Jovenel Moise fue encontrado boca arriba y acribillado. Cuatro “mercenarios” fueron abatidos y otros dos detenidos tras el magnicidio, indicaron las autoridades.
Haití no sale de la conmoción tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en su casa el miércoles a la madrugada por un comando armado.
La policía los persiguió y cuatro “mercenarios” fueron abatidos y otros dos detenidos . Por ahora no se filtró ninguna información sobre la identidad o la motivación de los atacantes del presidente. Lo único que dijo el primer ministro saliente Claude Joseph, es que los asaltantes eran “extranjeros que hablaban inglés y español”.
Mientras la investigación avanza, se conocieron nuevos detalles del magnicidio. El juez a cargo del caso, Carl Henry Destin, indicó al diario local Le Nouvelliste que Moise, de 53 años, fue encontrado acribillado y que su oficina y su habitación fueron saqueadas.
Doce balazos
“Constatamos doce orificios en el cuerpo del presidente”, dijo. El mandatario estaba “acostado boca arriba”. Llevaba puesto un pantalón azul y una camisa blanca “manchada con sangre”. Tenía “la boca abierta, el ojo izquierdo reventado” y “un impacto de bala a nivel de su frente, uno en cada pezón, tres en la cadera, uno en el abdomen “, precisó el magistrado, También destacó haber observado “12 orificios hechos con armas de gran calibre y con proyectiles de 9 mm”.
La única otra víctima del ataque fue la primera dama, Martine Moise, que fue trasladada a un hospital de Miami, Estados Unidos, para recibir tratamiento.
Sus hijos salieron ilesos
La hija del presidente Moise, Jomarlie, presente en el momento del ataque, se escondió en el dormitorio de su hermano, que también resultó ileso. Una empleada doméstica y un guardia fueron atados por miembros del comando que gritaron “Operación DEA” (por la agencia antidrogas estadounidense) cuando ingresaron a la propiedad, continuó el juez.
“Se encontraron muchos casquillos de cartuchos de 5,56 y 7,62 mm entre la casilla de seguridad y el interior de la residencia”, dijo Carl Henri Destin.
Estado de sitio
Tras darse a conocer la noticia, Joseph -quien asumió como premier en abril pasado en plena crisis institucional y de seguridad- dispuso de inmediato el estado de sitio, cerró el aeropuerto de la capital y blindó la frontera con República Dominicana, país con el que comparte la isla, en medio de rumores de que los mercenarios responsables del magnicidio podrían haber huido a esa nación vecina.
La oposición haitiana reclamaba la salida del poder de Moïse, con el argumento de que su mandato había concluido el pasado 7 de febrero, mientras que el presidente insistía en febrero de 2022 como término de su período de Gobierno.
En este difícil contexto, el país debe celebrar este año elecciones presidenciales, legislativas y locales, y también tiene agendado un referendo constitucional en septiembre, después de haber sido aplazado dos veces debido a la pandemia de coronavirus.
La muerte de Moise desató además una pulseada de poder entre el premier nombrado y el premier interino en Haití
El neurofisiólogo Ariel Henry, a quien Jovenel Moïse encomendó formar el nuevo Gobierno de Haití dos días antes de ser asesinado, reclamó su lugar en el poder y cuestionó los poderes especiales que asumió el primer ministro interino, Claude Joseph, tras el magnicidio de ayer.
“Soy un primer ministro designado, Claude era un primer ministro interino que asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Creo que tenemos que hablar entre nosotros. Se suponía que Claude iba a quedarse en el Gobierno que yo iba a formar”, se quejó Henry en una entrevista con el diario Le Nouvelliste anoche.
Advertencias de golpe
En febrero, Moise, un empresario bananero sin experiencia política previa, también advertía en una entrevista en el diario El País de un posible golpe de Estado en su contra por parte de “los oligarcas” haitianos. “Los oligarcas corruptos acostumbrados a controlar a los presidentes, a los ministros, al parlamento y al poder judicial piensan que pueden tomar la presidencia, pero solo hay una camino: elecciones”, afirmó entonces.
“El golpe de Estado no es un hecho puntual sino una secuencia de acciones. Hasta ahora los Gobiernos eran títeres de los grupos económicos, pero esto hoy esto no sucede y nuestras decisiones sientan muy mal a quienes se sienten poderosos e intocables. Un pequeño grupo de oligarcas está detrás del golpe y quiere apoderarse del país”, sostuvo.
Ola de violencia
El país atraviesa una profunda ola de violencia por conflictos territoriales entre pandillas armadas que dejó más de 10.000 desplazados en la capital del país. “El país ha estado en un ciclo infernal de violencia durante los últimos 18 años. Un ciclo infernal de inseguridad. Y este ciclo, nos pone en una situación en la que todo el tiempo estamos obligados a apagar el fuego”, dijo hace tres semanas ante la ONU Moise.
Losa 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU exigieron la en una declaración adoptada por unanimidad que los autores del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moise “sean rápidamente entregados a la justicia” por este “crimen odioso”.
También condenaron “en los términos más fuertes” el asesinato, precisa la declaración impulsada por Estados Unidos, un día antes de que el cuerpo de Naciones Unidas se reúna de urgencia para tratar la crisis en el país caribeño.
El Consejo de Seguridad llamó “a todas las partes a mantenerse en calma, ejercer la moderación y evitar cualquier acción que pueda contribuir a más inestabilidad”, indica el texto, que expresa también su “firme apoyo al diálogo”.
Los 15 países hicieron un pedido enfático “a todos los actores políticos de Haití a abstenerse de cualquier acción violenta y de incitación a la violencia”.
Luego de haber desplegado durante años sus Cascos Azules en Haití, la ONU solo mantiene en el país desde fines de 2019 una pequeña misión de apoyo político compuesta de 1.200 personas dirigidas por una exembajadora estadounidense, Helen La Lime.