Después de haber recibido una condena de dos años y un mes de prisión condicional por “amenazas coactivas, en concurso real, con lesiones leves calificadas” contra Daniela Cortés, Boca tomó la decisión de que Sebastián Villa no juegue más en el club “hasta tanto recaiga pronunciamiento judicial definitivo”. Ahora, pasadas casi tres semanas de este comunicado y de que el colombiano se fuera a su país para buscar una salida en el próximo mercado de pases, el delantero sorprendió con una intimación legal al Xeneize para que lo reincorporen.
En las últimas horas, desde el entorno del extremo de 26 años dieron a conocer que presentaron esta petición en la Justicia, que actúa como una suerte de “ultimátum”, para que en Ezeiza le vuelvan a abrir la puertas para trabajar con sus compañeros. De hecho, según indican, si esto no ocurre en un plazo de cinco días el futbolista afirma estar en condiciones de considerarse libre.
Si bien en Boca todavía no fueron notificados con respecto a esta intimación legal que presentó Villa, lo que esgrimen es que nunca le impidieron al jugador que siga entrenando y que, en tanto, la decisión de retirar su cosas del predio e irse rumbo a Colombia -donde se lo vio entrenando con un preparador físico- fue suya.
En ese sentido, no habría inconvenientes para que el punta retorne al predio de Ezeiza en la brevedad, pero igualmente habrá que ver cómo se suceden las cosas en las próximas horas y cómo responden en La Ribera ante esto.
A pesar de que Boca ya comunicó que Villa no jugará más con la camiseta azul y oro luego de la condena por violencia de género, tienen decidido no rescindirle el contrato para evitar una causa por despido discriminatorio. Por eso, el objetivo es buscarle una salida junto a su representante en este mercado de pases, el cual abrirá el 21 de junio para los equipos que disputan competencias internacionales.
Qué pasa si Boca quiere vender a Sebastián Villa a otro país
La realidad marca que el colombiano puede seguir jugando en Argentina o en cualquier club del mundo porque la sentencia no está firme y esto no le inhabilita sus derechos laborales. El problema reside en que pocas ligas se arriesgarían a contratar a un jugador con una condena en primera instancia por violencia de género. Podría ser alguna más alternativa o que pague una cifra tentadora, como Arabia Saudita, Asia o Europa Oriental, que tienen una legislación bastante más flexible.
Lo cierto es que la Justicia no se metería con la elección del nuevo club de Villa ni con el monto del pase. Solo tiene que darle la autorización de salida y residencial, si es que la pide. Por ejemplo, Alexis Zárate, ex-Independiente y Temperley, jugó con una condena a seis años y medio de prisión en Letonia, ya que ni siquiera tenía un tratado de extradición con Argentina. Estuvo casi un año allí hasta que después se confirmó en la Cámara de Casación. Luego, el defensor tuvo que volver y se terminó ejecutando la pena.
Fuente: tyC