Se presentó este lunes ante el fiscal del caso pero se negó a declarar. Solo pidió no recibir la pena máxima.
Leandro Daniel Suárez, el hombre imputado por el asesinato del kiosquero Roberto Sabo ocurrido el domingo, se negó esta tarde a declarar ante el fiscal de la causa, a quien le lloró e imploró que no le aplique la pena de prisión perpetua, la más alta del Código Penal.
En el marco de un procedimiento que duró menos de una hora, el detenido estuvo cara a cara con el fiscal Federico Medone, y si bien se negó a declarar, aseguró que deseaba morirse: «Me quiero suicidar», dijo, según confirmaron fuentes judiciales al medio Clarín.
Suárez quedó imputado por «homicidio agravado criminis causa y por el uso de arma de fuego» y también por «robo calificado -dos hechos-, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil, portación ilegal de arma de guerra», todo ello agravado por la «participación de una menor de edad».
La imputación prevé la pena máxima, por lo que permanecerá detenido. En paralelo, la adolescente de 15 años que lo acompañaba y fue cómplice en la serie de robos de este domingo, fue trasladada a un instituto de menores con una medida de seguridad. Por su edad es inimputable.
Por el momento, a la adolescente, de quien por ser menor de edad se reserva su identidad, se le aplicó un encierro preventivo por cuestiones de peligrosidad.
Hacía 14 meses que Suárez había salido de la cárcel, tras cumplir una condena a cinco años y 10 meses de prisión por hurto con escalamiento en grado de tentativa y robo a mano armada.
Aún quedan pendientes los resultados de la autopsia al cuerpo de Sabo, quien tenía al menos seis orificios de bala en el cuello y tórax.