Luego de lo que significó el empate con sabor a triunfo ante el Flamengo por la Copa Libertadores, Racing recibió a Talleres de Córdoba con la misión de volver a la victoria en la Liga Profesional. Es que la Academia llegó a su compromiso con una racha adversa de 5 encuentros sin alegrías y la escasa cosecha de un punto de los últimos 15 disponibles.
La esperanza albiceleste se desvaneció en a los 5 minutos, cuando Michael Santos capitalizó una desconcentración defensiva y festejó el prematuro 1 a 0 luego de una gran asistencia de Rodrigo Garro. Los reclamos desmedidos de Leonardo Sigali por un presunto penal en la acción previa sobre Nicolás Reniero y la falla de Gabriel Hauche en lo que aparentaba ser una salida limpia con Tomás Avilés facilitaron el trabajo de la T, que no perdonó.
La reacción del combinado de Fernando Gago llegó mediante la presencia de Nicolás Oroz. Al igual que en el duelo internacional ante el Mengao, el ex Chacarita se adueñó de la pelota para liderar la ofensiva albiceleste. En esta ocasión, en lugar de colgarla del ángulo, abasteció a Maxi Moralez para que Frasquito resuelva con tranquilidad ante la salida de Guido Herrera. Sin embargo, el VAR determinó que el grito del experimentado atacante con pasado en la MLS no fuera convalidado por una milimétrica posición adelantada.
El golpe anímico afectó al elenco de Pintita. Y otra desatención entre Emiliano Insúa y Sigali derivó en el segundo tanto de la noche. Una escapada de Rodrigo Garro obligó a Gabriel Arias a salir lejos para cortar el avance, pero en el rebote Michael Santos envió la pelota hasta el fondo de la red: 2 a 0 y decepción generalizada en Avellaneda.
Antes del descanso una proyección de Gastón Benavidez estuvo cerca de transformar el triunfo en goleada. Es que el lateral aprovechó los espacios de la vulnerable defensa local y tocó hacia la red cuando le salió Arias. Sólo por un milagroso cierre del Oso Sigali el combinado de Javier Gandolfi no celebró el tercero. El sonido metálico del palo que entregó el despeje del central paralizó a los corazones de un público que no podía comprender la pésima producción de su equipo.
Antes del descanso, una triangulación compuesta por Oroz, Moralez y Reniero mereció concluir en el descuento, pero la gran respuesta de Herrera evitó el grito local. Además, en la reanudación del choque el ex delantero de San Lorenzo y Argentinos volvió a tener dos oportunidades para llegar a la red, pero su falta de efectividad atentó contra sus buenas intenciones.
Lo llamativo ocurrió cuando Diego Valoyes quedó mano a mano frente al arquero después de un pelotazo frontal y una buena pared con Michael Santos. El 3 a 0 liquidó el cotejo, aunque Iván Pillud expuso su vergüenza deportiva al improvisar un golazo para marcar el descuento.
Lejos de lo que marcaba la tendencia del espectáculo, el corazón de Nicolás Oroz volvió a poner a Racing en partido. El atacante que logró el recordado ascenso con el Funebrero fue el encargado de marcar el 3 a 2 para devolver la esperanza en Avellaneda. Talleres comenzaba a lamentar la cantidad de situaciones desperdiciadas que pudieron haber liquidado el choque con mucha antelación.
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De todos modos, la tranquilidad volvió a reinar en el combinado cordobés cuando Leonardo Sigali derribó a Ramón Sosa dentro del área y Facundo Tello sancionó la pena máxima. Desde los doce pasos Diego Valoyes fusiló a Arias y celebró el 4 a 2.
El resultado quedó corto. Los de Javier Gandolfi merecieron llevarse un triunfo mucho más abultado. Y la contracara fue la nueva decepción que sumó el Racing de Gago, que además de estar lejos de la pelea por el campeonato, sus producciones son extremadamente pobres. El reproche generalizado que se escuchó en el Cilindro se relacionó con el trabajo de su entrenador, quien se quedó sin margen en la Academia.
Fuente: Infobae