En el primer partido del Real Madrid sin Gabriel Deck, quien se fue a la NBA, el base argentino anotó la canasta decisiva a 4 segundos del final.
Muchas veces cuestionado por los propios hinchas de su equipo, Nicolás Laprovittola fue la llave del triunfo en el partidazo que jugaron los dos clubes más grandes de España. Un doble y falta del base argentino a cuatro segundos del final le dio el triunfo a la Casa Blanca 87 a 85, arruinó el regreso de Pau Gasol al campeonato y le cortó a los catalanes una racha de 16 triunfos al hilo.
Lapro completó una planilla con 12 puntos (4-9 en tiros de cancha con 2 triples), 5 asistencias y 1 robo en casi 24 minutos. Leandro Bolmaro no sumó minutos.
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El Real Madrid, batallador en defensa y acertado desde el perímetro (15 de 34 triples), maniató al Barça (85-87) hasta el último minuto, cuando el conjunto azulgrana casi remonta una desventaja que llegó a ser de 14 puntos.
Se trató del primer partido del equipo dirigido por Pablo Laso sin Gabriel Deck desde que el santiagueño acordara su llegada a la NBA para vestir la camiseta de Oklahoma City Thunder.
En el regreso a la Liga ACB de Pau Gasol, que se quedó sin anotar en los 8 minutos que jugó, el conjunto blanco se mostró muy sólido en el Palau Blaugrana y, con tres victorias más que el equipo catalán, dio un paso casi definitivo para terminar la primera fase como líder.
La presencia de Gasol acaparó todos los focos en la previa. El DT barcelonista, Sarunas Jasikevicius, puso al ex campeón de la NBA con Los Angeles Lakers de entrada, pero el protagonista en el primer tiempo fue el juego de equipo del Real Madrid con cinco jugadores -Rudy Fernández, Laprovittola, Causeur, Vukcevic y Garuba- superando los diez puntos.
Mandó el equipo blanco en los primeros minutos. Dominó bajó el aro capturando 7 rebotes ofensivos, ahogó a Mirotic y al propio Gasol -ambos acabaron el primer tiempo sin anotar-, Laprovittola movió los hilos de su equipo y Garuba dio una lección defensiva.
Una dinámica que se mantuvo en el segundo acto. El Real Madrid encontró en los triples de Rudy Fernández y el joven Tristan Vukcevic (18 años) el parcial que le faltaba (11-0) para dejar aturdido al Barça (36-22).
La mentalidad de los locales cambió diametralmente en la reanudación pero el Madrid controlaba las acciones de tal manera que no alcanzó para recortar una distancia que tocó su techo al llegar al 49-35.
A partir de ahí, como si el grupo dijera «basta», el Barça se reencontró con la defensa. Ayudó la presión en toda la cancha que encargó Jasikevicius, el control del rebote y la aparición en ataque del ex NBA Mirotic, además de la salida de Walter Tavares en el Real por cuatro faltas.
Eso permitió que el Barcelona quedara a sólo dos puntos (57-59) al término del tercer cuarto, tras un parcial a favor de 22-10.
Cuando parecía que en el último cuarto reinaría la igualdad, el alma del Real Madrid volvió a aparecer y le pasó por encima a un Barcelona desconocido.
El equipo blanco apretó en defensa, forzando las pérdidas de su rival, y no falló desde el perímetro, con un acertado Causeur, para encadenar un parcial de 15 a 4 que volvió a estirar diferencias (74-61) a seis minutos del cierre.
El partido se volvió una batalla estratégica en la que la jerarquía de los ataques superó a las defensas con regularidad. El Barça no bajó los brazos y, de la mano de Higgins, máximo anotador del partido con 21 puntos, se colocó a 4 puntos a 2 minutos y 50 segundos para el final.
Pero los locales se apresuraron, no tuvieron la calma necesaria y el Real Madrid afrontó los últimos 40 segundos con una ventaja de nueve puntos (83-74).
Fue entonces cuando el partido enloqueció y el Barça, de la mano de Higgins y un triple de Mirotic a diez segundos para el final, se puso por primera vez en todo el encuentro por delante en el marcador (85-84).
Y fue la hora de Lapro: recibió la pelota, cruzó la cancha, bancó el intento de robo de pelota, aguantó con el cuerpo en la penetración y soltó la bola hacia el aro trastabillando. Toque en el aro, saltito de la bola y caída adentro a 4 segundos para el final. El tiro libre convertido le puso cifra definitiva al juego con un indisimulable acento argentino.