Los manifestantes, que fueron reprimidos violentamente, ondearon la bandera tricolor, viejo emblema negro, rojo y verde, que los islamistas reemplazaron por otra blanca con inscripciones de la fe islámica.
Manifestantes afganos desafiaron este jueves al poder talibán y ondearon la bandera tricolor en manifestaciones desarrolladas en varias localidades por la independencia del país, que fueron reprimidas violentamente por integrantes de la milicia radical que enfrenta crecientes desafíos a su Gobierno.
En Asadabad, capital de la provincia oriental de Kunar, los talibanes abrieron fuego contra grupos que marchaban ondeando el viejo emblema negro, rojo y verde, que los islamistas reemplazaron por otra blanca con inscripciones de la fe islámica.
Testigos citados por la red Al Jazeera dijeron que dos personas resultaron muertas por la represión en esa ciudad, pero este dato no fue confirmado por ninguna fuente oficial e incluso otras versiones hablaron de tres víctimas fatales.
Según las mismas fuentes, un episodio similar se vivió en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, donde los disparos talibanes hirieron a dos personas que celebraban el fin al dominio británico (1919) portando lienzos con la inscripción «Nuestra bandera es nuestra identidad».
Entretanto, un funcionario de la ONU advirtió sobre la grave escasez de alimentos en esta nación de 38 millones de personas y destacó que los talibanes enfrentan los mismos problemas que el Gobierno civil al que desplazaron sin el nivel de ayuda internacional que tenía, consignó la agencia de noticias AFP.
Este hecho constituye un desafío para el nuevo poder político y militar afgano, que busca reprimir de inmediato cualquier disidencia, pese a sus promesas de moderación desde la última vez que impusieron un Gobierno draconiano en Afganistán.
En Kabul, en tanto, una enorme caravana de automóviles y personas cerca del aeropuerto portaban pancartas tricolor, que se está convirtiendo en un símbolo de desafío a los talibán.
En la provincia de Khost, en el montañoso sureste, las autoridades islámicas instituyeron un toque de queda de 24 horas tras disolver violentamente otra protesta.
Mientras tanto, figuras de la oposición reunidas en Panjshir, la última zona del país que no está bajo el Gobierno de los talibanes, hablaron de lanzar una resistencia armada bajo la bandera de la Alianza del Norte, que se alió con Estados Unidos durante la invasión de 2001.
No estaba claro qué tan seria amenaza representa este grupo luego que los talibanes lograron controlar casi todo el país en cuestión de días por la escasa resistencia de las fuerzas afganas.
Hasta ahora, los talibanes no ofrecieron detalles sobre cómo liderarán, aparte de decir que se guiarán por la sharia (ley islámica) y solo se sabe que están en conversaciones con importantes funcionarios de Gobiernos afganos anteriores.
Mientras tanto, crece la incertidumbre y la preocupación por que la milicia radical vuelva a imponer su brutal Gobierno, que incluyó confinar a las mujeres en sus hogares y llevar a cabo ejecuciones públicas.