El abogado penalista Ricardo Ceferino Degoumois fue condenado como autor de dos hechos de abuso sexual en perjuicio de una adolescente cometidos en su estudio jurídico en la ciudad de Reconquista. Así fue resuelto por el juez Martín Gauna Chapero en el marco de un juicio oral que finalizó este viernes en los tribunales de la ciudad del norte provincial.
El magistrado dispuso imponer a Degoumois una pena de tres años de prisión de cumplimiento condicional y una inhabilitación perpetua para el ejercicio de la profesión de abogado.
El MPA estuvo representado en el debate por el fiscal Valentín Hereñú y por las fiscales Georgina Díaz y Alejandra Del Río Ayala, esta última asignada desde la Fiscalía General. Durante este debate, el ahora condenado y tres abogados defensores fueron imputados por amenazas a la madre de la víctima y por falso testimonio, en una causa que sigue abierta.
“Empezamos este juicio anunciando que estábamos ante un caso sobre abuso sexual, abuso de poder y miedo. También, que era un caso sobre valentía y verdad”, recordó Herenú en el debate.
«Dijimos que probaríamos los hechos aberrantes que sufrió una adolescente, quien logró convertir el miedo en valor para frenar los abusos con la verdad y efectivamente, así fue”, dijo el acusador.
Los dos hechos ilícitos por los que fue condenado Degoumois fueron cometidos entre el 13 de octubre y el 16 de noviembre de 2022 en el inmueble en el que funcionaba el estudio jurídico del condenado. La investigación se inició a raíz de una denuncia formulada por escrito a través del sistema de denuncias online del MPA por quien en ese momento era la Directora Provincial de Equidad y Derechos del Ministerio de Educación de la Provincia, Vanina Flesia.
De acuerdo a la acusación, la relación entre denunciante y denunciado fue a partir de que Degoumois era abogado defensor de un primo de la menor, quien estaba imputado por abuso sexual; y convocaba a la menor para «prepararla» para que su declaración lo favorezca.
Si bien la madre la acompañaba hasta el estudio jurídico de calle Belgrano, en dos oportunidades el abogado le pidió que lo dejara a solas con la menor «para prepararla» para la declaración, ocasión que aprovechaba para manosearla. Mientras la propia menor pedía que el penalista cesara y que dejara entrar a su madre, que lo que hacía estaba mal, sostiene la acusación publicada por Reconquista Hoy.
A partir de ese suceso, la escuela citó a la madre, quien avisó que por el momento no iba a hacer la denuncia porque no quería perjudicar a su sobrino, quien estaba siendo defendido por el abogado Degoumois precisamente en otra causa por abuso sexual.
Como la decisión de la madre no era imprescindible, el Equipo Socioeducativo Interdisciplinario del Ministerio de Educación decidió judicializar el caso frente a la necesaria protección de la menor.
Siempre de acuerdo a la acusación, en la escuela, la menor se acercó a preceptoría y rompió en llanto, manifestando que no soportaba más la situación que estaba viviendo, pero que hasta entonces se la aguantaba porque no quería perjudicar a su primo que necesitaba la defensa del abogado que la abusaba.
Contó situaciones repugnantes que padecía dentro del estudio, cuando quedaba a solas con el abogado. Sin parar de llorar, contó los detalles y su indignación porque le pedía que la suelte, que no la toque, que ella era muy chica; mientras que él le aseguraba que si se acostaba con él, le iba a solucionar todo a su familiar.
De las varias veces que la llevaron al estudio jurídico, refirió que en dos ocasiones fue abusada, sin recordar fechas exactas.
El fiscal del MPA también refirió a “la falta de ética del accionar del condenado de hacer concurrir a la adolescente a su estudio para prepararla para una entrevista en Cámara Gesell”. Planteó que “en realidad, no era una preparación en términos de litigación, sino más bien un entrenamiento para que diga y haga lo que él quería. Es decir, no fue una práctica permitida en el marco de su profesión; no la hizo ir para que conozca sus derechos, ni para explorar la información con la que contaba la adolescente. Fue un intento de producir prueba falsa y, en ese marco, la abusó dos veces”.
Calificación penal
Degoumois fue condenado como autor del delito de abuso sexual reiterado (dos hechos). Además, se le impuso una inhabilitación perpetua para el ejercicio de la abogacía, en virtud de la vinculación entre la comisión del delito específico al que alude la ley –objeto de este proceso penal– y el ejercicio de la actividad profesional.
El juez dispuso una serie de reglas de conductas que el condenado deberá cumplir: prohibición de acercamiento a la víctima y a su entorno, y también una prohibición de contacto con personas menores de edad, salvo autorización judicial.
Además, en función de los hechos por los que fue condenado, el juez le impuso la obligación de participar en un programa de tratamiento psicológico y/o psiquiátrico especializado en agresores sexuales (el cual deberá ser aprobado por el Tribunal), como así también, la obligación de participar en un programa de educación y sensibilización sobre violencia de género y abuso sexual infantil.
Por otra parte, el condenado deberá residir en su domicilio habitual y notificar si realiza algún cambio y tiene prohibido el consumo de sustancias psicoactivas que alteren su juicio y comportamiento.
Finalmente, el magistrado advirtió al condenado que “el incumplimiento de las reglas de conducta puede dar lugar a la revocación de la pena condicional y a la ejecución efectiva de la pena de prisión”.
En los alegatos de clausura, el fiscal Hereñú también trajo a colación las amenazas sufridas por la madre de la víctima. “Este juicio también sirvió para dar cuenta de una mamá que no cedió ante el poder, que juró decir la verdad y que, a pesar de las intimidaciones, mantuvo su palabra para respaldar a su hija”, planteó.
“A raíz del testimonio que brindó en el juicio oral la madre de la adolescente, Degoumois y otros tres abogados fueron imputados como coautores de los delitos de amenazas coactivas y falso testimonio (en calidad de autores mediatos)”, recordó el fiscal. “En su declaración, la mujer dio detalles de las amenazas que sufrió por parte de los cuatro imputados. Puntualizó que le hicieron decir en el juicio información falsa que ya habían incluido en una declaración previa que la obligaron a firmar bajo presión”, señaló.
“A dos de los abogados investigados se les atribuyó la autoría del delito de encubrimiento, y a uno de ellos también se le endilgó la tenencia de un arma de guerra y de otra de uso civil”, precisó Hereñú.
Estos hechos ilícitos están siendo investigados por el MPA.