dramático asociado al COVID-19, aún se desconocen los efectos a largo plazo sobre la salud de las personas que se han recuperado de la enfermedad”, dijo el organismo.
Según Cepal, con el 8,4% de la población mundial, América Latina registró el 27,8% de las muertes por el virus.
En cuanto a educación, el informe señala que “el cierre prolongado de las escuelas puede generar una crisis en el ámbito del aprendizaje y constituir una ‘catástrofe generacional’” ayudando a profundizar la desigualdad, además de elevar el riesgo de abandono escolar.
A nivel laboral, los datos disponibles muestran que la crisis ha repercutido de manera desproporcionada en los trabajadores informales y las mujeres, mientras que hacia el futuro es posible que se reduzcan las oportunidades para personas mayores.
“También es probable que las desigualdades étnicas y raciales, así como las vinculadas al territorio, la discapacidad o la situación migratoria, se incrementen”, señaló.