La Copa América 2024 marcará el adiós de Ángel Di María con la selección argentina. Así lo comunicó Fideo con la intención de cerrar su carrera con la defensa de la corona obtenida en 2021 ante Brasil en el Estadio Maracaná. El rosarino intentará lograr su sexto título a nivel selecciones y, luego de la cita en los Estados Unidos, entrará en el tramo final de su trayectoria final con el retorno a Rosario Central en el horizonte.
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Durante una entrevista con el programa Todo Pasa que se emite por Urbana Play, el icónico futbolista declaró: “Es la Copa América y se termina. Es lo último. Vine a Benfica, me dan la posibilidad de poder seguir estando en la Selección en un buen nivel. Quiero estar, me gustaría estar en la próxima Copa América. Estoy haciendo todo para poder estar en el club y cada vez que me toca ir a la Selección. Ojalá se me dé poder ir a esta Copa América y, como ya lo venía diciendo, va a ser la última”.
Luego de esa competición, deberá tomar otra decisión vinculada a su futuro. El 30 de junio próximo finalizará su actual contrato con Benfica y Fideo abrió la puerta a un posible regreso al fútbol argentino con la camiseta del Canalla, donde surgió futbolísticamente: “En mi cabeza siempre estuvo. Como estuvo volver al Benfica, está volver a Central. Lo dije muchísimo. No me gusta mucho hablar del tema porque después empiezan con que siempre hablo y nunca termina pasando, pero el fútbol es así. Te va llevando. Siempre dije que quería volver cuando todavía me sienta bien, y creo que estoy en plenitud todavía. Mi contrato acá se termina en 2024 y es obvio que está esa opción. Tengo muy buena relación con Gonzalo (Belloso, presidente de Rosario Central). Hablo bastante con él. Él sabe que tengo esa intención. Sé que las puertas están abiertas y cuando se tenga que dar, se dará. No sé si sera en 2024 cuando se me termine el contrato acá, esperemos. Ahora, estoy feliz acá. Quería venir un año para disfrutar de Lisboa otra vez”. “Mi idea es terminar en Rosario Central”, sentenció.
En una extensa conversación, Di María se refirió a la fiebre despertada con la Selección después de lo sucedido en La Paz y Lima en los arribos del equipo para jugar ante Bolivia y Perú por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026: “Después de ser campeón del mundo, la gente te reconoce solo por el Mundial. Ser campeón del mundo no solamente es para tu país… Yo llevo a mis nenas a la escuela y hay nenes que tienen cinco o seis años y me dicen: ‘sos campeón del mundo‘. Es lo único que les sale”.
Luego de quedarse afuera de la última convocatoria por lesión, Ángel sacó del baúl de los recuerdos ese encuentro ante Francia en la final mundialista del 18 de diciembre pasado y, para sorpresa de muchos, afirmó que su definición por arriba de Hugo Lloris para estampar el 2-0 en el Estadio Lusail ya estaba en su cabeza antes del inicio del encuentro: “Definí así, aunque muchos no me creen pero sí, definí de esa manera porque ya había hablado con Martín Tocalli (entrenador de arqueros) y siempre me intenta decir cómo es el arquero rival y antes del partido me había dicho que se tiraba rápido abajo y no aguantaba”.
Sobre aquella definición, agregó que atesora cada recuerdo del partido y se permitió una broma en complicidad con el conductor Matías Martín: “Tengo todo guardado. Lo único que sí tengo a la vista es la medalla del Mundial. La camiseta de la final la tengo guardada, tengo una pelota. ¿La del penal de Montiel? No, una que arranqué por ahí. Después, cuando vengan al museo en casa les diré: ‘Esta es con la que Montiel hizo el gol’. ¿Quién va a saber? Ja”.
MÁS DECLARACIONES DE ÁNGEL DI MARÍA
Su relación con Messi: “Con Leo cumplí todo, lo único que me faltaba era jugar en un club… Y se lo dije el día que me hicieron la despedida, que lo abracé y le dije: ‘Lo único que estoy agradecido es de haber podido jugar con vos en un club (PSG), de poder verte todos los días’. Para mí eso era lo máximo y lo pude vivir. A partir de eso, ya está”.
Los festejos en la caravana del campeón: “A los días me di cuenta que estaba insolado. En su momento no me di cuenta de nada. Lo único que hacía era festejar. Hacía muchísimo calor, veníamos tomando desde el día anterior y no te enterabas de nada. Cuando nos terminamos yendo en helicóptero, nos dimos cuenta que la cosa se estaba desbordando. Cuando se tiró el chico del puente… Ahí es cuando ya nos dimos cuenta que la cosa no iba. Una lastima, queríamos llegar al Obelisco. Pensamos que iba a llegar porque no pensábamos que iba a pasar lo que pasó. Nosotros no estábamos mirando nada. No sabíamos qué pasaba en la Ciudad. Cuando salimos, iba la cosa bien hasta que dijimos que era imposible. Igual hicimos bastante”.
El hincha que se arrojó al micro en medio de la caravana: “No, como cayó, salió. No tuvo tiempo a nada. No tocó a nadie. Fue igual que el que cayó afuera, fue lo mismo. Era mejor caer afuera, ja”.
¿Las tres fotos del Mundial de Qatar 2022? “La primera foto es el día que llegamos a Qatar, que entramos al complejo donde estábamos. Es el momento donde decís: ‘Llegó el momento, es el día, acá comienza todo y ojalá sea el mes entero encerrados en este lugar‘. Después, la segunda foto es la de Ota haciendo el festejo a los holandeses, no sé por qué, pero siempre que miro cosas en Instagram me sale esa foto y la viven pasando en la tele. Es otro momento, porque fue uno de los partidos más jodidos que tuvimos y haber hecho un partido excelente durante los 90 minutos y tener que sufrir hasta los penales no lo merecíamos. Al final, terminamos pasando y esa foto me quedó. Después, el festejo cuando Montiel hace el gol. En ese momento, me arrodillo y es la última foto, que es cuando se termina cerrando todo”.
Sus lágrimas por su salida en la final y el empate de Francia: “Sí, estaba llorando porque me sentía bien. No estaba cansado. Ellos seguían metiendo delanteros, teníamos que defender. Quedaba poco, no faltaba mucho, teníamos una buena ventaja, pero esto pasa cuando jugas contra rivales que no tienen solamente 11, sino que tienen 18 titulares que entran, hacen la diferencia y cambian el partido como si nada. Fue un momento duro porque por momentos decía: ‘Se nos va’. Y, por momentos, siempre tenía en mi cabeza que siempre que hice un gol en la final no perdimos”.
Su partida del París Saint-Germain: “Los hinchas no querían que me vaya. Y se fueron, cuando me hacían la despedida, detrás del arco no había nadie y me parecía raro. Sabía que no querían que me vaya, me habían enviado mensajes cariñosos. Nunca tuve un problema, siempre estuve agradecido a ellos. Me vino a buscar un directivo del club diciéndome que querían que vaya a la segunda bandeja para mirar al lado de afuera, donde se juntan ellos, y cuando fui las dos bandejas estaban afuera cantando para mí y tirando fuegos artificiales. Fue uno de los momentos más lindos de mis siete años ahí. Vino el jefe de la barra, que normalmente está siempre preso y sale de vez en cuando, me entregó la bandera de los ultras, un cuadro que lo tengo colgado y un fibrón. Me pidió que lo acompañe y me pidió que firme una estatua al lado de la escalera por donde suben a la tribuna. Me dijo: ‘Queremos que firmes acá porque así te vamos a recordar toda la vida y vas a quedar para siempre en el Parque de los Príncipes’”.
Por qué rechazó jugar en Arabia Saudita: “Muchos decían que había pasado lo de Arabia Saudita. Sí, era todo lo que te pudieses imaginar, pero decidí con el corazón y por mi familia. Quería disfrutar del fútbol y no solamente irme a un lugar porque te dan solamente una cosa. En 2015 o 2016, me llegó una oferta de China, cuando estaba Carlitos (Tevez), estaba en un gran momento en el PSG, pero dije que no porque quería jugar la Champions y disfrutar de Europa. Siempre quise jugar al fútbol para divertirme, no para lo otro. Si me voy a un lugar así, no me voy a divertir ni sentir cómodo. Me gusta competir. Me gusta que me puteen”.
Sus inicios en el fútbol: “Me gusta jugar al fútbol, disfrutar y divertirme. El sueño era un poco más de mi vieja que mío. Cada vez que pasábamos por la cancha de Central, me decían que algún día iba a jugar acá. Yo decía que sí, pero yo lo hacía para divertirme. Amo jugar al fútbol. Todo eso que viví de chico hoy te puedo decir que valió más que la pena de todo lo que viví. El sacrificio de trabajar con mi viejo, ir a jugar, a la escuela, de hacer todo junto todos los días. Valió la pena. El sacrificio de mis padres. Mi viejo casi ni me iba a ver porque vivía trabajando. Mi vieja me dio todo, y a la vez mi viejo me dio ese sacrificio”.
La decisión de irse a vivir a Europa y el regalo a sus padres con su sueldo en Benfica: “Cuando salió lo del Benfica, le dije a mi viejo que quería que deje de trabajar. Mientras jugaba en Rosario Central, él seguía trabajando porque nunca se sabe lo que puede pasar en el fútbol. Si me iba a Europa, era todos juntos en familia. Tomamos esa decisión. Mi madre también dejó de trabajar. Cuando empecé a cobrar lo del Benfica, lo primero que pude hacer fue regalarle una casa a mis viejos. Mi hermana empezó a buscar una casa porque se lo había pedido hasta que encontró una que estaba a unas cuadras del barrio donde yo vivía. Fue el primer gusto que pude darles. Obvio que ellos no querían nada material, sino que disfrute y viva la vida como lo vengo haciendo. Yo quería devolverles algo. Era algo que, para mí, era un montón. Mi madre lloró muchísimo”.
Las discusiones con su esposa, Jorgelina Cardoso, sobre cumplir los gustos de sus hijos: “Ahí peleamos con mi mujer, porque intento bajarla un poco a ella. Ella tenía una muñeca, yo tenía una pelota. Mi mujer les da lo que quiere, y se lo querés dar si tenés esa posibilidad. Siempre intentamos decirles que fue por algo que hizo en la escuela u otra cosa para que vean que siempre hay que hacer un sacrificio para tener la recompensa”.
Fuente: Infobae