Tras una pretemporada con un empate ante Millonarios y una victoria ante Olimpia, River volvió al ruedo en la Liga Profesional y rescató un empate 2-2 ante Lanús gracias a un doblete de Miguel Borja, quien ingresó desde el banco de suplentes luego de su participación en la Copa América. Marcelino Moreno y Jonathan Torres adelantaron dos veces al Granate, que se marchó con un sabor amargo. De todas formas, los dirigidos por Martín Demichelis no pudieron alcanzar la cima.
El Millonario arrancó encendídisimo en los primeros segundos del partido. Luego de una jugada preparada en el laboratorio del entrenador con pasado en las Juveniles del Bayern Munich, Pablo Solari recibió la pelota a la espalda de la defensa del Granate y quedó cara a cara con el arquero para abrir el marcador y sentenciar uno de los goles más rápidos de la historia del fútbol argentino profesional. Sin embargo, el puntano definió apurado y el esférico pegó del lado de afuera de la red.
Parecía que River iba a ir a buscar con uñas y dientes la apertura del tanteador, pero el Lanús de Ricardo Zielinski se cerró bien en defensa y espero su momento para contragolpear. En el primer tiempo se repitió una máxima constante: River tocaba el balón horizontalmente y monopolizaba la posesión, mientras que el Granate aguardaba el momento justo para construir un contrataque por las bandas, el sector que más utilizó.
Por su parte, el Millonario prefirió apostar por un juego más central. Franco Mastantuono, el joven mediocampista por el que Real Madrid se mostró interesado, hizo prevalecer su calidad por sobre su edad y condujo los hilos del ataque riverplatense. Se juntó con Manuel Lanzini para formar una interesante sociedad de creación en el último cuarto del terreno de juego. Si bien no se pisaron, les costó encontrar destinatarios en los pases finales. Facundo Colidio y Solari no estuvieron finos ni en la recepción ni en la definición.
La más peligrosa de la Banda llegó a los 33, a través de un tiro libre ejecutado por el West-Ham. No obstante, Alan Aguerre voló y la sacó con sus palmas directo al lateral. Sin embargo, Lanús tampoco se iba a quedar atrás. Marcelino Moreno, un poco falto de puntería pero abundante en voluntad, desbordó por la banda izquierda tras un error en salida del rival y colocó la pelota a centímetros del ángulo izquierdo de Jeremías Ledesma, quien hoy reemplazó a Franco Armani, arquero de la Selección Argentina campeona de América que recibió un reconocimiento en la previa del partido.
El complemento apareció con una película más parecida a la del final del primer tiempo que a la del comienzo. Casi desde el vestuario, Marcelino Moreno adelantó a Lanús tras una catarata de errores en la defensa millonaria, desde furcios en los ciertes hasta una reacción baja de Jeremías Ledesma. El estadio Monumental, en un gesto mayoritario de reacción, empezó a gritar a viva voz el famoso “movete, River, movete”.
El reclamo de la gente dio resultado en cuestión de minutos. A los 17, Miguel Ángel Borja, que había ingresado algunas jugadas antes, presionó sobre la salida del Granate y forzó un error en la zona de la medialuna. Desesperado, el arquero Aguerre se abalanzó para cortar el avance del colombiano, pero lo eludió y empujó la pelota sin oposición alguna.
Sobre el final llegó el momento cúlmine del partido. En dos acciones cambió rotundamente la postura de la felicidad. Pasó de un lado a otro sin ningún escrúpulo. Primero, Jonathan Torres firmó el 2-1 para Lanús con un certero cabezazo al palo derecho de Ledesma que hizo delirar al banco de Ricardo Zielinski. El reloj, al que le restaban dos vueltas para llegar al cierre del partido, daba indicios de que el Granate terminaría como vencedor de la tarde en el barrio de Núñez.
Pero el deporte más popular del mundo siempre otorga unos tic-tacs para que suceda lo inesperado. Y el ángel que River necesitaba se cristalizó en la figura de Miguel Ángel Borja. El colombiano, después de una serie de rebotes en el sector de decisiones de Aguerre, la empujó con alma y vida contra la red y le devolvió la alegría a los locales. Un pletórico Colibrí gritó el tanto con la fuerza de los mares y demostró por qué es el goleador de la Banda en el año.
Luego del raid de goles, Fernando Rapallini apagó su cronómetro y finalizó el duelo entre dos equipos que lo dieron todo por triunfar, pero que solo se llevaron un punto de la sexta jornada. Con este resultado, el Millonario quedó en la séptima posición del campeonato con 10 puntos, a cuatro del puntero Huracán. Por su parte, el Granate cayó al 11° puesto con uno menos que la Banda y, aunque se mantiene en los octavos de final de la Copa Sudamericana, en el torneo local estaría quedando afuera de la clasificación a las copas, pero todavía falta mucho camino por recorrer.
Fuente: tyC