Tres días le alcanzaron a Newell’s para pasar de una goleada magistral en Santiago del Estero a una derrota lastimosa ante Tigre por 2-0. Y otra vez como local, otra vez en el Coloso, donde debería ser más fuerte y termina siendo más débil.
El cambio de esquema y las ausencias de Pablo Pérez y Cristian Lema terminaron siendo claves en un nuevo traspié en su casa, que por el momento le impidió asegurarse la clasificación a la Sudamericana, aunque está muy cerca.
Newell’s cargaba una goleada de visitante y tenía que volver a ganar en casa. Tigre venía con una racha invicta de nueve encuentros y jugando muy bien. Con estos condimentos, y con el aliciente de que arañando algún punto, en el caso de la lepra, y consiguiendo los tres, por el lado de Tigre, se metían definitivamente en copas internacionales, la previa tentaba a un interesante cara a cara.
Los primeros minutos presentaron duelos que sacaban chispas: Ditta ante Retegui, Sforza y Esponda contra Menossi y Equi Fernández, y Juanchon García batallando contra los duros centrales del matador. Típico partido de dientes apretados en el que no se condona ninguna distracción. Después de un primer cuarto de hora de estudio y de orden parejo, se terminaron las equivalencias. A los 24’, una imprudencia de Jacob en el área contra Armoa le obsequió un penal a Tigre que Retegui cambió por gol.
Newell’s no alcanzó a asimilar el golpe que, apenas cinco minutos después, un gran pase filtrado de Menossi entre la defensa dejo mano a mano al goleador del campeonato ante Morales, que no perdonó y puso el 2-0.Newell’s se desorganizó y fue al frente a las trastabilladas, ya sin un libreto escrito. Debía descontar rápido para que no se le fuera todo de las manos. Pero Tigre era muy superior. Con apenas dos o tres toques ya ponía a sus jugadores en una situación de riesgo frente a la valla de Morales.
La lepra intentaba con las escapadas de Panchito González y Balzi, pero todo quedaba en la nada. Si hubo algo que mantuvo al rojinegro en partido fue la expulsión de Ezequiel Fernández al final del primer tiempo, que dejó al matador con diez de cara al complemento, después de una doble amonestación.
Segunda parte sobre rieles y el equipo dirigido por Coria salió a hacer valer la diferencia númerica. No permitió que Tigre funcionara y adelantó todas las líneas varios metros para recuperar rápido y quedar de cara al arco visitante. Avisó un puñado de veces, con una arremetida de Luciano que no pudo definir bien ante la salida de Marinelli y después con un remate de Armando Méndez que quedó en manos del arquero. Así fue el comienzo, vertiginoso, con un objetivo: marcar para ponerse a tiro en el marcador.
Newell’s seguía yendo a los tirones, a puro centro a la olla, arremetidas de los zagueros, zapatazos desde afuera del área, pero nada funcionaba. Tigre estaba bien abroquelado atrás y, para colmo, chocó ante la enorme figura del arquero Gonzalo Marinelli. Fue la noche del arquero, para mal leproso.Y no pudo, ni con el rival con uno menos, ni con un penal a favor sobre el final. Juanchón García no pateó bien, el uno del matador se agigantó nuevamente y Reasco falló el rebote.
La historia parecía haberse sentenciado con esta acción. Newell’s chocó contra un arquero y contra sí mismo. Es un equipo que de visitante suele volverse con los tres puntos y que de local se apichona. Una historia repetida. La clasificación a la Sudamericana todavía debe esperar.
Fuente: La Capital