A un mes del secuestro “al azar” seguido de muerte de Lorenzo “Jimi” Altamirano frente a la cancha de Newell’s y la balacera narco al penal de Marcos Paz ocurrida en noviembre, la Justicia santafesina y federal realizaron una serie de allanamientos motivados por ambos hechos en Rosario y en las cárceles federales de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson. Uno de los procedimientos se hizo en las oficinas administrativas de Marcos Paz por presunta “complicidad estructural” del Servicio Penitenciario Federal con el líder de Los Monos Ariel Máximo “Guille” Cantero, preso allí.
Según escuchas, utiliza el teléfono fijo y recibe celulares para dar sus ordenes y llevar adelante sus negocios.
Los operativos fueron ordenados a partir de tareas conjuntas entre los fiscales provinciales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra de la Agencia de Criminalidad Organizada, la Fiscalía Federal N° 2 –a cargo de Paula Moretti– y la PROCUNAR –cuyo titular es Diego Iglesias–. En los predios penitenciarios, los procedimientos llevó a cabo la Policía Federal, y en Rosario los concretó la División de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal. En los procedimientos también participó la Fiscalía Federal N°1 de Morón y el juez federal de la jurisdicción Jorge Rodríguez.
De la investigación por el crimen del joven de 28 años, ocurrido el 1º de febrero pasado frente a la Puerta 6 del Coloso Marcelo Bielsa, se desprende que habría sido producto de una violenta interna entre dos facciones de Los Monos. Por un lado, Leandro “Pollo” Vinardi, Damián “Toro” Escobar y Nicolás “Pupito” Avalle –todos presos en la cárcel de Ezeiza–, y por el otro, Rodolfo Héctor “Eri” Masini, Leandro “Gordo” Vilches y Pablo Nicolás Camino –alojados en el penal federal de Rawson–.
El penal federal de Marcos Paz, donde se encuentra detenido “Guille” Cantero, capo máximo de Los Monos, fue atacado a tiros en noviembre pasado, con una docena de disparos recibidos. Los gatilleros dejaron un cartón escrito que dice: “Dejen de verduguear a Guille Cantero o vamos a matar a los del Servicio Penitenciario. Con la mafia no se jode”. Horas antes del atentado, los supuestos encargados de llevar a cabo la intimidación se filmaron con varias pistolas y mostraron el texto que estaban por colocar en el complejo penitenciario donde se encuentra alojado el líder de Los Monos, un video que llegó al canal C5N.
Entre los indicios de la investigación se pudo establecer que a Altamirano lo mataron por un presunto encargo de los presos Masini-Vilches, quienes usaron la violenta mano de obra de Camino, que opera principalmente en la zona oeste de Rosario. Entre las hipótesis que manejan los investigadores judiciales, está una cuantiosa deuda en dólares de Vinardi, Escobar y Avalle con los reclusos de Rawson producto de un cargamento de droga. Al mismo tiempo, otra línea investigativa señala que la interna también es por una disputa entre las dos facciones por el regenteo de la barra brava de Newell’s.
En ese marco, los fiscales provinciales y federales ordenaron requisar las celdas de todos los reclusos mencionados, quienes a su vez mantuvieron una constante charla previa y post crimen de Altamirano con “Guille” Cantero, quien habría oficiado de mediador, de acuerdo a las escuchas telefónicas que constan en el expediente.
De los diálogos telefónicos también se desprende que “Pollo” Vinardi y “Toro” Escobar reprochan al líder de Los Monos por no haber logrado “calmar” al trío Masini-Vilches-Camino. Incluso mencionan que les estaban dejando carteles con sus nombres en escenas de atentados, como por ejemplo, el ocurrido el mismo 1º de febrero contra la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez.
Los pedidos de requisar a “Guille” Cantero -que suma condenas por 96 años de prisión- fueron más que explícitos. El teléfono fijo del pabellón es una parte del problema.
Una orden firmada por los fiscales Moretti e Iglesias exige encontrar “los registros de los números de abonados con los que se comunicó el interno ARIEL MÁXIMO CANTERO desde la línea telefónica emplazada en el Pabellón 7 de la Unidad Residencial 2 del Complejo Penitenciario Federal 2 de Marcos Paz y los titulares de dichos abonados, al menos desde el mes de marzo de 2022 a la fecha”, así como información sobre los dos teléfonos fijos instalados en 2019 y 2020 en ese pabellón. Las medidas habían sido pedidas en repetidas ocasiones, pero nunca fueron cumplidas por el SPF. Los fiscales también le exigen a la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios la falta de entrega de varios informes pedidos.
“La prohibición de uso de celulares es una mera ficción, ya que posteriormente lo dispuesto por el Tribunal Oral Federal N° 3 de Rosario el 11 de marzo de 2022, se le secuestraron a CANTERO los dos teléfonos señalados en el marco de esta causa”, asegura el texto.
En marzo de 2022, un reporte del SPF reportó a la Justicia federal que el capo de Los Monos “aparentemente se encontraba entablando una comunicación telefónica desde el interior de su celda, y no del teléfono público que se encuentra en el SUM del Pabellón”. Así, le requisaron la celda a Cantero. El teléfono estaba oculto dentro de su televisor, con un viejo cable USB. El 27 de mayo, un segundo aparato le fue encontrado a Cantero.
En las ordenes de la jornada, los fiscales pidieron que se investigue, precisamente, “la posible complicidad estructural de las autoridades del Servicio Penitenciario Federal que permitió que CANTERO cuente con dispositivos expresamente prohibidos”, lo que motivó el allanamiento a las oficinas.
La Ley 24660 de ejecución de la pena establece en su artículo 160 que las cárceles “deberán” instalar inhibidores de señal para impedir comunicaciones. Cantero, sin embargo, se comunicaba libremente. Moretti e Iglesias pidieron que, de una buena vez, se cumpla esta normativa dentro del SPF, que hoy cuenta con su aparato de inteligencia desmantelado desde 2020. El mismo pedido había sido realizado por el Tribunal Federal N°3 de Rosario en 2022.
Hubo escuchas: Cantero fue oído hablando de una serie de atentados a edificios judiciales.
En una escucha, incluso, Cantero dice:
“Pero actúan conmigo, porque saben que, ponele, que yo me quise pasar de vivo con los milicos, me entendés, diciendo ‘ah, bueno te hiciste el vivo. fuimos, te dimos (así se entiende) el teléfono, no te lo encontramos, después a los cinco meses te lo encontramos, después a los dos días te encontramos otro’, eh. Estos no son como lo de la provincia”
Hueco para pasar celulares en el penal de Rawson
En el penal de Rawson, por ejemplo se detectó un boquete entre celdas que permite el contrabando de teléfonos. El hueco fue detectado entre las celdas de los detenidos Camino y Mazzini.
Fuente: Infobae