En el fútbol son más las veces que el equipo que viene mejor supera al que llega de capa caída. Pero hay otras que éste se pone el traje de David y vence a Goliat. Y esto sucedió en la noche del martes donde Central con mucha autoridad le ganó 3 a 0 a Vélez y trajo un poco de tranquilidad al barrio de Arroyito.
Luego del parate por la Copa América, hace dos meses y medio, las realidades de Central y Vélez fueron totalmente distintas. Los de Liniers de 12 partidos que disputaron entre la Liga y la Copa Argentina, donde están en semifinales, habían triunfado en 11 y solamente cedido un empate ante Banfield 2-2 en el Florencio Sola.
Los once de Central, en el gran triunfo sobre Vélez por 3 a 0. Carlos Quintana, la figura en su regreso.
Quintana, un regreso fundamental para iniciar el camino de la recuperación
Mientras que Central tras el título obtenido por los de Scaloni en Estados Unidos, quedó afuera de la Copa Argentina, cambió de técnico y si bien ganó el clásico no pudo sortear los octavos de final de la Sudamericana. Desde el regreso del fútbol los auriazules entre todas las competiciones jugaron 15 partidos y perdieron más de lo que ganaron, ya que fueron derrotados 7 veces, contra 5 triunfos y 3 pardas.
Pero el equipo de Matías Lequi recuperó a su dupla de zagueros que salió campeón. Se paró con un doble cinco activo con Franco Ibarra y Kevin Ortiz, apostó a la creación con Giaccone por derecha, Lovera por el medio y Malcorra por izquierda; y arriba Copetti como única punta.
Central salió a presionar
A diferencia de otros partidos, los canallas no cedieron la pelota ni el territorio. Salieron a presionar y los dos volantes defensivos se transformaron en dos pac man para neutralizar el juego de Aquino y Pizzini. Mientras que los mediocampistas ofensivos mostraban un buen juego, pero no había conexión con Copetti, quien vivió en posición adelantada. No solo en las jugadas que le cobraron, sino en rechazos de los defensores de Vélez que si iban para el delantero auriazul la jugada iba a ser anulada. Aunque nobleza obliga, cuando los volantes ensayaban un centro al área visitante, había cinco defensores del Fortín rodeando a Copetti.
Tras los primeros 10’ y luego del cerrado aplauso para el Negro Palma, los canallas volvieron a sus viejos vicios. El local se paró unos metros atrás, cedió la posesión de la pelota y desde allí Vélez comenzó a mostrar mejores atributos.
El partido pasaba por un momento de transición. Hasta que a los 24’ llegó el pase atrás de Bouzat, Damián Fernández que se confió y al perder la posición con Malcorra le cometió penal. Roja para el 34 de los de Liniers, y Nacho no se equivocó y desde los once metros puso el 1 a 0 para Central, que volvió a tener cuatro penales en tres partidos consecutivos después de 44 años, ya que la última vez había sido en el Nacional 1980, cuando fue campeón y Edgardo Bauza era el ejecutante.
El mejor panorama
El panorama no podía ser mejor. 1 a 0 arriba ante el puntero y con un jugador más. Un contexto similar al que tuvo frente a Talleres en el Gigante donde se lo empataron al final.
Pero a diferencia de ese partido, los jugadores canallas estuvieron más concentrados para irse al descanso con la ventaja conseguida.
Sin cambios en el entretiempo, el interrogante pasaba por saber qué iban a realizar los canallas en la segunda mitad. Si aprovechar la ventaja numérica y buscar el segundo o abroquelarse y ceder la pelota como en la primera mitad donde finalizó con una posesión desfavorable de 65 % a 35 %.
La respuesta se tuvo muy rápido. Porque Central salió, con sus aciertos y errores, con la misma premisa que en el inicio del primer tiempo. Soltó a los laterales y trataba de jugar en forma directa saltando líneas para llegar al arco rival.
Desgastar a Vélez
La apuesta también pasaba por desgastar a Vélez desde lo físico que por su compromiso en la Copa Argentina tuvo cinco días menos de descanso que Central.
Tras la embestida inicial de los auriazules, nuevamente Vélez tomó el control del juego y complicó a Central con algunos centros y pelotas paradas.
Sobre los 57’ se le terminó el crédito a Copetti e ingresó Marco Ruben que en menos de diez minutos, con una asistencia para atrás en el área y una jugada que se tiró con los pies para adelante casi marca el segundo. Y unos minutos después ingresaron Jonatan Gómez y el debutante Gaspar Duarte para darle aire fresco al ataque.
Era tal la impotencia de Vélez en cuanto a generar situaciones que a los 68’ Gustavo Quinteros sacó a Claudio Aquino y Francisco Pizzini, dos de las figuras del campeonato.
Desde hace tiempo Central hace un culto de la pelota parada. De hecho la mayoría de sus goles vienen por esta vía. Esta vez no fue la excepción. Saque de esquina de Malcorra, impecable cabezazo de Sandez para colocar el 2 a 0 y definir el partido.
El cotejo ya estaba definido pero le faltaba la frutilla del postre. A los 84’ Quintana peleó una pelota en el sector izquierdo, el balón fue para Sández quien entregó al pibe Duarte, éste asistió a Kevin Ortiz quien abrió el pie y puso la pelota lejos de Marchiori para anotar el 3 a 0.
El final fue una fiesta. Con los hinchas festejando como hacía tiempo un triunfo que se logró desde el juego ante un rival difícil. Justo en un momento donde un ídolo como Palma está pasando el momento más difícil, el equipo le regaló esta victoria jugando como le gustaba al Negro.
Fuente: La Capital