Subió 39,1% contra el 36,1% del IPC; en diciembre, el valor de esta canasta fue de $54.208, frente a $38.960 de hace un año; en tanto, la canasta de indigencia quedó en $22.681 con un alza del 45,5%
El Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) publicó la canasta que mide el piso de lo que necesita tener de ingresos mensuales una familia para no caer en la indigencia o la pobreza.
Según el indicador, durante diciembre de 2020, una familia conformada por dos adultos y dos menores necesitó ingresos por 54.207 pesos para poder cubrir la Canasta Básica Total, que es la que contiene alimentos y servicios, y no caer en la pobreza y de 22.681 pesos para la Canasta Básica Alimentaria y no caer en la indigencia.
Con estos valores la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) con respecto a noviembre de 2020 fue de 5,1%, mientras que la variación de la canasta básica total (CBT) fue de 4,7%.
Si se toman los valores de hace 12 meses, en diciembre de 2019 el mismo grupo familiar que mide el Indec –compuesto por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años– necesitó 15.524 pesos para cubrir la canasta alimentaria y esquivar la indigencia, lo que muestra que su valor se incrementó 45,5% casi 10 puntos porcentuales de la inflación en el mismo período (36,1%).
Para la canasta que mide la pobreza que contiene alimentos y servicios, en diciembre de 2019 hacían falta $38.960, lo que significa que aumentó 39,1% en solo un año, superando en menor medida la inflación.
El costo de vida que publicó el Indec días atrás para los 12 meses de 2020 mostró que la variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) fue de 4%, de forma que la inflación acumulada en 2020 fue de 36,1 por ciento.
La CBA se ha determinado tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto, de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra esas necesidades durante un mes. Se seleccionaron los alimentos y las cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo).
Para determinar la CBT se amplía la CBA, considerando los bienes y servicios no alimentarios. La estimación se obtiene mediante la aplicación del coeficiente de Engel (CdE), definido como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia.
En ambos casos lo valores que se toman son lo que relevan en el índice de precios de consumidores del Gran Buenos Aires. Esto implica que en el interior del país en donde el peso de los subsidios para los servicios públicos como por ejemplo el transporte es menor y sus valores son más altos.
Como sucedió casi todos los meses del 2020, la canasta que mide la indigencia y que sólo toma en cuenta los valores de los alimentos fue la que se incrementó más teniendo en cuenta que la versión que toma en cuenta los servicios estaba midiendo valores que están congelados.
Pero de todas formas el deterioro en los hogares por el impacto que tuvo la pandemia y las medidas de aislamiento social en el empleo sumado a la suba de los alimentos que durante todo el 2020 mostraron un sendero ascendente hicieron que el índice de pobreza en la Argentina alcanzara un pico de 43% hacia el tercer trimestre del año, según estimaciones privadas.
Los datos oficiales muestran que hacia mitad de año, relevados los primeros tres meses de crisis sanitaria, la pobreza había saltado hasta el 40,9%. La próxima actualización con la información completa del 2020 será publicada por el Indec en marzo, y todo hace suponer que los valores no mejorarán. Una primera idea de esto quedó establecida en el indicador de canasta básica alimentaria.