La seguidilla de ataques de alto impacto en Rosario no cesan. Un colectivero de la Línea K del transporte urbano de pasajeros fue baleado en la cabeza en pleno recorrido en la zona Noroeste de la ciudad. Fue trasladado por una ambulancia del Sies hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde ingresó en estado crítico.
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En tanto, Sergio Copello, titular de la UTA local, confirmó a Radio 2 el paro de todas las líneas urbanas e interurbanas. “No se puede seguir trabajando así”, dijo sobre la medida que se mantiene “hasta nuevo aviso”.
El ataque el chofer de colectivos tiene lugar después de los asesinatos de dos taxistas en 24 horas. El fiscal a cargo de los tres casos es Patricio Saldutti, de la unidad de Homicidios Dolosos.
El colectivero Marcos Iván D., de 39 años, fue atacado en la parada de Mendoza y México, en el barrio Belgrano, una zona de alto movimiento vehicular y comercial. Según los primeros datos recolectados en la investigación, el gatillero frenó la unidad haciéndose pasar por un potencial pasajero y cuando se abrió la puerta le tiró directamente al chofer.
Marcos D. fue derivado con dos heridas de arma de fuego en la cabeza al Heca. Se presume que el agresor luego se subió a una moto que lo aguardaba a los pocos metros.
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La balacera de este jueves contra el colectivero de la línea K guarda similitud con la mecánica del homicidio del colectivero César Roldán, que tuvo lugar el 2 de diciembre del año pasado, cuando un micro de la línea 116 frenó en la esquina de Eva Perón y Cullen y dos sicarios en moto abrieron fuego directamente.
En esa ocasión, los sicarios arrojaron una nota que en una parte decía: “Valen, dejá de hacerte cuidar por la Policía”. El mensaje estaba dirigido a un preso que está imputado como gatillero de la banda que lidera el narcotraficante condenado Alan Funes.
Dos crímenes en 24 horas
El ataque al colectivero de la K se produce después de los crímenes de los taxistas Héctor Raúl Figueroa (43 años) y Diego Alejandro Celentano (38), ocurridos el martes y miércoles, respectivamente. Ambos hechos tienen características calcadas que suponen una planificación bastante organizada.
Los dos taxistas pertenecían a la firma Su Radio Taxi y fueron emboscados a la misma hora: a las 23. Además, las unidades fueron pedidas vía Whatsapp por celulares que se cree que son desechables. Y en ninguno de los ataques hubo robo previo a los balazos.
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En el caso de Figueroa, el pasajero iba en el asiento delantero –algo atípico– y el sicario le dio nueve tiros ni bien frenó en Flammarion al 5100, el lugar de destino. El pasajero y el tirador se fueron corriendo juntos, según los testimonios recolectados en la causa. Al lado del Fiat Cronos de la víctima se secuestró una zapatilla DC blanca, que en su momento se creyó que se le había caído al que se fugó del vehículo.
En el homicidio de Celentano, los pasajeros eran dos y le dispararon a quemarropa, de acuerdo a la consideración de los médicos forenses. Al lado del Volkswagen Voyage de la víctima se halló una Nike negra, lo que marcaría ya un mensaje y no una caída del calzado por parte del pasajero.
En las escenas de los dos homicidios, las vainas servidas calibre 9 milímetros halladas llevaban la inscripción “PSF” en la culata metálica de los cartuchos, que indican que pertenecen a la Policía de Santa Fe.
Además, el asesinato del segundo taxista tuvo lugar a escasos metros del domicilio particular de Luis Maldonado, jefe de la Policía provincial.
Fuente: Infobae