El grupo inversor Cima SA compró la acreencia que tenían los bancos internacionales con Vicentin, según lo acaba de notificar al juzgado que conduce la convocatoria de acreedores de la agroexportadora. Con la adquisición, Cima -que tiene como referente al ex Wall Street Esteban Nofal- se convierte en el principal acreedor de Vicentin y árbitro decisivo en el rumbo futuro que tome el malogrado holding santafesino.
En detalle, Cima le compró la deuda verificada por u$s 447.194.396,91 a los bancos IFC (u$s 205.785.014,45), FMO (u$s 122.278.129.55), ING (u$s 46.429.718,73), RaboBahnk (u$s 22.781.133.64), MUFG (u$s 12.381.296,09), SMBC (u$s 12.381.296,09) y Natixis (u$s 9.934.586,27). No se informaron en el expediente judicial precios y condiciones de la operación.
“Se adquirió esta deuda con el objetivo contribuir a destrabar el prolongado proceso judicial, que ya lleva cinco años, y trabajar en una solución que permita reactivar a la mayor compañía del sector agrícola de bandera argentina”, señaló el grupo inversor en un comunicado difundido esta mañana.
“Nuestra intención, como representantes del mayor acreedor del concurso, es colaborar en una pronta solución, que contemple en forma ecuánime los intereses de las distintas partes interesadas, en particular aquella que incluya la conservación de las fuentes de trabajo, cuidando el valioso Capital Humano de la compañía”, agregó.
Es rigor, Cima opera como un aglutinador de distintos inversores financieros que apostaron por comprar la acreencia impaga a los bancos, apostando a que una mejora en el pago de la deuda y la reactivación de la firma les genere un buen retorno a la inversión inicial.
Por eso, si la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe rechaza finalmente la homologación de la oferta de pago presentada por Vicentin -que en primera instancia fue rechazada y en Cámara avalada- y habilita así la instancia de cram down (o salvataje), Cima espera mejores condiciones de pago producto de la competencia entre los interesados en entrar al negocio.
“Cima ha iniciado diálogos con diversos actores interesados en el proceso, incluyendo al Grupo Grassi, con miras a explorar su participación en un eventual Cramdown. Es nuestra intención colaborar con todas las partes que deseen sumar valor, construyendo soluciones que atiendan de manera justa los intereses de los acreedores y demás actores involucrados, y que prioricen la preservación de las fuentes de trabajo, cuidando el valioso capital humano de la compañía”, resalta el grupo inversor.
En efecto, Cima está bien al tanto y tuvo contactos con el grupo Grassi -el segundo acreedor comercial en importancia detrás de la cooperativa ACA- que desde hace tiempo teje un plan para comprar Vicentin asegurando que su oferta de pago de la deuda será mucho mejor a la presentada por la defaulteda, que para los medianos y grandes acreedores del agro establece quitas del 80%.
Es más, la existencia de esa oferta que competirá con la de Vicentin en el cram down fue un argumento al que recurrió Cima para convencer a inversores a sumarse al fondo que financió la compra de las acreencias que tenían los bancos internacionales con Vicentin.
Grassi siempre sostuvo que, a diferencia de la oferta de pago presentada por Vicentin, además de mejorar las condiciones a acreedores (sobre todo a medianos y grandes productores y acopios), incluiría la adquisición de los activos industriales que el grupo tiene en el norte provincial, mientras que en el plan de Vicentin quedarían sin comprador porque Bunge y ACA solo quieren las plantas de San Lorenzo, Ricardone y Timbúes.
Si bien al convertirse en el principal acreedor tendrá decisiva injerencia en la definición del futuro de Vicentin, cómo debe responder a sus inversores, CIMA aceptará la mejor propuesta de pago y reactivación de la empresa.
“En CIMA, estamos convencidos de que es posible resolver esta compleja situación, atendiendo los intereses de todas las partes involucradas y alcanzando una solución sostenible que impulse el desarrollo futuro de Vicentin”, señaló el grupo inversor.
Fundada en 1998, CIMA cuenta con una amplia trayectoria en los mercados internacionales y locales, respaldada por una sólida cartera de clientes institucionales e individuales. Además de la experiencia en manejo de fondos, mercados de capitales y análisis económico-financiero, se especializa en ofrecer soluciones innovadoras para escenarios complejos.
“Creemos que la adquisición de este crédito representa una excelente oportunidad para encontrar una salida virtuosa que beneficie a todos los actores implicados”, enfatizó la compañía.
La salida de los bancos
Que los bancos vendedores de la acreencia sean todas reconocidas entidades financieras internacionales de talla global que están bajo control de entes reguladores oficiales, garantiza la legalidad y transparencia de la operación.
Con la venta, los bancos internacionales logran salirse de la crisis de Vicentin, cuyo default les generó complicaciones en el cobro de los préstamos otorgados por varios millones de dólares.
Es más, las entidades crediticias llegaron a denunciar penalmente a Vicentin por estafa, ya que mediante la falsificación de balances ocultaron su real estado financiero para seguir recibiendo créditos sabiendo que no estaban en condiciones de pagar.
Fuente: Rosario 3