Mientras disfruta cada paso de su nueva etapa como cantante, la actriz de 27 años reveló detalles de la relación con el actor de 46
Flor Vigna y Luciano Castro viven a pleno los primeros momentos de su historia de amor. Se conocieron en un gimnasio, y durante un tiempo solo se trataban como compañeros. A partir de allí, empezaron a llegar juntos, a compartir entrenamientos. Arreglaron una cita por WhatsApp, ella fue a verlo al teatro, él protagonizó “Uy” el primer videoclip de la actriz que recientemente se lanzó como cantante. Él tiene 46 años y ella, 27. Y en medio de esta nueva aventura profesional, la bailarina reflexionó sobre la diferencia de edad con el actor.
Lo hizo en Agarrate Catalina, el programa que conduce Catalina Dlugi en La Once Diez. Ante la consulta de la periodista, respondió con la misma naturalidad con la que vive este momento. “Yo creo que por lo menos en este punto de la relación está buenísima, nos ayuda a tener puntos de vista diferentes sobre diferentes cosas y a mí me ayuda un montón todo lo que me aconseja, las cosas que él ha vivido laboralmente. Él siempre fue perfil bajo y me ayuda mucho también en eso, en cosas que ha vivido de todo tipo, dolores, aciertos”, destacó Vigna.
En ese punto contó cuál es su aporte en este ida y vuelta del que se nutre la relación. “Yo le comparto también un poco mi entusiasmo hacia el mundo, mis ganas de todo”, afirmó la ex participante de La Academia. “Para él debe ser una cosa absolutamente distinta”, intuyó la conductora, y la bailarina asintió, y destacó las cosas que tienen en común. “Compartimos un montón de placeres juntos que nos gustan, es como que tenemos muchos puntos de encuentro y eso es lo lindo también”.
Días atrás, Flor fue como invitada a Cortá por Lozano, el ciclo que conduce Verónica Lozano por la pantalla de Telefe, y allí recordó cómo fue su primera cita con el actor luego de haber iniciado el diálogo a través de WhatsApp. Y la describió como accidentada ya que se quedó encerrada antes de que él llegara. “Nos encontramos en un muy lindo momento, nuevo comienzo, nuevo todo”, dijo antes, sobre su presente sentimental.
Luego, llegó el momento de contar por qué aquella primera vez que se vieron resultó accidentaba y cómo logró sortearla. “Me escribió él y merendamos en mi casa”, contó y agregó que entonces decidió pedir un budín y una limonada por delivery para agasajarlo. Como el encuentro fue coordinado sobre la hora, ella tenía los minutos contados para cambiarse, producirse y “tirarse todo encima”.