Un millón de pesos por día. Esa es la cifra que el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, giró a la fundación del líder piquetero Emerenciano Sena a lo largo de este año: un total de $141.428.259 según los registros a la cuenta bancaria Nº 3957703. Son datos irrefutables que hablan no solo de una alianza política sino de una absoluta discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos y del poder del Estado provincial.
El escándalo que sacude no solo a Chaco sino que se esparce cada vez más a lo largo del país es una prueba más de los beneficios arbitrarios que suele ser frecuentes en la política argentina.
Estalló por la triste y lamentable circunstancia que significa la desaparición de una joven, esposa del hijo de Emerenciano, César Sena, cuyo cuerpo, el de Cecilia Strzyzowski, se sospecha incluso que habría sido arrojado a los cerdos para que lo devoren. En el chiquero de una chanchería que forma parte de un emprendimiento y del emporio «global» de Emerenciano.
Strzyzowski desapareció el 1º de junio pasado y ese día Capitanich giró fondos públicos a la fundación “Doctor Saúl Acuña” del piquetero: tres millones de pesos, según los registros oficiales del Banco de Chaco.
Volvió a ejecutar otro pago a la semana siguiente y el día coincidió con el momento en que Emerenciano y su esposa eran detenidos, el 9 de junio. El monto, $ 825.000.
El dinero girado por Capitanich no es todo, claro, en el vínculo entre dos hombres que se conocen desde hace 20 años o más. Capitanich ya había escrito el prólogo de un libro con elogios al dirigente social (“Emerenciano, caudillo del Norte”), escrito por la esposa de Emerenciano y madre de César, Marcela Acuña.
Desde hace una semana los tres, Marcela, César y Emerenciano, más otros cuatro allegados, están presos sospechados de femicidio.
El caso conmueve, sacude, desmoraliza, indigna.
Lo narrado no es todo. Capitanich intercedió, hizo lobby, movió hilos para que Emerenciano se quede con un campo de casi 4.000 hectáreas pertenecientes al Ejército argentino y por lo tanto propiedad del Estado Nacional.
Se sentó al lado, en un acto oficial, del presidente Alberto Fernández cuando el primer mandatario firmó el traspaso del predio. Fue en la Quinta de Olivos el 2 de septiembre de 2020. Ni 50 ni 100 ni 300 hectáreas: las 3.960 del excampo de Tiro de Resistencia ubicadas en un lugar privilegiado, sobre la ruta 11 y en las afueras de la capital chaqueña.
Allí Emerenciano, en un sector del campo que ya había mantenido ocupado desde antes de 2009, construyó un barrio, con escuela y centro de salud que llevan su nombre. En los tres predomina la pintura roja propia del chavismo y la imagen icónica del rostro del Che Guevara.
Esta semana los piqueteros laderos de Emerenciano pidieron quitarle el nombre con el que el barrio se identificó hasta hoy: «Emerenciano». A rey muerto, rey puesto.
El ciudadano común se puede preguntar cómo un dirigente social pudo llegar a sumar tal grado de trato privilegiado por parte de la política. También, observando los registros contables que muestran el movimiento millonario de dinero año tras año, cómo fue que la fundación de Emerenciano, según se sabe, jamás tuvo una inspección de la Afip.
Fuente: La capital