Después de las declaraciones de Leonel Coira, ex promesa de Boca Juniors que hoy milita en Puerto Rico, contra la dirigencia xeneize, a la que acusó de instarlo a ser representado por un determinado agente para tener más oportunidades, el club tomó una postura terminante y recurrió a la vía legal. Enterado de esto, quien tomó la palabra ahora fue su padre, Miguel Coira, quien lanzó explosivas frases con Juan Román Riquelme como principal apuntado.
En primera instancia, el padre de Coira aseguró que la entrevista que Leo le brindó al portal Bolavip no tenía intenciones de generar tanto impacto mediático y de hecho recordó que la salida de su hijo del club se originó justo en medio de la campaña electoral de 2023, momento en que decidieron callar pese a que, si hubieran expuesto su situación, habrían beneficiado a la oposición vinculada a Andrés Ibarra y Mauricio Macri. Cuando Infobae le consultó al club por esta versión, fueron tajantes: “Es un mentiroso. Tendremos que hacer lo que no nos gusta, pero no va a ser gratis que diga lo que dijo”.
“En 2021 le llamó la atención a Miguel Russo. Tenía 17 años y tiraba paredes con Tevez. Andaba todo de diez, hasta que a fines de ese año, después de un partido con Vélez, se me acercó un representante y le dije que no, como a otros 800 mil que me buscaron desde que estaba en Novena División. Ahí varios padres me dijeron: ‘Migue, te equivocaste, ese representante está con Chanchi (Cristian Riquelme, hermano de Román)‘. A partir de ahí, en los últimos cuatro partidos de Sexta, no lo pusieron más. El día que se consagran campeones, Matías Donnet (DT de la categoría) le dijo que le podía costar el puesto, pero lo iba a poner los últimos 25 minutos porque gracias a él también habían llegado hasta ahí. Le ganaron a Argentinos Juniors, salieron campeones y en Quinta Walter Pico no lo puso más. En Cuarta, ya entrenaba solo”, fue el primer paneo de la situación que brindó en diálogo con Radio Mitre.
Al mismo tiempo, remarcó que en su categoría (2004) su hijo, que estaba en la pensión del club, siempre fue titular, algo que negaron desde la dirigencia. Cuando llegó a Boca en 2017, Coira firmó un convenio con el Xeneize en el que acordó firmar contrato profesional a la mayoría de edad, caso contrario quedaría en posición de quedarse con el pase en su poder. “Tuvo ese paso en Primera donde el ayudante de Russo, que era Herrón, lo buscaba para entrenar con 16 años. Después, ya en Cuarta, psicológicamente me lo hicieron mierda. Cuando llegó Almirón agarró de nuevo expectativa”, ahondó.
Según Miguel Coira, un día Jorge Almirón lo convocó para una práctica pese a que estaba marginado. El DT recién había llegado al club y quería ver en cancha a todos los elementos. Coira y Valentín Barco, que también estaba separado, se entrenaron con la Primera porque Nahuel Genez jugó en Reserva para sustituir al expulsado Agustín Sandez y las inferiores habían viajado a Rosario. “Almirón le preguntó por qué no jugaba en Reserva y él le respondió que lo tenían colgado. Yo tuve unas palabras con Almirón y me dijo que no lo podía subir porque no era de la gente (sic). El Colo tuvo la suerte de que ya se había mostrado en Reserva y pudo mostrarse, pero lo tenían corriendo sin hacer fútbol ni táctico”, reveló.
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Sobre la situación de Barco, también confió: “Al Colito lo hicieron mierda, pero tiene una familia fuerte que va al frente. No podían esconder su talento porque la Reserva ya era televisada. Con Leo sabían que si le daban 10 minutos, todos iban a preguntarse por qué no jugaba ese pibe. El problema con Barco era el representante. Justo le firmó a Adrián Ruocco, pero ellos sí necesitaban a alguien. El Colo se tenía que bancar todas las puteadas por 120 mil pesos por mes. Con eso el padre no podía ni pagar el alquiler de la carnicería que tenía en 25 de mayo”.
“Yo hablé con el famoso Mosquito (NdR: apodo de Raúl Cascini), el famoso tres dedos (NdR: en referencia a Marcelo Delgado), que se me arrimaron. En noviembre de 2023, el Chelo le dijo a Leo que se quedara tranquilo y no hablara por miedo a que saliera a la luz todo y eso beneficiara a Andrés Ibarra en las elecciones. Pero nosotros no hablamos porque no jugamos políticamente”, mencionó.
El padre del futbolista aseguró que como la mayoría de los jugadores de inferiores ya tienen representantes desde que están en infantiles, los dirigentes buscaron quedarse con los de segunda y tercera línea: “Ellos se presentan haciendo las cosas por detrás y te tenés que meter en el juego. Mirá los resultados desde la segunda gestión desde la Novena en adelante. Si el representante está vinculado a ellos, el teje y maneje queda adentro de casa y listo. De primera línea, al único que pudieron firmar y está en Primera porque justo se peleó en Sexta División con su representante es Milton Delgado. Ese sí es bueno. Ellos se encontraron en Reserva con Cristian Medina, el Changuito Zeballos, Alan Varela y Equi Fernández, todos tuvieron problemas. ¿Quién se fue bien de Boca?”.
Luego de salir de Boca, Leo Coira tuvo un fugaz paso por Godoy Cruz, experiencia calificada por su padre como “salió de Guatemala y se metió en Guatepeor”, por lo que le recomendó que se marchara hasta junio para jugar en Puerto Rico y así recuperar la felicidad de jugar al fútbol. “Leo ama a Boca, se hizo hincha, dejó España para venir a Boca. Yo sé que mandaron a decir que iban a denunciarlo por calumnias e injurias para que no se le animen otros papás. Muchos me han llamado para decirme que yo era su vocero. Nosotros teníamos algo firmado, pero ellos no”, precisó. Y aclaró sobre el posible conflicto legal: “Vamos a ir para adelante. No le tengo miedo a su poder. Tengo todos los papeles, por eso salí a hablar. El hincha de Boca, el verdadero, el que saludaba a mi hijo y lo abrazaba cuando era alcanzapelotas, se tiene que sacar esa máscara de los ojos sobre el ídolo y ver lo que está pasando”.
Miguel Coira, quien tiene un centro de entrenamiento en Madrid y lleva 17 años formando jugadores en España, Venezuela y Estados Unidos, recordó que también jugó en las inferiores de Argentinos Juniors con Riquelme: “Estaba en la misma que él, de cobrar 18 pesos que nos daban en Malvinas. Él, como fue jugador de elite, pudo contar que se tomaba el 133, nos colábamos en Del Valle para que nos quede un peso para la gaseosa y la factura… Yo bajaba en Boulogne y él en Don Torcuato. Cuando te olvidás de la humildad de dónde venís, no sirve para nada”.
Así y todo, afirmó que se tomaría un café con Riquelme: “Toda la gente se merece una segunda oportunidad, pero sería para que hagan las cosas bien con todos los chicos. Están gestionando la felicidad de los niños. Boca es un club poderoso, un gigante a nivel mundial, en el que solo se habla de los quilombos de Riquelme. Como futbolista, espectacular. Como dirigente, deja mucho que desear”.
Fuente: Infobae