El presidente de los Estados Unidos anunció que todas las empresas con más de 100 trabajadores deberán exigir a sus empleados que se vacunen. También será obligatorio para todos los trabajadores federales.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este jueves su plan más severo y contundente para mitigar la pandemia: todas las empresas con más de 100 trabajadores deberán exigir a sus empleados que se vacunen, así como también la vacunación obligatoria para todos los trabajadores federales.
Las nuevas medidas serán aplicables para cerca de dos tercios de los trabajadores estadounidenses, unas 100 millones de personas. El anuncio profundizó la división de posturas frente a la vacunación en EEUU.
El estancamiento de la vacunación y el aumento de los casos de Covid-19 llevaron al presidente Biden a ordenar estas nuevas medidas para controlar la pandemia.
«Hemos sido pacientes. Pero nuestra paciencia se está agotando y su negativa nos ha costado a todos», afirmó Biden, quien además añadió que la minoría no vacunada «puede causar mucho daño, y lo está haciendo».
Las nuevas medidas también exigen la vacunación para los empleados de la rama ejecutiva, ciertos trabajadores de los centros de salud y contratistas del Gobierno federal.
El mandatario fue enfático en que tendrán 75 días para vacunarse o se podrán ver enfrentados al despido, solo con ciertas excepciones religiosas o médicas que impidan recibir las vacunas.
Otras resoluciones anunciadas por el mandatario estadounidense contemplan multas más severas para pasajeros que se nieguen a usar mascarillas durante los vuelos.
También informó que invertirá 2.000 millones de dólares para «comprar casi 300 millones de tests rápidos para distribuirlos en centros de salud comunitarios, bancos de alimentos y escuelas» y notificó que Amazon, Walmart y Kroger venderán pruebas caseras de Covid-19 a bajo costo para hacerlas más accesibles.
El anuncio se da en un momento donde los casos en Estados Unidos siguen en aumento, debido en buena parte por la proliferación de la variante Delta.
Actualmente, el país tiene un 300% de infecciones diarias más que en la misma época del año pasado. Además, a diario mueren alrededor de 1.000 personas.
El nuevo plan busca, como afirmó Biden en un tuit, «reducir la cantidad de estadounidenses no vacunados, disminuir las hospitalizaciones y muertes y permitir que nuestros hijos vayan a la escuela de manera segura».
La situación contrasta con el anuncio de Biden de hace unos meses, en el que decía que el país estaba cerca de superar la pandemia.
Hoy en día, 208 millones de estadounidenses ya han recibido al menos una dosis, pero cerca de 80 millones de personas siguen sin vacunarse.
A ese panorama se le suma la “politización” de la vacunación, lo que dificulta aún más la recuperación.
La decisión de Biden fue elogiada por una parte del país que incluye a la Asociación Nacional Médica, la Asociación Nacional de Fabricantes y la Mesa Redonda de Negocios.
Sin embargo, también las reacciones en contra no se hicieron esperar. Ciertos líderes republicanos y jefes sindicales afirmaron que el presidente está yendo “demasiado lejos”.