Elpapa Franciscohizo una reflexión sobre la crisis del país y aseguró que “el problema de la Argentina somos los argentinos”. A su vez, exhortó a los ciudadanos a “mirar siempre el final del camino” y no “frenarse a la mitad”. El Sumo Pontífice participó de un encuentro con jóvenes de todo el mundo que fue dado a conocer por el Vaticano en un podcast del Dicasterio de la Comunicación.
”Tenemos un país muy bello”, destacó el pontífice a una joven que le preguntó por la “lucha cotidiana para tener un país mejor”. En su contacto con la chica llamada Arianna, que participó del encuentro en formato radial, Francisco añadió: “Te cuento una historia: una vez fueron los ángeles a encontrar a Dios y a lamentarse. Le dijeron ´tú, padre eterno, sos injusto, porque a todos nosotros nos has dado una cosa de riqueza, ya sea el campo, las vacas, la minería, o la pesca. Pero a los argentinos les has dado todo. Porque la Argentina en rica en pesca, en minerales´. Y el eterno padre dicen que respondió: `Me di cuenta de eso y para balancear les di los argentinos´”.
Según el pontífice, “el problema de la Argentina somos nosotros, que tantas veces no tenemos la fuerza para ir adelante, para ser constantes en ir adelante”. En ese sentido, lamentó: “Cuando una cosa no funciona, cambiamos”. ”Y a veces creemos que con tres pasos termina todo, pero falta todo un camino”, analizó Francisco.
“Mirá el último mundial, los partidos contra Holanda y contra Francia. Con Holanda al inicio, el primer tiempo, era 2 a 0, bellísimo. Pero ¿qué hicieron los argentinos? (Dijeron) ‘ya ganamos’, y al final ganaron por un penal”, rememoró el pontífice sobre el partido del torneo de 2022. ”Con Francia, (iba) 3 a 1. (Dijeron) ‘ya ganamos’. Pero faltaba el segundo tiempo, y al final ganaron por un penal”, recordó sobre la final de la Copa del año pasado. “Creemos que la cosa termina porque nos cansamos en el camino y nos frenamos a mitad. Adelante, siempre hay que mirar el final del camino”, animó el Papa a sus compatriotas.
Del erotismo a la religión: las dos caras del extravagante sastre del Papa Francisco
Filippo Sorcinelli alterna entre motivos eróticos y religiosos en su trabajo, mientras en Instagram se muestra con el torso desnudo y en poses extravagantes.
El diseñador y artista no luce a primera vista como alguien que hace ornamentos litúrgicos y accesorios para papas y cardenales, sino más como un hípster o un rapero.
Pero el papa Francisco viste los hábitos que diseña Sorcinelli, como antes lo hizo también en su momento Benedicto XVI. ¿Encaja este arte extravagante en las estrictas normas de la Iglesia católica?
Sí, dice Sorcinelli en su estudio en Roma, entre túnicas y con música litúrgica de fondo. Ser religioso en la profesión es “fundamentalmente importante para este trabajo”, subraya el diseñador. Al mismo tiempo, destaca que él necesita también vivir su libertad artística para poder ser creativo.
Ya hubo ejemplos en el pasado de esa simbiosis entre arte y religión. Sorcinelli cita, entre ellos, al artista barroco Michelangelo Merisi da Caravaggio, quien halló el equilibrio entre las reglas de la Iglesia y la creatividad.
El diseñador afirma que ciertas reglas forman parte de la naturaleza de las cosas.
“Esto forma parte de la liturgia. La liturgia está hecha de reglas y hay que respetarlas, y con razón. Pero nada de esto limita la creatividad del artista”. Es precisamente esta interacción, estos supuestos opuestos, lo que conforma su obra.