En un adelanto exclusivo de sus memorias en la Casa Rosada, el ex jefe de Estado opina sobre la salud mental de la actual vicepresidenta y afirma que nunca incidió en los medios y en la Justicia Federal para acelerar sus causas penales por presunta corrupción pública
Mauricio Macri nunca se llevó bien con Cristina Fernández de Kirchner. Es de piel. Considera que su ambición supera todos los límites éticos de la construcción política, y asume la conocida voluntad de la ex presidenta como su contracara al momento de ejercer el poder.
En el adelanto del capítulo inicial de su libro Primer Tiempo, que Infobae publica en exclusiva, Macri destila cierto resentimiento personal contra CFK, jamás la menciona con su nombre y apellido, y tampoco hace referencia a su actual cargo institucional: Vicepresidente de la Nación.
El ex jefe de Estado se pasó todo su gobierno contestando acerca de Cristina. Y ahora que busca recuperar el poder -aunque todavía lo niegue en público- continúa con idéntica rutina política.
Macri tiene un filoso juicio crítico sobre Fernández de Kirchner, y lo que aparece registrado en sus memorias es apenas un simple esbozo de su cruda opinión personal respecto a su antecesora en Balcarce 50.
El ex presidente de Cambiemos consideró que podía mantener una relación cordial con Alberto Fernández al margen de sus relaciones viscerales con CFK. Pero el tiempo enterró esa expectativa política, y hace ya mucho que ni siquiera chatea con el actual jefe de Estado.
Esa desilusión personal también aparece agazapada en las primeras líneas del capítulo inicial de Primer Tiempo. Macri no alude a Alberto Fernández. No lo pone en la escena. Borró al Presidente de su propia ceremonia de asunción, ese 10 de diciembre de 2019.