La fiesta del fútbol se vio empañada nuevamente en España por los repudiables insultos racistas que los fanáticos del Getafe le dedicaron a Marcos Acuña. El árbitro del match, Javier Iglesias Villanueva, se vio obligado a detener la acción cuando promediaba el segundo tiempo debido a esta situación originada en el estadio Coliseum durante lo que fue el triunfo de los sevillanos 1-0 en condición de visitante por el tempranero gol de Sergio Ramos.
Según el medio Relevo, el informe del juez mencionó: “En el minuto 68 tuve que detener el encuentro debido a que se produjeron insultos racistas sobre el dorsal 19 del equipo visitante, con palabras como “Acuña mono” y “Acuña vienes del mono”, desde aficionados situados en la zona central del campo detrás de la posición de mi árbitro asistente n° 2. Dicha incidencia, siguiendo el protocolo de actuación en estos casos, fue anunciada por megafonía, no reanudando el juego hasta dicho momento dos minutos y medio después y no produciéndose en ninguna ocasión más en el encuentro”.
Además, el club andaluz se hizo eco de la desagradable situación en las redes sociales con un comunicado que emitió: “El Sevilla FC condena los insultos racistas y xenófobos sufridos este sábado por su jugador Marcos Acuña y su cuerpo técnico durante el Getafe-SevillaFC”. Y quien también tomó responsabilidad en la causa fue el capitán Sergio Ramos, que en una entrevista expresó: “Venimos reclamando respeto, que no vengan a liberarse y decir tonterías. El línea escuchó el insulto y el colegiado paró el partido. Hay que limpiar la imagen del fútbol”.
Quique Sánchez Flores fue otro blanco de los fanáticos en Madrid. Respecto a ello, valoró en conferencia de prensa: “Estoy absolutamente orgulloso de cada poro de mis venas que me pueda respirar gitano. Pero una cosa es ser gitano o parte gitano y otra cosa es que lo utilicen como insulto racista. Me parece aberrante. Me parece que en estos tiempos donde se están avanzando en tantas cosas, que nos agarren para atrás y nos echen para atrás y nos digan cosas que me parece que se salen absolutamente de cualquier mínimo espacio de convivencia, me parece aberrante”.
El estratega de 59 años añadió: “Aquí, parte del público, porque hay parte que no, se cree que puede venir aquí a decir lo que quiera y eso es lo que está pasando en todos los estadios del mundo. Y nosotros somos trabajadores que venimos aquí a trabajar en una paz, en un estadio, en un espacio en el que se nos tiene que respetar”.
Y concluyó: “Hacen tantas cosas en el fútbol, en tantas direcciones, y tan poco en lo que realmente importa. Yo entiendo que igual tiene que pasarle esto a alguien muy gordo, a alguien muy grande para que al final se de un giro y todos los mecanismos de los poderes se pongan a trabajar en esto. Pero insisto, es lamentable. Ha habido gente que se ha portado muy bien ahí en la grada, pero lo que no queremos es que si entre todos no hacemos algo, no habrá oportunidad de darles a las generaciones que vienen detrás un lugar y un espacio donde se pueda decir como van al tenis, como van al baloncesto, como van al golf… donde la gente va a pasárselo bien, no va a insultar”.