Colón se fue al descenso. Esa fue la noticia de los portales y de diarios del sábado. Por tercera vez en su historia bajó a la segunda categoría, por segunda vez seguida en Rosario. En 2014 en el Gigante ante Rafaela. Ahora frente a Gimnasia en el Coloso del Parque. Ningún consuelo hubo para las 15 mil almas sabaleras que regresaron a Santa Fe con el dolor de ya no pertenecer, mientras del otro lado los del lobo lo festejaron casi como un campeonato, de esos que aún no coronó en su historia.
En la previa, todo transcurrió con normalidad y sin inconvenientes, incluso se pudo observar a simpatizantes de ambos equipos moviéndose por las inmediaciones de la avenida Pellegrini sin conflictos entre sí. La lluvia opacó la previa para muchos hinchas de Colón y de Gimnasia, que llegaron en micros y debieron esperar durante 4 horas en el estadio, pero esto tampoco interrumpió el normal desarrollo de los ingresos.
El partido comenzó con mucha tensión dentro y fuera de la cancha, con el clásico duelo en las tribunas tan desacostumbrado a ver. La lluvia tomó protagonismo durante la primera parte e hizo que el encuentro sea más disputado y con muchas imprecisiones. La gente del lobo se mostró en reiteradas ocasiones disconformes con el arbitraje y hasta hubo insultos para con el árbitro Andrés Merlos.
Antes de finalizar el primer tiempo, Nicolás Colazo remató al ángulo de la portería de Matías Ibáñez para poner en ventaja a Gimnasia y provocar el delirio de sus hinchas. Padres, amigos y desconocidos abrazados a la ilusión de conservar su lugar en la primera división. La ovación resonó en ambas tribunas que ocupó la parcialidad tripera cuando, inmediatamente después del gol, el mediocampista zurdo debió dejar el campo de juego por una lesión.
La segunda mitad se vivió con aún más tensión de cada lado y nerviosismo por las ocasiones desperdiciadas, pero el aliento y apoyo de la gente del tripero no cesó para empujar a su equipo a aguantar el resultado. Allí se convirtió en héroe y figura de la tarde Nelson Insfrán, que con un par de tapadas claves sostuvo el cero en su arco y la ventaja que les dio la salvación. El portero formoseño de 28 años sorprendió a todos apareciendo en el once titular, quedándose con el lugar que ocupó Tomás Durso durante casi todo el campeonato.
Gimnasia resistió y Merlos decretó el final, encendiendo así el delirio de la hinchada tripera y el festejo al grito de “Dale lobo, dale lo…”. Los jugadores se acercaron a las tribunas y arrojaron sus camisetas, mostrándose emocionados por mantener la categoría.
Mientras se extendían los festejos del equipo de La Plata, en la platea este y en la popular norte del estadio Marcelo Bielsa se vieron algunos incidentes en la parcialidad de Colón. Hubo golpes de puño, butacas por el aire y corridas en la salida de la hinchada sabalera, que se sumaron al dolor de haber sufrido el descenso.
Además, hubo enfrentamientos de hinchas con la policía montada, pedradas y vallas derribadas, aunque no se reportaron heridos y el regreso habría sido sin problemas para la mayoría de los sabaleros que se bancaron el dolor sin chistar.
Los hinchas del conjunto tripero debieron permanecer una hora dentro del estadio hasta que los santafesinos abandonaran las inmediaciones del Coloso, por lo que solamente se vieron disturbios con la parcialidad sabalera. Por eso, mucho después del partido empezaron a emprender el regreso a La Plata en los numerosos colectivos ubicados dentro del parque Independencia. La espera, por supuesto, fue más que bien tolerada después de semejante desahogo.
Después del último descenso, el mencionado ante Rafaela, Colón volvió al toque ayudado por la reestructuración del fútbol argentino y vivió sus mejores años en la historia. Llegó a una final de Copa Sudamericana y ganó su primer título argentino en aquella memorable final ante Racing.
Ahora será tiempo de barajar y dar de nuevo, curar las heridas y volver a empezar. De eso se trata todo, en la vida como en el fútbol.
Fuente: Fermín Sánchez – La Capital