Ursula Bahillo había sido amenazada reiteradas veces por su ex novio y el botón antipánico llegó cuando ya había sido asesinada. Se dispuso la intervención de la seccional local y de la Comisaría de la Mujer de Rojas.
Úrsula Bahillo había denunciado tres días antes de ser asesinada que su exnovio, el policía Matías Martínez, la había amenazado de muerte cuando caminaba por Rojas, por lo que necesitaba un botón antipánico, mientras que una expareja del ahora detenido reveló que la víctima se comunicó con ella poco antes del ataque para aportarle evidencia contra el efectivo, denunciado por un abuso sexual en la ciudad de 9 de Julio.
«Pará todo porque voy a hacer cagar a tu mamá, no te metas con mi familia porque andan en la pesada», fue la amenaza que el acusado le realizó a la joven, según ella misma denunció el 5 de febrero último ante la policía local.
Por otro lado, una expareja del policía apuntó hoy contra la Justicia al asegurar que no se tomaron medidas en una causa en la que el mismo sospechoso está imputado del abuso sexual de su sobrina y contó que también ella sufrió violencia de género de su parte, ya que se trata de una persona que «siempre tuvo una visión despectiva hacia la mujer».
En tanto, fuentes judiciales informaron que hoy se efectivizó la apertura de los teléfonos celulares secuestrados en el lugar del hecho, pertenecientes al imputado y la víctima, tarea a cargo de la Oficina Tecnología y Gestión para la Investigación (TGI), dependiente de la Fiscalía General departamental, para la extracción de la información.
Además, la indagatoria del sospechoso la realizará en las próximas horas el fiscal de Junín a cargo del caso, Sergio Terrón, quien le imputa el delito de femicidio agravado por «alevosía» y «ensañamiento», al considerar que se aprovechó del estado de indefensión de la víctima y que buscó deliberadamente aumentar su sufrimiento.
Por otra parte, a través de la página Change.org comenzó una petición llamada «Por Úrsula y por todas: una Policía Bonaerense capacitada en violencia de género», que en poco tiempo recibió unas 45.000 firmas.
«Necesitamos una policía capacitada en temáticas de género que nos asista y nos proteja, que no ignore nuestras denuncias, que no sea cómplice de femicidas», expresaron en la publicación.
Mientras tanto, Martínez (25), quien tras ser detenido por el hecho presentaba lesiones y quedó alojado bajo custodia en el Hospital General de Agudos San José de Pergamino, fue dado de alta ayer y trasladado a la comisaría de Conesa.
No obstante, durante el transcurso de la tarde de ayer se filtró la información sobre su paradero y vecinos se dirigieron a la seccional, por lo que para prevenir eventuales incidentes la Justicia dispuso el traslado del acusado a un lugar por el momento desconocido.
El policía está acusado de atacar a Úrsula el pasado lunes cuando, de acuerdo al resultado preliminar de la autopsia, la apuñaló primero por la espalda y, cuando ella intentó escapar, volvió a sujetarla para herirla en el torso y en el cuello.
A raíz del femicidio de la joven, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y el jefe de la policía bonaerense, comisario general Daniel García, dispusieron la intervención tanto de la seccional local como de la Comisaría de la Mujer de Rojas, al tiempo que Asuntos Internos trabajaba en «auditorías preventivas» en ambas dependencias, y los posteriores incidentes.
Asuntos Internos puso el foco no sólo en los incidentes producidos el lunes por la noche cuando hubo destrozos, disturbios y disparos de balas de goma frente a la comisaría cuando manifestantes reclamaban justicia por Úrsula, sino también en la actuación de la Comisaría de la Mujer en las denuncias que había formulado o querido realizar Úrsula en esa dependencia.
De acuerdo a oficios policiales a los que accedió Télam, la justicia de Paz de Rojas ordenó recién el mismo día del crimen y vía correo electrónico al municipio que le otorgara el botón antipánico a Úrsula pero nadie abrió el e-mail durante esa jornada y el dispositivo no le fue entregado a tiempo.
A su vez, en los últimos días se dieron a conocer por redes sociales una serie de audios en los que Úrsula le relataba a amigas la violencia que el acusado ejercía sobre ella.
«Me dijo que me iba a matar», «no aguanto más», «tengo mucho miedo», «me arrancó todos los pelos» y «me re cagó a palos», son algunas de las frases que se la escucha decir quebrada en llanto a Úrsula en un mensaje de audio enviado a una amiga el 16 de noviembre del año pasado.
Úrsula fue hallada el lunes cerca de las 20.30 asesinada a puñaladas entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez, quien se habría auto provocado las lesiones que presentaba.
A través de cámaras de seguridad, los investigadores establecieron que la joven había dejado su moto en la puerta de un quiosco al que ingresó y que al salir lo hizo caminando, tras lo cual no puede determinarse el rumbo que tomó y en qué circunstancias fue abordada por el policía, quien esa noche se desplazaba en su auto, el cual fue hallado en la escena del crimen.
Además de la denuncias en su contra por parte de Úrsula, el oficial tenía tres sumarios en curso en Asuntos Internos, uno de ellos por amenazar a una superior diciéndole: «Si me trasladan tiro una bomba.»