El envión anímico de ganar el clásico rosarino sirvió para que Rosario Central le gane por 1-0 a Sarmiento como local y se convierta en el único puntero de la zona B del Torneo Apertura. El gol llegó desde el vestuario en los pies de Agustín Sández y el Gigante de Arroyito fue una fiesta con cargadas hacia Newell’s.
Por principio, el público del Canalla realizó un gran recibimiento lleno de bengalas al equipo comandado por Ariel Holan. De tanto humo, el partido se vio demorado desde el inicio. La energía se llevó dentro del campo de juego porque a los cinco minutos del primer tiempo Santi López habilitó de gran manera a Ignacio Malcorra, quien envió el centro al segundo palo.
Allí y de manera sorpresiva apareció Sández para empujar la pelota y continuar con el delirio en las tribunas. De hecho, el encuentro se frenó nuevamente cercano a la media hora porque los simpatizantes nuevamente prendieron piroctenia que imposibilitaba la visibilidad. En ese mismo momento, se arrojaron bebés de juguete con la indumentaria de la lepra, en alusión a la «paternidad» en el historial.
Fuente: TyC