Un colapso en el sistema eléctrico dejó sin suministro a más de 200.000 hogares en Argentina este lunes, en medio de la ola de calor que provocó un consumo récord de energía. La falla estuvo vinculada a la interrupción del envío de potencia desde Brasil, según fuentes oficiales, aunque aún no se conocen los motivos. La crisis también incluyó la salida de servicio de dos líneas de 500 kV, lo que agravó la situación en varias regiones del país.
Las zonas más afectadas fueron el Gran Buenos Aires, el NOA, NEA, Centro, Cuyo, Litoral, Comahue y el interior de la Provincia de Buenos Aires. Para mitigar la falta de generación, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) aplicó una medida inédita: solicitada a la siderúrgica Acindar reducir su consumo. Esta estrategia, contemplada en los planos de contingencia, permite compensaciones económicas a las empresas que aceptan la reducción de demanda.
Desde la Secretaría de Energía informó que “los cortes ya están todos repuestos y la interconexión con Brasil por el momento encuentra su capacidad reducida a un 50% (1100 MW)”. A las 14.45, la demanda eléctrica alcanzó un pico de 30.240 MW, superando el récord del año pasado. Un colapso de tensión en el NEA redujo 700 MW antes del apagón, lo que evitó que el consumo se disparara aún más temprano.
Las provincias del NEA fueron de las más afectadas en las últimas semanas. Según Econojournal, “en la última ola de calor, Formosa, Chaco, Corrientes y, en menor medida, Misiones llegaron a perder más del 50% de la demanda eléctrica durante los colapsos”. Ante la creciente crisis energética, algunos gobernadores reclaman inversiones en infraestructura para evitar nuevos cortes en el futuro.
El Servicio Meteorológico Nacional pronostica lluvias y un descenso de la temperatura en los próximos días, lo que aliviaría la demanda energética. Sin embargo, febrero y marzo suelen registrar picos de consumo con la reactivación de las actividades tras las vacaciones, por lo que el riesgo de nuevos apagones sigue latente. Mientras tanto, una encuesta de Casa Tres reveló que el 44% de los argentinos prefiere mantener las tarifas sin aumentos, aun a costa de eventuales cortes de luz.