Descubrieron un túnel comenzaba un depósito ubicado en Chacabuco al 500 y continuaba hasta a la puerta de la sucursal de San Isidro del Banco Macro, en Chacabuco 444. La idea era robar el banco.
Todo comenzó cuando un repartidor, que iba a entregar café de especialidad en el casco histórico de San Isidro, escuchó un ruido debajo del chapón y descubrió una varilla de hierro que subía y bajaba entre dos adoquines. El descubrimiento evitó un millonario robo de modalidad “boquetera” en un banco situado a tan solo 150 metros del edificio de Tribunales.
El personal de seguridad del banco se comunicó con la comisaría 1a. de San Isidro. Horas más tarde policías, bomberos y rescatistas descubrieron un túnel de 220 metros de largo y casi 3,60 de profundidad que conectaba un depósito con el banco. Los investigadores creen que los delincuentes pretendían entrar a la zona de las cajas de seguridad de la sucursal el fin de semana próximo.
En el depósito, en donde había funcionado un taller de chapa y pintura de autos, se encontraron bolsas plásticas llenas de la tierra que sacaban para hacer el pozo. También colchones, que supone que la banda trabajaba de noche.
Un detective que recorrió la zona dijo a ese medio que “el túnel es algo nunca visto. Es una verdadera ‘obra de ingeniería’. Todo perfectamente calculado. Hasta tenía alfombra y una iluminación extraordinaria”.
El investigador aseguró que “la planificación para hacer el túnel que tenía la intención de llegar hasta la sucursal del Banco Macro fue superior a la que llevaron adelante los delincuentes que protagonizaron el denominado Robo del Siglo», en referencia al golpe ocurrido el 13 de enero de 2006 en la sucursal Acassuso del Banco Río donde un grupo de ladrones vació 145 cajas de seguridad y se llevó un botín millonario, estimado en 19 millones de dólares.
La investigación quedó a cargo de la fiscal Carolina Asprella y del fiscal general adjunto Patricio Ferrari, equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, con la colaboración de personal de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I y la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local.
“Tras el hallazgo de la varilla entre los adoquines, el personal de seguridad del banco se comunicó con la comisaría 1a. de San Isidro. Primero se hizo un pozo, pero pronto quedó claro que había un túnel y había que determinar donde empezaba. Fueron muchas horas hasta que se llegó al depósito”, sostuvo una fuente del caso.
El próximo paso de los investigadores es llamar a declarar a los propietarios del depósito para tomarles declaración y conocer a quién le alquilaron la propiedad. También citarán a los vecinos de la zona para que cuenten todo lo que vieron, sobre todo si recuerdan a las personas o vehículos que entraban y salían del inmueble.
Entrada la madrugada, los investigadores policiales y judiciales todavía se preguntaban si el lugar elegido para dar el golpe no era un mensaje subliminal: vaciar cajas de seguridad a tan solo 150 metros del edificio de los Tribunales de San Isidro.