A Newell’s se le escapó un triunfo que tenía prácticamente en el bolsillo. La Lepra se fue al descanso dos goles arriba, pero en el segundo tiempo se quedó, perdonó a Patronato y terminó empatando 2-2 en el Coloso, por la sexta fecha de la Liga Profesional. Con la igualdad, ahora comparte la punta con Gimnasia.
Newell’s debía rendir examen en su casa. En la teoría, el Patrón le iba a plantear un trámite de partido a la inversa de la mayoría de las fechas anteriores, donde se midió contra rivales con mayor tenencia de pelota y dominio territorial. Y así fue, al menos en el comienzo, cuando la visita jugó más replegada y cautelosa. Pero eso no fue un problema para la Lepra.
En ese contexto, el equipo de Javier Sanguinetti mostró sus credenciales de entrada: tomó la responsabilidad, se calzó el traje de potencial líder, porque necesitaba sumar de a tres para recuperar el liderazgo en soledad, y salió con todo a buscar el gol que abriera el partido.
No tardó casi nada en conseguirlo. A sólo 5 minutos del comienzo, el paraguayo Gustavo Velázquez ganó en las alturas en el área rival y conectó un potente cabezazo que le dio a la Lepra una rápida y esperada ventaja en el resultado.
Pasó lo mejor que podía pasarle. Porque el gol tempranero obligó al equipo de Facundo Sava a salir del fondo y le dejó servido a Newell’s el escenario que más le agrada: mucho espacio para contragolpear y aprovechar la velocidad de los de arriba.
Así, tuvo al menos cuatro chances claras para aumentar la diferencia. Vangioni, García, Sordo y Ditta estuvieron cerca de anotar en el primer tiempo. Hasta que en una contra letal y veloz, marca registrada de este equipo, el propio Ramiro Sordo recibió el balón entrando al área por la derecha, tras un pase de Panchito González, y marcó el segundo tanto rojinegro.
Hasta ahí, todo era alegría en la noche rojinegra. Pero lo que a primera vista se le presentó como una gran ventaja, jugar con el resultado a favor y un rival desesperado que le dejaría espacios, se convirtió en pesadilla.
Patronato hizo en el complemento lo que se esperaba. Newell’s le cedió el balón y lo dejó venir, porque apostaba a liquidarlo de contra. Pero se relajó en exceso, la línea de fondo mostró algunas inseguridades y no aprovechó las ocasiones que tuvo para abrochar una victoria que tenía prácticamente en el bolsillo.
El equipo de Paraná llegó al descuento con un cabezazo de Sebastián Medina, ante la pasividad en el área de los tres centrales rojinegros. Fue el primer aviso, pero no fue suficiente para que la Lepra ajustara las marcas y le bajara la persiana al partido.
Del otro lado, el pibe Genardo Rossi tuvo un mano a mano que le tapó el arquero y, un rato después, llegó el golpazo final. Armando Méndez no volvió, descuidó su lateral y Patronato llegó por ese lado con profundidad, de contra, para desbordar y darle la chance a Raúl Lozano de clavar un golazo, que significó el empate agónico.
Esta vez, al equipo de Sanguinetti le dieron un poco de su propia medicina y se lo terminaron igualando de contragolpe, cuando el partido se moría y tenía los tres puntos en el bolsillo. El gran debe rojinegro fue la poca inteligencia en el segundo tiempo para administrar la ventaja, algo que hasta acá había conseguido de gran manera en el torneo. Se quedó demasiado y lo terminó pagando muy caro. Ahora, comparte la cima de la Liga con Gimnasia.
Fuente. La Capital