Después de 22 años en la Corte Suprema y a días de abandonar esa silla por su cumpleaños número 75, el juez Juan Carlos Maqueda decidió romper el silencio que se impuso desde su llegada al máximo tribunal durante un homenaje por su trayectoria. En medio de la emoción por el agasajo y el repaso de su vida pública, Maqueda advirtió que veía con “preocupación” los “nubarrones en el horizonte” que se advierten en las democracias del mundo. “Temo por los poderes judiciales y los poderes legislativos; temo por las instituciones”, disparó.
“Yo sé que el Poder Judicial es molesto para todo Ejecutivo. Pero eso se da por los límites que se le ponen y esos límites debemos seguir reinvidicándolos”, aseguró. El ministro de la Corte hizo hincapié en las preocupaciones de los gobiernos inclinadas a ir por los resultados en vez de prestar atención a los métodos. Por eso convocó a recuperar “el camino de la democracia constitucional”. Llamó a “hacer educación cívica de la democracia” porque “la democracia no es solamente elegir Presidentes de la Nación”.
En el auditorio del Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal no había funcionarios del Ejecutivo. Sí estaban sus colegas de la Corte Suprema: el presidente Horacio Rosatti y el vicepresidente Carlos Rosenkrantz. Y el académico propuesto por Milei para integrar el máximo tribunal, Manuel García-Mansilla.
Además, estuvieron presentes las autoridades de la Cámara Federal de Casación Penal Mariano Borinsky y Daniel Petrone, miembros del Superior Tribunal de Justicia porteño -como Inés Weinberg de Roca y Santiago Otamendi- o los abogados León Arslanián o Jorge Valerga Aráoz que, junto al anfitrión Ricardo Gil Lavedra, llevaron adelante el juicio a las Juntas -cuya se sentencia se dictó hace exactamente 39 años-. Además desfilaron por allí los ex ministros de Justicia Germán Garavano y Marcela Losardo (Arslanian y Gil Lavedra también ocuparon ese puesto). Estaban integrantes del Consejo de la Magistratura como la jueza Alejandra Provítola, los abogados Miguel Piedecasas y Jimena La Torre y la académica María Fernanda Vázquez.
Se trató de un homenaje del mundo de la abogacía hacia Maqueda, que el 29 de diciembre próximo cumplirá 75 años y abandonará la silla que ocupó en los últimos 22 años en el cuarto piso del Palacio de Tribunales. Aunque el encuentro fue el Colegio Público de la Abogacía, encabezado por Gil Lavedra, estuvo acompañado por el titular del Colegio Público de Abogados de la calle Montevideo Alberto Garay y la presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados Mariel Margarita Tscheider.
Garay fue el primero en hablar ante el auditorio para “homenajear a un ciudadano que a lo largo de su vida se ha desempeñado como abogado, profesor universitario, diputado provincial y nacional, senador y juez de la Corte Suprema Nacional”, al que llegó en diciembre de 2002 por la propuesta ante el Senado del ex presidente Eduardo Duhalde. “Cuando llega el momento de su retiro, el 29 de diciembre próximo habrá cumplido 22 años, creo, menos un día”, destacó.
Garay se encargó de subrayar la cantidad de causas de relevancia en las que intervino y advirtió: “El nivel de complejidad de los asuntos en los que debería intervenir el doctor Maqueda fue altísimo y siempre recordemos esto es apenas la puntita del iceberg”.
“Las presiones que debió soportar seguramente deben haber sido fuertes. No obstante, puedo decir sin temor a equivocarme, que su vocalía es una de las más eficientes del tribunal, si no es la más eficiente y junto con sus secretarios y secretarias letradas, colabora con dedicación y esfuerzo a la gestión rápida e ilustrada de los miles de causas. Si bien lo ha caracterizado el bajísimo perfil. Ojalá algún día nos haga saber de su propia pluma. ¿Cuáles fueron sus vivencias en el tribunal? Un auditorio ávido de escuchar sus experiencias”, agregó.
“Maqueda representa el federalismo en la justicia. El ministro siempre ha sido un acérrimo defensor de la autonomía provincial y del federalismo argentino, velando por la solidez republicana y por la democracia representativa y constitucional -afirmó a su turno Tscheider. Pertenencia política, sin dudas. Ha quedado explícitamente dicho que a lo largo de su vida de representación política, Juan Carlos Maqueda ha tenido dos referencias su pertenencia política al Partido Justicialista y su matriz provincial cordobesa y con ambos ejes, ha sido consecuente y coherente”. Subrayó que el ministro “demostró su más férrea voluntad de haber adoptado el principio de la independencia judicial como su verdadero norte, entendiendo el medular principio en todo su verdadero espectro y no solo como independencia política partidaria”.
Gil Lavedra destacó en su intervención que “Maqueda ha contribuido a la integración de un tribunal que ha sabido ganarse la confianza pública por su independencia e imparcialidad” y añadió: “Me gustaría destacar un aspecto importantísimo porque, bueno, todos creemos que los jueces tienen que aplicar de modo neutral la ley. Más allá de sus preferencias y de sus ideas. Y obviamente hacerlo resistiendo todas las presiones indebidas que pueda haber, tienen que ser independientes. De ahí deriva la legitimidad de los jueces en la credibilidad pública en que lo son”.
“Pero no solamente hay que ser independiente, también hay que parecerlo. Y esa es otra faceta que supone el juez. Una serie de restricciones. El juez tiene limitada su vida personal mucho más allá que cualquier otra persona. Tiene que evitar situaciones equívocas de haber asociado a lo mejor a comportamientos frívolos o evitarse también cuestiones que puedan despertar algunas suspicacias. Y en ese sentido, yo creo que la conducta de Juan Carlos Maqueda ha sido ejemplar. Se autoexcluyó de toda aparición pública. Renunció a sus cargos académicos. Y ha llevado una vida austera, sencilla y simple. Yo me animo a decir un verdadero ejemplo de lo que debe ser la conducta de un juez. Creo también que hoy en día nadie puede dudar de que tenemos una Corte Suprema de Justicia de la Nación, independiente del poder político, y esto es algo extraordinario. Esto es un valor sin igual”, afirmó. Y añadió: “Quiero decirle, doctor Juan Carlos Maqueda, usted con su desempeño ha prestigiado la justicia argentina y ha servido con lealtad y patriotismo a la República”.
Emocionado, Maqueda se dirigió desde el auditorio hasta el atril para recibir la distinción. Y frente al micrófono no solo tuvo palabas de agradecimiento sino una advertencia. “Estoy ante un verdadero desafío. Durante 22 años quise ser un juez que no apareciera en los medios de difusión. Yo solamente les voy a dejar un mensaje que intento elaborar de mi experiencia con respecto a un tema sobre el cual veo nubarrones en el horizonte y me preocupa seriamente porque nos comprende a todos nosotros”, empezó diciendo.
Maqueda mencionó el reciente Premio Nobel de la Economía para Daron Acemoglu, de Turquía, y a Simon Johnson y James A. Robinson, que habían escrito específicamente sobre la importancia de las instituciones en el desarrollo económico. Al respecto, señaló: “Hasta ahora había una cierta creencia (sobre) que el desarrollo de la economía en nuestros países dependía solamente de las buenas políticas económicas”, dijo. Reseñó que allí se alude a los pilares en torno a la estabilidad y la calidad de las instituciones. “Y estoy preocupado en este momento porque veo un mundo desorganizado. Veo a través de ese mundo desorganizado muchas incertidumbres”.
“Quizá yo no me animaría a decirlo totalmente, pero ya no tenemos las mismas certezas de la globalización en los ‘90. Ahora hay un archipiélago con respecto a las distintas posiciones. Pero cuando uno ve el mundo en el cual nos toca vivir, ve que aquella democracia, esa democracia liberal que se conquistó en el siglo XVII a través del pensamiento de Locke y Montesquieu, esa democracia liberal que encontró su cauce en las antiguas y consolidadas instituciones de Inglaterra y específicamente en el siglo XVIII a través de la Constitución norteamericana, donde se pudo plasmar la división de tres poderes… Y desde ahí en adelante se llevó por el mundo la idea de los tres poderes. Hoy, a diferencia de cuando nosotros éramos jóvenes y la democracia era casi sagrada… Cuando uno ve el mundo, ve que se van debilitando las instituciones de la democracia y realmente eso genera mucha preocupación”, razonó.
Maqueda admitió que le preocupa en este contexto “el punto de vista institucional”. “Pareciera que hoy ya no se siente tanta integración en la democracia como en tiempos pasados” ni se ven las diferencias entre “democracia y autocracia”. En sus palabras, “los límites están difusos y yo creo que hay que hacer educación cívica de la democracia”.
Para el juez de la Corte, “la democracia no es solamente elegir presidentes de la nación ni que los países se desarrollen profundamente con la superioridad de un poder del Estado sobre los otros poderes del Estado, específicamente sobre el Poder Legislativo y el Poder Judicial -subrayó-. Una simple mirada del mundo que nos toca vivir nos encuentra con una China que pareciera que se transforma en un modelo a imitar, donde el capitalismo está separado de la democracia, porque se sigue un partido, porque se se sigue manejando por un partido único. También en Rusia, donde la justicia está totalmente cooptada por el Poder Ejecutivo, tenemos esta misma visión. Y si nos vamos hacia Irán, otra de las potencias de Medio Oriente que tiene mucho que ver con los conflictos que se están viviendo en este día”.
Hasta aludió a Estados Unidos. “En estos días nos encontramos con una organización del sistema teocrático que reemplaza a la democracia hasta en el mismo Estados Unidos. Nos encontramos con un poder Judicial debilitado. Hace pocos días atrás, la Corte Suprema de Estados Unidos le ha dado una interpretación a la jurisprudencia sobre las cuestiones políticas no judiciables que le da una vía libre al presidente de la Nación”.
En ese contexto, Maqueda aseguró: “Temo por los poderes judiciales. Y también temo por los poderes legislativos. Temo por la institucionalidad. Como les dije, soy un institucionalista y veo que en el mundo hay una preocupación mayor por los resultados que por los métodos para alcanzar esos resultados. Y realmente ese camino que tenemos que volver a recuperar es el camino de las instituciones de la democracia constitucional, reivindicando a los poderes legislativos para que cumplan su función, reivindicando al Poder Judicial, que yo sé que es molesto para todo Poder Ejecutivo, en toda democracia, pero la molestia se da por los límites que se ponen y esos límites debemos seguir reivindicándolos. Perdón por la perorata, pero (…) como dije al principio, lo veo como nubarrones. En esta nueva etapa y para un hombre enamorado de la democracia constitucional y de sus instituciones, esto es un tema difícil”.
Fuente: Infobae