Dirigentes de la Conmebol se reunieron pasado el mediodía con los máximos organismos de seguridad de Rio de Janeiro para reforzar el operativo de seguridad con miras a la final de la Copa Libertadores que animarán el sábado Boca y Fluminense en el Estadio Maracaná.
En ese sentido, una fuente de la comisión directiva de Boca la adelantó a Télam que están “muy preocupados” por los hechos de violencia registrados en la previa del partido y que esperan la situación se calme luego de esa reunión entre la Conmebol y la Policía de Río de Janeiro.
“O contienen a sus bestias o se juega sin público”, fue la advertencia durante la reunión por parte de Conmebol a la seguridad brasileña.
Tras la reunión, quedó confirmado que la final se juega con público. Se juntaron Domínguez, AFA, CBF, los finalistas y las autoridades de Río para garantizar la seguridad de los hinchas.
La previa de la final de la Libertadores 2023 generó hechos de violencia ayer cuando la tropa de choque de la Policía Militarizada de Río de Janeiro reprimió con gas pimienta, gases lacrimógenos y balas de goma a cientos de hinchas de Boca que permanecían en la playa de Copacabana, en la vigilia para la final.
No obstante, el momento de mayor tensión sucedió por la tarde cuando hinchas de la barra del Fluminense encontraron la zona liberada para agredir a los de Boca que estaban sentados en la playa, ante la mirada de la Policía que reprimió y detuvo a dos hinchas argentinos.
Ese contexto de violencia podría agravarse con la llegada por la tarde de la barra brava de Boca con su líder Rafael Di Zeo a la cabeza y por esa razón tendrá una gran importancia la reunión de la Conmebol con la Policía de Río de Janeiro.
Se estima que durante esta jornada arribará la mayor cantidad de hinchas de Boca y también la barra brava y por esa razón se piensa reforzar el operativo de seguridad en toda la ciudad, en especial en la zona de Copacabana que fue invadida por los “Xeneizes”.