El Instituto Butantan ha recibido menos ingrediente activo que el pactado con la farmacéutica asiática, que en una reunión con diplomáticos se quejó por la postura del país sudamericano
Ejecutivos del laboratorio Sinovac pidieron que el gobierno de Jair Bolsonaro deje de criticar a China para garantizar el cumplimiento de los contratos de vacunas para el coronavirus, según informaron diplomáticos brasileños en documentos obtenidos por el portal O Globo.
Los cables enviados por la Embajada de Brasil en Beijing, presentados ante la Comisión de Investigación Parlamentaria (CPI) sobre la gestión del gobierno ante la pandemia, informaron sobre una reunión entre diplomáticos brasileños y los máximos líderes del laboratorio SinoVac, que manifestaron su rechazo a las declaraciones del mandatario.
“Podría ser útil que el acuerdo entre las empresas fuera visto como una demanda del gobierno brasileño”
SinoVac ha firmado un acuerdo con el prestigioso Instituto Butantan de Brasil para la producción de CoronaVac. Sin embargo, en las últimas semanas no se cumplió con el cronograma pactado del envío del ingrediente activo, fundamental para la producción local de las dosis, ya que solo recibieron el 75% de las cifras acordadas.
En la reunión celebrada el 19 de mayo en la sede de la empresa, según el reporte diplomático, el presidente de Sinovac, Yin Weidong, dijo que un cambio en la postura del gobierno generaría una relación “más fluida”.
Ante las inquietudes por el faltante, la respuesta de Yan fue política. “Sería conveniente, para el proceso, que el gobierno brasileño buscara ‘desarrollar una relación más fluida y positiva con el gobierno chino’”, dijo, según los diplomáticos. En la conversación, también habría resaltado a Indonesia y Chile como ejemplos de “reflejos positivos de buenas relaciones” con Beijing. En Chile, uno de los países con mejores tasas de vacunación de la región, el 90% de las dosis aplicadas son de Sinovac.
Según el documento, Yin “no afirmó categóricamente que habría una interferencia directa del gobierno en la asignación de insumos, pero destacó la importancia del buen diálogo entre Brasilia y Beijing”, ya que no se trataba de una cuestión únicamente comercial.
“Sería conveniente que el gobierno brasileño buscara ‘desarrollar una relación más fluida y positiva con el gobierno chino’”
Por ello, sugirió la posibilidad de una declaración política en apoyo a las exportaciones o incluso un tratamiento preferencial. “Podría ser útil que el acuerdo entre las empresas fuera visto como una demanda del gobierno brasileño”, añadió, según el documento, y también dijo que sería provechosa una declaración de Brasilia sobre la expectativa por el envío de insumos.
Globo reportó que en la reunión estuvo presente el embajador brasileño en Beijing, Paulo Estivallet, quien respondió que entregaría el mensaje al gobierno brasileño.
Dos semanas antes del encuentro, Jair Bolsonaro había hecho declaraciones que irritaron a China. Según sostuvo, el nuevo coronavirus sería parte de una guerra química que beneficiaría al régimen de Xi Jinping. “Es un virus nuevo, no se sabe si nació en un laboratorio o por algún humano que ingirió un animal inadecuado. Pero está ahí. Los militares saben que es una guerra química, bacteriológica y radiológica. ¿No estamos ante una nueva guerra?”, dijo en un acto oficial. Y luego apuntó contra el gigante asiático, evitando nombrarlo: “¿Qué país ha crecido más su PIB? No se lo voy a decir”.
Luego de ese acto, el director del Instituto Butantan dijo que “todas las declaraciones en este sentido tienen repercusión” y recordó que ya hubo inconvenientes anteriores por las expresiones políticas.
Posteriormente, en Twitter, el instituto expresó que “son los obstáculos burocráticos, políticos y diplomáticos, y no las “cuestiones contractuales con el Butantan”, los que han retrasado el envío del IFA (Ingrediente Farmacéutico Activo) de China a Brasil para la producción de CoronaVac. “Los perdedores son los brasileños, que necesitan urgentemente la vacuna”, lamentaron.
Las revelaciones del documento diplomático contradicen el testimonio presentado por el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, y el ex canciller Ernesto Araújo, quienes sostuvieron ante el Congreso que los discursos de Bolsonaro no tuvieron impacto en las negociaciones y el suministro.