En un encuentro muy emotivo y cambiante de la fecha 11 del Torneo Federal, Timbúes superó a Náutico con gran tarea de Chervo y Stival. Gimnasia perdió en su visita a Bell
24 de abril de 2021 – 02:09
Chervo, la figura, la vuelca. Fotos: Juanjo Cavalcante.
Si no existiera la tabla de posiciones de la División Centro del Federal para demostrar lo contrario, cualquier espectador (pocos presenciales, muchos online) podría aseverar que el duelo entre Náutico y Timbúes en la ribera rosarina tenía muchas cosas en juego. Se disputó con vértigo y emoción, y el final encontró un gran festejo por el lado de los de la Comuna y una imagen de bronca y tristeza profunda en los locales.
Es que la realidad es que el 84 a 83 de la fecha 11 no parece ser determinante en la vida deportiva de ninguno de los dos, con los puestos de clasificación todavía bastante lejos de sus posibilidades, pero para ambos planteles se tomó con orgullo deportivo para mostrar su reacción ante la adversidad y mantener las chances matemáticas vivas aunque muchos factores los quieran obligar a ser pesimistas. Y esa alegría después de un triunfo emotivo es para aplaudir. Y esa devastación tras la derrota en el cierre también es de elogiar. Significa que de uno y otro lado hay amor al deporte, aunque en el futuro la tabla indique que el triunfo o la derrota no cambió el destino de nadie.
Náutico comenzó con racha de 10 a 0 con Giraudo encendido en el perímetro y Stegmayer cerca del cesto, pero Timbúes liberó a Stival en el goleo y se arrimó rápido para ya en el despertar del juego dejar en evidencia que sería un partido de rachas.
Lo que construía Iglesias para asistir adentro y afuera, lo empardaban Stival y Chervo a pura velocidad y determinación. El equipo de Roig, sin Meinero, Knecht ni Ledesma (estuvo en el banco pero no jugó), mutó a un elenco dinámico y agresivo, que resuelve en uno o dos pases y no duda en lanzar o atacar el aro en menos de 14 segundos. Y es una elección estratégica que le sienta bien.
De a ratos Náutico equiparó la intensidad y le propuso un toma y dame a Timbúes con Móndolo y Ettorre (pudo regresar tras una intervención y anotó 12 tantos) resolviendo rápido. Pero claro, perdió el rebote defensivo que hasta allí aseguraba Marinelli (9 recobres) y bajó su efectividad de tres puntos. La visita pudo correr y el juego se fue 40 a 39 al descanso largo.
Móndolo leyó acertadamente que no le convenía tanta velocidad y con Iglesias (7 asistencias) volvió a las fuentes de un juego un poco más controlado. Stegmayer (19) fue asistido y lastimó, mientras que también aparecieron los espacios para los triples y los cortes hacia el aro. Náutico supo sacar 10 de ventaja en un encuentro entretenido y vertiginoso. Pero el local no supo pinchar la pelota a tiempo y un par de errores le abrieron la puerta del partido a los visitantes en el último parcial, el ritmo se aceleró y fue el momento ideal para Zuccali (14 puntos), Stival (24) y Chervo (28). Sobre todo Chervo. El alero la rompió afuera y adentro con 16 puntos en el segmento, incluidos un triple para pasar al frente y un doble para definirlo en un final en el que parecía que nadie quería ganarlo por la cantidad de errores que cometieron.
Náutico quedó desolado y Timbúes fue pura euforia. Es que el torneo y las circunstancias (lesiones, contagios) se empeñaron en maltratar a ambos equipos, que se querían regalar una alegría en la noche del viernes. Habla bien de ellos, más allá de que sirva o no para el milagro de una clasificación casi imposible.
SÍNTESIS
NÁUTICO 83: Ramiro Iglesias 6, Nicolás Marcucci 10, Nicolás Giraudo 15, Juan Pablo Stegmayer 19, Alejandro Marinelli 0 (fi), Alejandro Ettorre 12, Tomás Móndolo 7, Franco D’Angelo 3, Matías Rosas 11. DT Gustavo Móndolo.
TIMBÚES 84: Matías Stival 24, Matías Lucero 2, Francisco Zuccali 14, Álvaro Chervo 28, Rodrigo Dadamo 5 (fi), Álvaro Roig 7, Francisco Álvarez 4, Imanol Tempesta 0, Sebastián Bianchi 0. DT: Gustavo Roig
ESTADIO: Velasco
ÁRBITROS: Andereggen y Angelini
PARCIALES: 17/17, 40/39 y 64/57