El clásico santafesino de futsal entre Unión y Colón, disputado en el gimnasio Roque Otrino, terminó de la peor manera. Aunque el partido concluyó en paz con victoria para Unión por 3 a 2, el verdadero escándalo se desató después del pitazo final.
Mientras el plantel de Unión festejaba en los vestuarios, varios jugadores notaron el faltante de indumentaria que habían dejado en el banco de suplentes. Sin tiempo para reponerse del mal momento, al abandonar el estadio Brigadier López fueron interceptados por un grupo de personas que intentaron revisarles los bolsos y mochilas.
Según relataron los protagonistas, hubo forcejeos, agresiones físicas y hasta golpes. Algunos testigos describieron la situación como un «ataque piraña». Los agresores, que serían hinchas de Colón, escaparon cuando llegó la policía.
Lo que debía ser una noche de celebración para los Tatengues terminó con denuncias y un clima de tensión que empañó la victoria. Las autoridades investigan lo ocurrido.