El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva dijo este jueves en una entrevista radial que el líder venezolano, Nicolás Maduro, podría convocar nuevas elecciones con la presencia de observadores internacionales como una posible solución a la crisis política en el país.
“Maduro todavía tiene seis meses en el cargo […] si tiene sentido común podría intentar hacer un llamado al pueblo de Venezuela, tal vez incluso convocar a nuevas elecciones, establecer criterios para la participación de todos los candidatos, crear un comité electoral suprapartidario para que todos participen y dejar participar a observadores de todo el mundo”, indicó el mandatario brasileño.
Lula también dijo que un “gobierno de coalición” podría ser otra posible solución para Venezuela después de las disputadas elecciones presidenciales del mes pasado.
La crisis en Venezuela “tiene varias salidas”, aseguró da Silva. “Puede hacer un gobierno de coalición con la oposición (…) no puedo decir que triunfó la oposición porque no tengo los datos y mucho menos puedo decir que triunfó Maduro porque no tengo los datos (…) yo quiero los resultados (…) no puedo ser precipitado y tomar una decisión, quiero respetar la soberanía de otros países”.
El mandatario reiteró que todavía no reconoce a Maduro como ganador de las elecciones y que el presidente venezolano “sabe que le debe al mundo una explicación” al no haber presentado todavía las actas electorales.
Junto con los gobiernos de Colombia y México, Brasil intenta abrir el diálogo entre el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, y Maduro, quien fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin mostrar las pruebas de la elección.
Quien presentó ante el presidente de Brasil la sugerencia de nuevas elecciones fue el asesor especial de la presidencia, Celso Amorim, quien abogó por la presencia de la Unión Europea en caso de que los comicios se repitan. El gobierno de Maduro canceló la presencia de observadores europeos en las elecciones del 28 de julio.
Lula y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, conversaron por teléfono ayer para discutir la difícil situación social y política de Venezuela, en una llamada en la que insistieron en que el diálogo entre los distintos actores políticos venezolanos y la divulgación de las actas electorales por parte del CNE es la forma de superar la crisis en Caracas.
La conversación se limitó únicamente a los presidentes de Brasil y Colombia, tras la decisión de su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de no volver a hablar con ambos sobre el tema hasta que la Corte Suprema de Venezuela tome una decisión.
En una reciente entrevista, la líder de la oposición, María Corina Machado, insistió en que el resultado de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio “no es negociable” así como tampoco lo es “la soberanía popular”, rechazando tajantemente la idea de nuevos comicios.
“¿En qué cabeza cabe que se haga otra elección? Aquí ya hubo una, bajo los términos del régimen, con una campaña absolutamente desigual. Bajo sus términos fuimos, con sus máquinas, con sus actas… Nosotros las actas que tenemos son documentos oficiales del CNE. Bajo sus reglas, ganamos, el mundo sabe que arrasamos”, reiteró la opositora venezolana en conversación con El País.
El CNE dio la victoria al actual presidente Nicolás Maduro con el 51,95% de los votos, contra el 43,18% de Edmundo González, sin presentar pruebas. Por su parte, la oposición presentó supuestos registros electorales que muestran que su candidato obtuvo más del 60% de los votos, unos registros avalados por gran parte de la comunidad internacional y por centros independientes.
El Centro Carter, una organización de Estados Unidos que participó como observadora de los comicios del domingo, concluyó sobre el proceso electoral que “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”.
Por su parte, el Panel de Expertos Electorales de las Naciones Unidas publicó el martes por la noche un informe preliminar en el que afirmó que las elecciones de Venezuela del pasado 28 de julio no garantizaron los principios esenciales de transparencia e integridad fundamentales para unos comicios creíbles y que la falta de resultados detallados no tiene precedentes en las elecciones contemporáneas.