Desde sus últimos años como futbolista, Gerard Piqué emergió como empresario en el mundo del deporte con la fundación de su empresa Kosmos, que estuvo a cargo, entre otras cosas de la Copa Davis de tenis. Además, el español quedó envuelto en un escándalo por irregularidades en los acuerdos entre la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y Sela Sports, de Arabia Saudita, para llevar la Supercopa de España al país árabe. El ya exdefensor se presentó a declarar y quebró en llanto ante la jueza.
Según informó Cadena SER, ex-Barcelona fue a declarar como investigado por «posibles ilegalidades» en su papel como intermediario entre el por encontes presidente de la RFEF, el polémico Luis Rubiales, que también enfrentó el juicio por el beso no consentido a Jennifer Hermoso, y la empesa saudí. Piqué negó cualquier irregularidad y se quejó entre lágrimas por el «daño reputacional a nivel prensa» que sufrió desde que trascendió.
El exjugador y ahora empresario, de paso también por Manchester United y campeón del Mundial de Sudáfrica 2010 con la Selección de España, aseguró que comenzó las gestiones para que la Supercopa de España se mude a Arabia Saudita después de que el empresario del tenis Fernando Soler los pusiera en contacto. Luego surgió un «pacto de caballeros» cuando las gestiones comenzaron a dar frutos y posteriormente reclamó sus honorarios, pero negó pactar una prima de cuatro millones de euros anuales para Kosmos.
Además, presentó 15 facturas emitidas por su empresa a la Federación de Fútbol de Arabia Saudita (SAAF) por un total de 12 millones de euros y no los 40 que se le acusan, comprobantes bancarios y una cadena de emails, en búsqueda de comprobar «la normalidad de la relación contractual y la aceptación de los servicios de intermediación efectivamente prestados». También reveló que tuvo inconvenientes para cobrar su parte y que, en su intento de solucionarlo, tuvo comunicaciones telefónicas con Rubiales.