Uno de los casos paradigmáticos de este esquema de impresión de votos con fondos públicos sin control se da en Santa Fe y tiene relación directa con el Partido Libertario de Javier Milei.
Uno de los casos paradigmáticos de este esquema de impresión de votos con fondos públicos sin control se da en Santa Fe y tiene relación directa con el Partido Libertario de Javier Milei.
Si bien el padrón electoral argentino está integrado por aproximadamente 35 millones de ciudadanos, en las elecciones nacionales 2023 el Estado nacional envió a los partidos políticos el dinero necesario para imprimir 3.744 millones de boletas.
Esto implicó unos 19 millones de dólares, en un sistema que representa un verdadero agujero negro por la imposibilidad de controlar si, efectivamente, los fondos se destinaron a la impresión de semejante cantidad de votos o terminaron en los bolsillos de particulares.
Así lo revela a partir de datos oficiales, un informe elaborado por la Red Ruido -una red nacional de periodistas de investigación- y Connectas -una organización periodística sin fines de lucro que promueve la producción, el intercambio, la capacitación y la difusión de información sobre temas claves para el desarrollo de las Américas-.
El periodista Juan Manuel González, encargado de la redacción final de este informe, reveló que “el caso más escandaloso” de este sistema se da en la provincia de Santa Fe y, en estos momentos, tiene relación directa con el Partido Libertario Nacional que impulsa la candidatura a presidente de Javier Milei.
“En Santa Fe tienen el caso más escandaloso de este sistema, toda una estructura montada por José Bonacci, del partido Unite que heredó a los afiliados del Modin. Una maquinaria electoral y una pyme electoral de la política que es un caso de estudio”, indicó.
“A tal punto -siguió- que Bonacci decidió comprarse una imprenta donde se imprimen la mayoría de estos miles de millones de votos, por lo fácil que es el negocio a partir de la plata que les baja el Estado a los partidos políticos”, explicó el periodista en el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE.
“El que pasó de tener sellos electorales a ser el que imprime millones de votos es José Bonacci. Fue concejal de Rosario. Su hija Rocío va a ser diputada nacional por La Libertad Avanza, ya que está tercera en la lista de diputados nacionales de Javier Milei en Santa Fe. Su exesposa ya fue electa legisladora provincial en la lista de Amalia Granata. Y él es el gran imprentero que digita varios sellos electorales. Su principal sello es el Partido Unite, que se conformó con los afiliados del Modin, creado por Aldo Rico”, insistió.
El santafesino José Bonacci pasó de ser el titular de sellos electorales, a comprarse la imprenta para imprimir millones de votos con fondos públicos.
El santafesino José Bonacci pasó de ser el titular de sellos electorales, a comprarse la imprenta para imprimir millones de votos con fondos públicos.
El otro nombre que aparece en el informe de la Red Ruido y Connectas es el de Andrea Calligaris, candidata al Parlasur por La Libertad Avanza. González explicó que ella fue tesorera de un sector político llamado Proyecto Joven, “pero el fin de semana dejó de llamarse Proyecto Joven y pasó a ser el Partido Libertario de Javier Milei, conducido por Ramiro Marra, candidato a jefe de Gobierno de Ciudad de Buenos Aires”.
Cómo funciona el sistema
Básicamente, el sistema funciona de la siguiente manera: el Estado nacional está obligado por ley a enviar a cada partido -desde los más grandes, a los que apenas constituyen un sello político de insignificante peso electoral- el dinero necesario para imprimir 35 millones de votos -uno por cada potencial elector- para cada una de las categorías que aparecen en las boletas.
El problema es que, en la práctica, resulta imposible para la Justicia electoral controlar que todo este dinero se destine efectivamente a imprimir esa cantidad de votos, o parte de esos fondos termine perdiéndose en este verdadero agujero negro del sistema.
“Hay una mínima arquitectura administrativa. Si uno repasa los balances que cada agrupación debe presentar en la Justicia, en general imprimen exactamente la misma cantidad de votos por el dinero que les da el Estado nacional. Ni un peso más, ni un peso menos. Esto demuestra que los datos se dibujan en el balance de cada una de las campañas”, remarcó González.
El informe de la Red Ruido y Connectas
En su presentación, el informe sobre el manejo de los millonarios recursos estatales para la impresión de votos plantea lo siguiente: “Andrea Calligaris es una ferviente militante santafesina de Javier Milei. Si La Libertad Avanza repite su resultado en las elecciones generales del 22 de octubre, Calligaris ocupará un escaño en el Parlamento del Mercosur (Parlasur) por esa provincia”.
“En una jugada paralela, simultánea, Andrea Calligaris ocupó otro rol en las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), además de candidata libertaria: fue la tesorera de Proyecto Joven, una agrupación progresista, de izquierda, en las antípodas de los libertarios, que recibió el Estado argentino 1.068 millones de pesos (1,8 millón de dólares) para imprimir 365.792.078 boletas electorales y abastecer a un padrón de 35.394.425 electores”, agrega.
También sostiene que “pese a los millonarios recursos públicos que recibió, Proyecto Joven solo obtuvo 74.160 votos, el 0,08 por ciento del total de votos que hubo en el país. Es el caso más burdo y explícito de cómo el Estado argentino financia la caja negra de la política a través de la impresión de boletas electorales, y cómo las agrupaciones políticas desplegaron una industria floreciente: la de los sellos electorales”.
Accedé al informe completo ingresando a este link, donde aparecen no solo los datos de la provincia de Santa Fe, sino también del resto de la Argentina.
Fuente: Aires