Colón terminó su participación en la Liga Profesional y cerró un año para el olvido, luego de haber alcanzado su primera estrella. En este 2022, el Sabalero terminó el campeonato en el puesto número 25 de la tabla de posiciones con 29 puntos. Pero sumado a la cuestión deportiva, en las últimas semanas del torneo Colón vivió un escándalo a nivel institucional que detonó el plantel.
La barra brava ingresó al Predio 4 de Junio cuando el equipo estaba entrenando bajo las órdenes de Adrián Marini y exigió mejorar los resultados, dinero e indumentaria. Con el correr de los días y las declaraciones de los jugadores, se supo que en dicha «visita» existieron amenazas a las familias de los futbolistas, entre ellas la de Luis Miguel Rodríguez.
Fue allí donde hubo un quiebre en la estadía del tucumano en Santa Fe. Con un año de contrato todavía por cumplir, el Pulga decidió dejar Colón a fin de temporada. «Primero la familia», le habría dicho a su representante Roberto Sanjuan. Algunos hinchas del Sabalero pensaron que el delantero iba a rever su decisión, pero eso nunca llegó.
Este miércoles, Sanjuan mantuvo una reunión con José Vignatti y ambas partes coincidieron de que el delantero tucumano debía tener una salida del club por un ciclo cumplido. Sin embargo, ahora el problema radica en quién se hará cargo del año vigente que le queda al Pulga en Colón.
El presidente de Colón sostiene que el club debe recibir un pago a modo de resarcimiento económico, aunque no trascendió la cifra. Mientras que desde la representación del jugador se argumenta que el Pulga debe irse sin dejar dinero, debido a la amenaza que sufrió su familia.