“Caíamos y caíamos”, describió el dirigente del Movimiento Evita que reconoció que una encuestadora les había advertido de esto antes de las PASO. “La gente sabía que íbamos a perder. No lo queríamos ver”, agregó el funcionario
“Tenemos una encuestadora que no está contaminada de las operaciones políticas que nos marcaba que nosotros como gobierno estábamos en caída libre hace 30 días. Caíamos, caíamos, caíamos”, insistió Fernando “Chino” Navarro, secretario de Políticas Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete y dirigente del Movimiento Evita. En un ensayo de mea culpa, y bastante severa autocrítica, el funcionario puso en relieve las causas de la derrota electoral en las recientes PASO, cuando perdió seis millones de votos: en las presidenciales de 2019 había alcanzado 12,9 millones de electores y en los últimos comicios de septiembre retuvo sólo 6,9 millones.
“Empezamos a caer desde que apareció la primera denuncia de una señorita que había estado en una revista con poca ropa, desde que empezaron las conjeturas de visitas de mujeres a Olivos. Desde antes del cumpleaños de Fabiola empezamos a caer. Yo lo veía todos los días porque lo primero que hacía cuando me levantaba era mirar las encuestas. Esa encuestadora había cerrado ese domingo 0,7 arriba provincia de Buenos Aires. No la quise creer. Estábamos en empate técnico”, comentó en diálogo con la periodista Romina Manguel por la radio FM Milenium. La diferencia fue de cinco puntos: Juntos por el Cambio alcanzó en el territorio bonaerense más del 38 mientras que el Frente de Todos superó el 33 por ciento.
En paralelo, aseguró que la caída de los indicadores de bienestar social comenzaron décadas antes, cuando la Junta Militar derrocó a la por entonces presidenta, María Estela Martínez de Perón, a mediados de la década del setenta. “En el ‘75 Argentina tenía un dígito de pobres, un dígito de desocupados, 82% de trabajadores formales y una deuda de siete mil millones de dólares. Desde la dictadura de Videla y Martínez de Hoz no paramos de caer, en democracia también seguimos cayendo. Salvo algún momento de Néstor y Cristina, donde parecía que frenábamos esa caída, a la larga no pudimos revertirla y terminó ganando Macri”.
Hizo una lectura con signos de reproche en virtud de la paliza en las primarias que el Frente de Todos sufrió hace siete días. Valoró haber conservado el 30% del padrón y aclaró en términos elogiosos que él sabe todo lo que el gobierno hizo, “pero perdimos muchísimos votos con respecto a la última elección de hace dos años -criticó-. Si te abandonan millones de personas que votan a la oposición o que no van a votar, significa que lo que hicimos no alcanzó, o no lo visualizaron, o fue insuficiente, o llegó tarde o no llegó”. En la misma línea, aseguró que la gente sabía que el gobierno nacional iba a perder las PASO, que el dato y el malestar estaba ahí: “No lo queríamos ver”.
Navarro dijo que él ya lo había advertido y que faltó asociar las demandas básicas de la sociedad a la agenda política. “No podíamos corregir la distancia entre nuestra gestión y la problemática cotidiana de la mujer y el hombre de a pie. No entendíamos a veces temas vinculados a lo social, lo productivo, la seguridad, la educación, más allá de que tengamos la mejor intención. La pandemia lo agudizó. No teníamos cable a tierra. No sabemos, los políticos oficialistas y opositores, todavía la profundidad de la pobreza estructural en la Argentina. Esa distancia, más allá de que podemos encarar políticas correctas, hace que la sociedad nos vea lejos”, reconoció.
También se mostró disgustado con la pelea interna: “Somos una coalición, tenemos diferencias, pero tenemos la obligación de ponernos de acuerdo. “La gente nos dice ‘no se peleen’, quieren que les resolvamos los problemas”.
“No me gustó que muchos ministros salgan a decir ‘renuncio’”, agregó, tomando distancia de la estrategia de presión de la vicepresidenta hacia Alberto Fernández para apurar un recambio en el Gabinete.
También señaló que, a diferencia de lo que pasaba con Néstor y Cristina Kirchner, que concnetraban en sus personas la presidencia y la jefatura política, “hoy Alberto es el presidente pero no es el jefe político”.
Defendió la gestión del saliente Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que en us opinón fue “una muy buena gestión en medio de la pandemia”, y respecto de su nuevo jefe, el ex gobernador de Tucumán, Juan Manzur, dijo tener “una amistad política muy fuerte” con él.