Newell’s cayó 2 a 1 ante Vélez y el equipo luce cada vez más confundido. Sin ideas, la lepra sólo empujó y se regaló atrás.
Las tribunas del Coloso al fin tuvieron gente. Los papelitos al viento cuando Newell’s y Vélez saltaron a la cancha le dieron el punto de partida a la emoción. La enorme expectativa de los hinchas por ver un partido en vivo se hizo carne. Se actualizó la ilusión renovada por ver al equipo del corazón vencedor. Pero enseguida el sueño chocó con la dura realidad. Vélez lo ganó casi desde el vestuario y la primera vez que pisó el acelerador atropelló la resistencia rojinegra vía Lucero. Así empezó la noche de fútbol. Después sobrevino la segunda estocada de Tarragona en el complemento. El equipo de Gamboa apenas descontó en el tiempo extra por Garro, pero las dudas y raquítico presente pusieron a Newell’s en el ojo de la tormenta. A pesar del calendario los brotes verdes de fútbol no llegan y en el funcionamiento el equipo camina para atrás como un cangrejo. Duro 1-2 en el Parque.
De arranque Newell’s intentó asfixiar a Vélez, arrinconarlo contra su arco. Pero fue efímero, casi una declaración de principios que no llegó a prosperar. Porque ni bien los de Liniers hicieron pie, controlaron la pelota y dieron tres pases seguidos llegó la apertura. A los 5’ y casi sin exigir los músculos, el Fortín le metió un piñón a Newell’s y desnudó la crónica fragilidad en su retroceso. Desborde a fondo de Ortega por izquierda y cabezazo goleador de pique al suelo de Lucero, que le ganó en el salto a Negri en el segundo palo.
Un sopapo terrible porque esta vez el público comenzó a murmurar el malestar. Trascartón, Guidara casi clava el segundo, pero Aguerre manoteó al córner. “Movete, Newell’s, movete”, sonó fuerte desde los cuatro costados. Sforza y Maccari no hacían pie y a Castro le costaba entrar en sintonía. Progresar se le hacía cuesta arriba para los de Gamboa.
Pero llegó la reacción leprosa cuando a la media hora Nacho Scocco le quemó las manos a Hoyos y enseguida Negri se animó desde afuera y el tiro se le fue apenas arriba. El empate merodeó el Coloso, pero rápido Vélez recuperó el control de la pelota y desde Thiago Almada y Mancuello sostuvo el control. No fue casualidad que antes del entretiempo corearan el “Maxi, Maxi”, cuando la Fiera salió del banco a trotar.
Newell’s se fue al descanso lleno de dudas y sabiendo que Vélez manejó el trámite sin brillo pero con suficiencia. La lepra corrió mucho, pero lo hizo mal, sin sincronización en la presión y sin hallar a Nico Castro, la usina creadora que gravitó muy poco. Encima con el doble cinco, Maccari y Sforza, con cartón amarillo.
En el complemento la lepra intentó torcer el destino. Gamboa enseguida llamó a Maxi, que aceleró la entrada en calor. Newell’s se adelantó y el Negro se decidió a quemar las naves. Ingresó Calcaterra para ser doble cinco con Castro. Y Maxi irrumpió de enganche. Una apuesta a todo o nada.
A pesar de tener más futbolistas con vocación ofensiva, en la primera réplica de Vélez, Aguerre le ahogó el grito a Almada. El partido se picó. Vélez dejó de jugar y mordió más. Newell’s era todo amor propio y Maxi en el área pateó apurado y levantó el remate.
La visita empezó a enamorarse de la ventaja mínima y retrocedió por el empuje leproso a pura garra. Newell’s entendió que estaba obligado a caminar por la cornisa. Castro remató afuera y después Hoyos le tapó un cabezazo con destino de red a Cristaldo, que ahí salió por Giani.
Pero Vélez tenía una munición más para cerrar la velada. Falló Capasso en la cobertura defensiva y el ingresado Tarragona a 8 minutos del final estampó el segundo con un tiro esquinado. Fue el golpe de nocaut para los de Gamboa.
La inercia leprosa de ir para adelante no alcanzó, faltaron ideas y ante un rival serio e inteligente Newell’s quedó expuesto en sus defectos, desacoples, falta de patrón de juego y escasa precisión en la definición. Un combo cruel y preocupante. Más allá del gol de cabeza de Garro en el descuento, que apenas maquilló la cuarta caída consecutiva de local. Newell’s está mal y debe reaccionar pronto.