El delantero, de 37 años, firmó el 2-1 con otra joya de su repertorio. Y también gritó el 3-1 de penal, con un toque sutil
El Pulga Rodríguez le imprime show en continuado a su regreso a Colón de Santa Fe. A los 37 años, fue la figura excluyente en el triunfo del Sabalero 3-1 ante Godoy Cruz, por la Copa de la Liga. En el estadio de Patronato (el Cementerio de los Elefantes está en obra), el tucumano anotó dos goles, uno, olímpico, sorprendiendo con su ejecución al arquero Espínola.
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Corrían 20 minutos del segundo tiempo cuando ubicó el balón en el vértice derecho del campo de juego. El elenco de Julio César Falcioni había conseguido el tiro de esquina tras un pase excelso del propio Rodríguez a Beltrán, cuyo remate posterior dio en un rival y se perdió por la línea de fondo.
El portero Espínola dio un paso al frente, pensando en el centro. Y Luis Miguel no dudó: sacó un remate cerrado, con el revés del pie, que el guardameta no pudo contener y terminó introduciendo aún más en su valla. Así, el Pulga puso el 2-1 parcial y destrabó un nuevo nivel en su carrera. Pero su faena no terminó ahí. Se hizo cargo de la ejecución del penal, a 14 minutos del epílogo. Y lo pateó sin carrera, con un toque suave, casi con desdén, a la izquierda de su adversario. Hasta su festejo fue mesurado, en comparación con el derroche de talento exhibido.
Ya en la primera parte había regalado un delicioso caño a Guillermo Ortiz. Pero su prestación en el complemento terminó incidiendo directamente en el score. El DT lo terminó reemplazando para la ovación en el primer minuto de descuento (en su lugar entró Farioili) y se ganó el cariño de todos los hinchas de Colón, que ya lo tienen en el pedestal desde que los condujo al título en la pasada Copa de la Liga y a la final de una Copa Sudamericana.
El toque sutil de Luis Miguel en el penal
“Sabíamos que teníamos que buscar los tres puntos para que sirviera el partido que hicimos en Boca, por momentos no jugamos del todo bien, pero buscamos por todos los medios”, analizó, haciendo alusión al debut, en el que Colón empató 1-1 ante el Xeneize en la Bombonera, gracias a una asistencia de taco del mismísimo Pulga, que Beltrán cambió por gol.
“El arquero me dejaba bastante, quise tirar el centro al primer palo, justo agarró la comba y se metió, la termina metiendo él, pero entraba igual”, se sinceró sobre su primera conquista, aunque reclamó el copyright en la tabla de anotadores.
En cuanto a su efectivo y estético remate desde los 12 pasos, explicó: “Queremos ver de inventar cosas para patear los penales, porque los arqueros cada vez esperan más, se hace difícil”.
Se trata del segundo ciclo del Pulga en el Sabalero: se había marchado a La Plata, pero a los seis meses rompió el vínculo para retornar a Santa Fe. “Estamos tranquilos, en Gimnasia también me fue bien, hice bastantes goles, pero ahora estoy en nueva etapa, tengo que tratar de acoplarme rápido al grupo y pensar que podemos conseguir cosas importantísimas con este equipo”, concluyó.