Max Verstappen disfruta de sus vacaciones en la nieve junto a su pareja, Kelly Piquet, en Gstaad, Suiza. Las postales los muestran muy acaramelados, pero el tricampeón mundial de Fórmula 1 no puede practicar esquí, pese a mostrarse preparado para combatir el frío. Es que se trata de una práctica deportiva de riesgo y bien lo sabe el piloto de 26 años. Esa actividad, como otras, son las que le prohibió Red Bull en su última renovación.
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El neerlandés reveló detalles del vínculo que lo une con la escudería austriaca hasta 2028. Es el contrato más largo y mejor pago de todos los corredores de la Máxima y se trata de un salario de 50 millones de dólares al año, y eso sin incluir los premios.
La rúbrica entre las partes se firmó en 2022, cuando Max defendió su primer título. En esa temporada ya logró su bicampeonato de forma anticipada. Aunque la última aplastó con 19 triunfos sobre 22 Grandes Premios y abrochando su tercera corona faltando cinco fechas para el final.
En Milton Keynes, Inglaterra, donde se ubica la base de Red Bull, quisieron asegurarse de que Verstappen esté en condiciones de correr en todo momento. Entonces, como es común para muchos pilotos de F1, debe cumplir con una cláusula escrita que lo obliga a evitar actividades que se consideran demasiado riesgosas para su salud.
“Hace cinco años que no esquío por el riesgo de romper o torcer algo con todas sus consecuencias”, aseguró en diálogo con la revista neerlandesa Formule1. El tres veces campeón del mundo especificó que la cláusula no significaba “ningún deporte peligroso” para él, como el esquí.
Por eso en Suiza se lo vio bien abrigado, pero no compartió la actividad deportiva junto a su pareja ni sus amigos. El tema del esquí y los pilotos se volvió muy sensible desde el desafortunado accidente que tuvo Michael Schumacher hace poco más de diez en Francia. No obstante ello, Lando Norris es una estrella a la que parece que se le permite esquiar, dado que publicó un video en sus redes sociales la semana pasada que lo mostraba en las “pistas” de nieve durante sus vacaciones de invierno.
“Y, por supuesto, también sabiendo que aún quedan años en los que tengo una gran oportunidad de volver a ser campeón y ganar carreras. Cuando piensas en eso, automáticamente corres un poco menos de riesgo”, agregó Max.
Verstappen ya habló públicamente sobre esta cláusula, cuando se vio impedido de participar en un evento de Red Bull en Nürburgring en septiembre pasado, en el que Sebastian Vettel salió a la pista en una de sus autos con los que obtuvo sus cuatro de títulos.
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Pese a que Vettel es un “producto” hecho en Red Bull ya que fue el primer gran exponente de su programa de desarrollo de pilotos, no pudo contar con Verstappen arriba de uno de los monoplazas históricos de la escudería austriaca, que anticipó que su nuevo auto lo presentará el 15 de febrero.
Sin embargo, Helmut Marko, asesor de Red Bull desde hace mucho tiempo, impidió que eso sucediera después de que Verstappen planteara la idea. “Quería hacerlo, pero Helmut no me lo permitió. Sabía que intentaría llegar al límite. Me hubiera encantado hacerlo”, confió Max.
“No quería empezar con problemas innecesarios. Escuché que esto iba a suceder y Helmut estaba sentado a la mesa cuando surgió y dijo: ‘¡No, no, no, no vas a hacer eso!’”, agregó.
Muchos otros pilotos tienen cláusulas similares en sus contratos con los equipos. Se busca evitar que corran riesgos y que un golpe pueda generarles una lesión que lo obligue a faltar en una carrera. Ello amén del profesionalismo de cada competidor y más a este nivel de élite en el que ellos saben que deben resguardarse.
Fuente: Infobae