Si eres uno de los 1.300 millones de usuarios de esta app, advierte el medio norteamericano, un nuevo y grave problema puede convencerte de que la abandones
“Todos sabemos que Facebook vive de nuestros datos, así es como pagamos por sus servicios supuestamente gratuitos. Pero tiene que haber un límite. Si nos encontramos en una posición en la que Facebook dice ‘me quedaré con todo lo que pueda’, y nosotros aceptamos, qué dice eso sobre nosotros y el valor que le damos a nuestra propia privacidad”, interpela Zak Doffman, periodista especializado en ciberseguridad en su artículo de Forbes, donde explica por qué deberíamos dejar de utilizar esta app.
Según reseña, a causa de una desafortunada serie de acontecimientos (relaciones públicas mal gestionadas y muy mala comunicación), la debacle de WhatsApp que a provocado en estos días que miles de usuarios han migrado a Signal o Telegram, ha distraído la atención de lo grave que es la invasión a la privacidad que ejerce Facebook Messenger.
Explica que la principal defensa de Whastapp cuando se discute sus políticas de privacidad es que no puede ver los mensajes privados. Pero si sos usuario de Messenger, advierte, no tienes tanta suerte…
Afirma que una ilustración perfecta del escaso respeto de Facebook Messenger por la privacidad salió a la luz cuando los investigadores en ciberseguridad Tommy Mysk y Talal Haj Bakr revelaron hace un año que la app estaba descargando archivos adjuntos privados enviados entre los usuarios a sus propios servidores, así como enlaces a archivos compartidos y sitios web. “El problema de que Messenger acceda a tu información privada se resuelve fácilmente, de eso se trata la encriptación de extremo a extremo”, asegura Doffman dejando entrever que lo que no hay es voluntad.
A diferencia de WhatsApp, la encriptación de extremo a extremo en el Messenger sólo admite mensajes privados entre dos personas, no dentro de grupos, y no está activado por defecto. Cuando se selecciona la opción, Facebook deja de husmear en los mensajes y de descargar los enlaces y archivos adjuntos.
“Es esta falta de encriptación de extremo a extremo lo que hace que el Messenger no me sirva. Esto debería ser el valor por defecto para cualquier plataforma de mensajería que uses. El propio Facebook ha advertido de los riesgos que conlleva la falta de este tipo de cifrado, y WhatsApp merece un gran reconocimiento por haber universalizado el acceso, poniendo el cifrado de extremo a extremo a disposición de 2.000 millones de usuarios”, afirma Doffman.
De acuerdo con su análisis, no habría que dar por sentado el cifrado de extremo a extremo: el hecho de que podamos llamar y enviar mensajes desde cualquier parte del mundo, a salvo de las sondas de la red de los gobiernos y los malos actores, es una gran ventaja. “Una de las ironías de la reacción de WhatsApp es que los usuarios están dejando esta app, que está cifrada de extremo a extremo por defecto, por Telegram, que no lo está”, advierte.
Esto, afirma, vuelve a poner en el foco las prácticas de Facebook. Recuerda que en 2019, Mark Zuckerberg argumentó que la mensajería privada se convertiría en la nueva normalidad, reemplazando la necesidad social de compartir todo, en todas partes. Esto siguió a los primeros informes sobre los planes de Facebook de integrar WhatsApp con los DM de Messenger e Instagram, creando un gigante de la mensajería que sirve a casi 3.000 millones de usuarios.
En ese momento, había informes que indicaban que Messenger se convertiría en un sistema de cifrado de extremo a extremo, lo que suponía una importante mejora. “Pero dos años después, no hemos visto ningún progreso tangible. Sin embargo, lo que hemos visto es el comienzo de esa integración, comenzando con Messenger e Instagram, sin mejoras de seguridad a la vista”, acusa.
El año pasado, Facebook afirmó que seguía “muy comprometido con hacer que Messenger esté encriptado de extremo a extremo de forma predeterminada”. De hecho, Jay Sullivan de Facebook aseguró ante el comité del Senado en 2019, que “la gente debería poder comunicarse de forma segura y privada con sus amigos y seres queridos sin que nadie, incluyendo Facebook, escuche o monitorice sus conversaciones”.
Sullivan también dijo que los usuarios deberían poder enviar información médica y financiera “con la confianza de que no caerá en manos de ladrones de identidad u otros con intenciones maliciosas”. Pero, advierte Forbes, Messenger monitorea el contenido, y “salud y estado físico”, “información sensible” e “información financiera” están entre la masa de campos de datos de usuarios que admite recolectar a través de su plataforma Messenger.
Añadir una encriptación de extremo a extremo habría sido una especie de gracia salvadora para el Messenger, ya que evitaría que el contenido se supervisara, recogiera y procesara, aunque no protegería los metadatos. Pero el affaire de WhatsApp ha hecho que millones de personas se den cuenta de que el cifrado de contenidos no es suficiente por sí solo.
“Las prácticas de Facebook son ahora visibles para todos, no están enterradas en la letra pequeña de la política de privacidad. Todos podemos ver la ridícula diferencia entre Messenger y otras plataformas, aunque todavía tenemos que entender cómo se monetizan esos metadatos y se utilizan para dirigirnos a nosotros con anuncios”, afirma.
Doffman es contundente: “El consejo ahora es simple. Si todavía estás en Messenger o si estás usando los DM de Instagram para cualquier otra cosa que no sean contactos casuales, entonces es hora de cambiar. La opción más fácil sigue siendo WhatsApp. Si quieres una opción más segura, entonces ejecuta Signal en paralelo. Será más útil a medida que se unan más contactos”.
Para Forbes, con WhatsApp y Signal ejecutándose en paralelo, estarás cubierto en términos de seguridad y la privacidad. Y agrega que, con el tiempo, se terminará usando Signal como opción predeterminada, pero para eso falta que todos tus contactos también la usen.