Tras días de anuncios y advertencias, Israel inició la invasión terrestre contra el Líbano durante las primeras horas del martes. Esto se suma a los bombardeos en la zona sur de Beirut, mientras se lanzaron ataques contra el campo de refugiados Ein el-Hilweh, lo que marca una nueva escalada de violencia en la región.
“Incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas, basadas en información precisa, contra objetivos e infraestructuras terroristas de Hezbollah en el sur del Líbano”, señalaron en un comunicado desde las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) para oficializar la nueva etapa del conflicto.
La explicación está en que será una operación contra el grupo chií libanés, por lo que ya comenzaron con “aldeas cercanas a la frontera” que “representan una amenaza inmediata para las comunidades israelíes en el norte de Israel”, explicaron. A esto se suma la ofensiva contra el sur del Líbano, donde se dieron “ataques precisos a objetivos militares de la zona”.
Todavía no hay registros precisos del saldo de la primera noche de ataques, aunque el Ministerio de Salud libanés había informado horas antes que en las últimas 24 horas se registraron 95 muertos y 172 heridos. A esto se suman las más de 1000 víctimas fatales y el millón de desplazados forzados durante las últimas dos semanas.
Respuestas de Hezbollah
Lo cierto es que, ante los anuncios por parte de las fuerzas de Israel, Hezbollah decidió responder con nuevos ataques dirigidos a las tropas israelíes que estaban instaladas en la frontera entre los dos países.
El grupo chíi libanés emitió un comunicado pasada la medianoche donde comunicaba que el blanco de sus ataques eran tropas israelíes desplegadas en la frontera, y el IDF confirmó que se lanzaron 10 proyectiles desde el Líbano, de los cuales algunos fueron interceptados y otros cayeron en zonas abiertas.
El ataque se produjo, según Hezbollah, contra “soldados enemigos israelíes” en la puerta del asentamiento de Shtula y se usaron “proyectiles de artillería” que han conseguido “un impacto directo”.
Se trata de la primera invasión israelí al Líbano en casi dos décadas, después de las ejecutadas en 1978, 1982 y 2006, y se realiza después de la intensa campaña de Israel contra Hezbollah y de que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunciase el lunes que “la siguiente etapa de la guerra contra Hezbollah comenzará pronto”.